
José García y Narciso Ruiz observan los destrozos que denunciaron hace más de dos años en la muralla zirí.
El estado de la muralla situada en la plaza de Santa Isabel la Real, también conocida como Huerto del Carlos, es otro ejemplo más del desencuentro entre administraciones cuando se trata de proteger el patrimonio del Albaicín.
Hace justo un año que Ecologistas en Acción presentó una denuncia ante la Fiscalía Provincial de Granada para que tomara cartas en el asunto ante la desidia de las administraciones, a las que había dirigido con anterioridad varios escritos con la finalidad de que repararan la vidriera de metacrilato destrozada a pedradas.
El colectivo conservacionista sostiene que se trata de un tramo de muralla milenaria, perteneciente a la época zirí, que formaba parte de la Alcazaba Qadima, en concreto del siglo XI; si bien el Departamento de Historia Medieval de la Universidad de Granada la sitúa en la período ibérico.
Su denuncia fue una decisión forzada tras agotar las gestiones con las instituciones. Hasta ese momento se habían encontrado con un muro infranqueable, con la obstinación de unas administraciones atrincheradas en posturas irreconciliables.
Han transcurrido dos años y dos meses del primer escrito que presentaron los ecologistas -el 5 de noviembre de 2009-en la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía y, lejos de solucionarse, la muralla sigue degradándose. Cultura prefirió entonces -y ahora- eludir su responsabilidad y echar el muerto al Ayuntamiento de Granada. En dicha carta se solicitaba la reparación «urgente» de los cristales para evitar daños en la excavación, además de la instalación de un cartel identificativo para «promocionar y favorecer el aprecio de los ciudadanos y visitantes hacia nuestro patrimonio».
La Jefa del Departamento de Protección de Patrimonio Histórico, en nombre de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, respondió que había dado traslado de la denuncia al Ayuntamiento al ser «competencia municipal». Sin embargo, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada, además de hacer constar que colaboraba «activamente» con la Junta de Andalucía en la conservación del patrimonio, precisaba que ya en su momento, cuando remodeló la plaza de aparcamientos de Santa Isabel la Real, se encargó de adecentar la muralla. «Ello no quiere decir que tenga que asumir la conservación de un patrimonio ajeno», matiza en su respuesta la secretaria de la Gerencia.
Ante la imposibilidad de sacar a las administraciones de sus respectivas trincheras, Ecologistas en Acción trasladó el asunto a la Fiscalía por entender que los daños ocasionados a la muralla podían ser constitutivos de un presunto delito contra el patrimonio histórico.
La Fiscalía, cuyo jefe superior no pierde ocasión de referirse en sus memorias anuales a la necesidad de defender el patrimonio, archivó el caso al ser imposible identificar al autor material. Ni siquiera instó a las administraciones a que se pusiesen de acuerdo para reparar los daños y frenar el deterioro de la muralla.
Un año después de la presentación de dicha denuncia, Narciso Ruiz y José García, miembros de Ecologistas en Acción, han acudido a la cita de GranadaiMedia en el Huerto del Carlos. Allí han podido comprobar que se ha agravado su deterioro con pintadas en el interior de la muralla, la desaparición de los respiraderos y nuevos impactos sobre la vidriera. «Se ha quedado en el limbo. Nos encontramos con dos administraciones que se pasaban la pelota a su tejado y una Fiscalía que zanjó el asunto porque no había autor», lamenta Narciso Ruiz.
Los ecologistas tienen claro que la propiedad es de la Junta de Andalucía después de que el Estado transfiriera las competencias a las comunidades. Las murallas del Albaicín fueron declaradas Monumento Arquitectónico-Artístico en 1922, denominación que cambió en 1985 a Bien de Interés Cultural (BIC). En teoría, se debe garantizar la conservación de los bienes protegidos pero, en la práctica, no siempre es así. De hecho, en el Albaicín, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, la situación es cada vez más preocupante. «No hay interés alguno por el patrimonio, falta que desde la administración se eduque para su conocimiento y conservación», sostiene José García. «No verás ningún panel informativo en ninguna de las murallas. No interesa», concluye Ruiz.
Cualquiera que se asome a la plaza de Santa Isabel la Real puede ver las últimas piedras que se han arrojado sobre la vidriera de una muralla que, con toda seguridad, no aparecerá en las guías turísticas que, a bombo y platillo, presentan en Fitur.
Respuesta de la Junta (18-11-2009)
Denuncia de Ecologistas en Acción en la Fiscalía
(24-1-2012)
[…] Dos años y dos meses después de que Ecologistas en Acción denunciara el estado del tramo de la muralla zirí situado junto a la plaza de Santa Isabel la Real, en el Albaicín, ninguna administración asume su arreglo y conservación. A los daños ocasionados por las pedradas en la cubierta de metacrilato que protege la muralla, se suman ahora las pintadas, la desaparición de los respiraderos y nuevos impactos sobre la vidriera. Lo cuenta Álvaro Calleja en GranadaiMedia. […]
Granada despierta con IBI atrasado | Granada despierta