
El colegio público, en construcción, una de las infraestructuras conseguidas por las demandas vecinales.
La asociación de vecinos Albayda ha reaccionado a un artículo publicado recientemente por el diario Ideal que recoge declaraciones de dos representantes de la asociación homóloga del barrio de La Cruz críticas con las denominaciones de las infraestructuras que poco a poco se van consiguiendo en la barriada.
“Nosotros, a lo nuestro”, fue la primera respuesta de los albayderos, críticos con «el afán de enfrentar a vecinos de barrios vecinos».
Ahora es un comunicado de Carmen Muñoz, presidenta de la asociación de vecinos de Albayda, la que da respuesta al artículo, reivindicando el trabajo de este colectivo vecinal y atajando el interés de expansión de La Cruz hacia los límites de la nueva barriada.
Albayda existe como asociación desde el año 2000, en el área de expansión de Granada comprendida entre la estación de autobuses y el parque Almunia. Es la zona donde, además de nuevas urbanizaciones, se ha construido la Jefatura de la Policía Nacional, la Diputación de Granada, la Facultad de Informática, un hotel NH, un polideportivo y donde ahora se construye un colegio público de infantil y primaria.
«Los asentamientos urbanos del barrio de Albayda comenzaron a erigirse a finales de los noventa, 30 años después de consolidarse el barrio de los Toreros (hoy barrio de la Cruz). Por esa razón, sus características urbanas, arquitectónicas y etnográficas están completamente separadas de las del Barrio de la Cruz», asegura Muñoz, quien recuerda que la asociación vecinal está inscrita como tal en el registro de asociaciones de la Junta de Andalucía y en el de Entidades Ciudadanas del Ayuntamiento de Granada.
No obstante, el reconocimiento como asociación de vecinos dentro del área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Granada es más funcional que nominal. Dicho de otra forma, Albayda es de las pocas asociaciones no reconocidas como tal a la hora del reparto de subvenciones del área ni sus miembros componen las juntas municipales de distrito, adonde acuden siempre con sus demandas (Chana y Norte, fundamentalmente).
Es un reconocimiento que llevan reclamando desde hace años pero con el que el gobierno local no ha querido transigir. La última explicación ofrecida por el concejal de Participación Ciudadana, Vicente Aguilera, alude al interés del consistorio en reducir los costes que suponen para las arcas públicas las subvenciones vecinales, en particular en lo concerniente a las fiestas de los barrios. Pero hay voces que apuntan al interés de controlar políticamente el movimiento vecinal.
En su escrito, Muñoz critica precisamente que «determinados colectivos vecinales han convertido el término participación vecinal en sinónimo exclusivo de financiación para las fiestas de barrio», una situación que «supone el desembolso de 584.000 euros anuales para las arcas municipales» e «impide el reconocimiento de los colectivos vecinales que se han constituido en los nuevos barrios surgidos tras la expansión urbana de la ciudad».
La presidenta de la asociación de vecinos de Albayda alude también en su escrito a que la delimitación de los barrios de la ciudad es obsoleta, ya que data de mediados de los ochenta, cuando aún no habían surgido barriadas como esta. Lo que favorece, entre otras cosas, que «las asociaciones de barrios consolidados sigan una política de hechos consumados intentando, de forma permanente y a través de todos los medios a su alcance, ampliar de manera unilateral (sin contar con el sentimiento de la ciudadanía, ni teniendo en cuenta la presencia de otros colectivos vecinales) la delimitación que recogen sus estatutos para incluir en su ámbito de actuación a los nuevos barrios».
Pero no se queda ahí, después de asegurar que las asociaciones vecinales «no deben promover en la ciudadanía valores anticonstitucionales, insolidarios y actitudes negativas hacia otros colectivos», desliza una crítica hacia las acciones de la asociación de vecinos de La Cruz contra el establecimiento en el barrio de la ONG Calor y Café. «Queremos dejar meridianamente claro que Albayda no amparará medidas de coacción violentas, tales como pintar persianas para intimidar a una ONG».
La de Albayda es tal vez una de las asociaciones de vecinos más transparentes de la ciudad de Granada. No sólo cuenta con una página web propia (al margen de la del Ayuntamiento de Granada) donde publican sus acciones y reivindicaciones, sino que también tiene una página en Facebook para dialogar e informar a los vecinos.
¿Debería reconocer el Ayuntamiento de Granada asociaciones como la de Albayda? ¿Conoces otra asociación de vecinos que esté pasando por la misma situación?
(08/08/2012)
El Ayuntamiento utiliza el clientelismo político con las asociaciones vecinales.
Solo quieren que se dediquen a organizar las fiestas, y que apoyen al Ayuntamiento si éste decide otra cosa.
Carmen
La Asociación de Vecinos Bajo Albayzín tiene una situación semejante a Albayda. Tiene web independiente y Facebook. No tiene local municipal y ningun tipo de subvención. Tampoco está en el listado de asociaciones vecinales que el Ayuntamiento cerró hace ya unos 20 años y se niega a abrir.
Carmen
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Informe de Participación Ciudadana 2012-2013 | #plenogr