Almanjáyar, o más bien sus vecinos más necesitados, tienen desde hoy un economato donde adquirir por debajo del precio de mercado productos de primera necesidad.
Muchas manos solidarias y muchas voluntades han contribuido a convertir este proyecto de Almanjáyar en Familia y el párroco del barrio, Juan Carlos Carrión, en una realidad.
Se trataba de buscar una fórmula para paliar las necesidades de vecinos en situación de exclusión o en el mismo límite, pero «no de dar una limosna», comentaba Carrión al explicar el proyecto.
«Este economato es socioeducativo», decía, porque la familia que acude a él se compromete a mejorar su proyecto vital. Unas veces puede ser que los hijos vayan al cole, otras sacarse el graduado escolar o incluso dedicar unas horas a trabajos voluntarios en bien de la comunidad.
Es un proyecto redondo, porque ha pensado en todas las aristas de cualquier proceso que pretenda ayudar y al mismo tiempo dignificar a las personas.
Asociado a él se ha creado una web, Unidos en Solidaridad, que no sólo servirá a Almanjáyar en Familia, también a cualquier entidad que comparta objetivos y filosofía y quiera crear su propio economato o un banco de alimentos. De hecho, ya han empezado a emplearla otras entidades del barrio como Adultos Cartuja.
«La idea es fiscalizar», comentaba el programador de la web, «los recursos de que se disponen, las necesidades de los vecinos y lo que hace la familia beneficiaria de la ayuda». Es una herramienta que permitiría evitar el ‘pillaje’ de que una misma familia acuda a varias entidades al reparto de alimentos y que ofrece oportunidades para educar en el uso racional de los recursos.
Un trocito de Almanjáyar
En lo que hace unos días era un local abandonado de la plaza, hoy hay un nuevo establecimiento al que se le han cambiado el techo y el suelo, se ha pintado y se ha acondicionado, fundamentalmente, con la colaboración de los propios vecinos en paro. «No queremos competir con ningún establecimiento ya existente en el barrio, sólo vamos a dar una pequeña respuesta a la problemática que cada día nos encontramos», explican desde Almanjáyar en Familia.
El local, un Covirán que llevaba unos 10 años cerrado, se ha ‘comprado’, lo que ha permitido arreglar la situación al propietario, acuciado por deudas y entuertos. Pero la compra del local es una compra ‘social’, comentaba Luis Piñar, del grupo inmobiliario Inmuebles en Exclusiva, que colabora con el economato.
El local se ha dividido en 3000 participaciones de 30 euros, lo que permite a las personas que deseen colaborar, convertirse en «propietarios de un trocito de Almanjáyar». «Hemos vendido 300 trocitos, así que aún necesitamos muchos más», comentaba el empresario (si deseas convertirte en propietario de un trocito de Almanjáyar y colaborar con el economato, ponte en contacto con Almanjáyar en Familia).
De momento, hay un buen número de voluntarios de todas las edades al servicio del proyecto, como Manoli, de 80 años y vecina del centro, que acude desde que enviudó hace ocho años cada miércoles y viernes a echar una mano en lo que haga falta. «Sigo conduciendo sólo por venir a Almanjáyar», aseguró a GranadaiMedia ya camino de su hogar. «Lo que está haciendo Juan Carlos aquí es extraordinario», decía.
También ‘enganchado’ al proyecto del economato está Arturo, en paro después de trabajar más de 20 años como comercial de una multinacional farmacéutica. Y muchos más voluntarios, de dentro y de fuera del barrio, dispuestos a encontrar esos 3.000 propietarios sociales del economato.
Vecinos y voluntarios abarrotaron hoy el salón parroquial de Jesús Obrero para la presentación del economato, donde también se vio a representantes políticos como el delegado de Bienestar, Higinio Almagro, o el concejal de Eduación y Empleo, Jorge Saavedra; a médicos del barrio como el doctor Melguizo o técnicos de la oficina en Almanjáyar de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, de la asociación Anaquerando, de Adultos Cartujas y otras muchas entidades del distrito.
Entre los asistentes, un protagonista de lujo, Antonio Quitián, el primer párroco del barrio, al que la ciudad acaba de conceder el título de «vecino ejemplar». No fue a recogerlo, asegura, «porque hay muchas más personas que lo merecen, como muchas mujeres de este barrio que han sacado adelante a sus hijos sin apenas recursos».
(25-06-2014)
¡Danos tu opinión!