Antonio Heredia: párroco y gitano

Antonio Heredia, párroco de La Paz

Antonio Heredia, párroco de La Paz, uno de los cuatro sacerdotes gitanos de España.

En España sólo hay cuatro sacerdotes católicos de etnia gitana. Uno de ellos es párroco en la iglesia Nuestra Señora de La Paz, en el distrito Norte de Granada. Su nombre es Antonio Jesús Heredia Cortés, gitano por los cuatro costados y nacido en Órgiva, en la Alpujarra granadina. Preside la Pastoral Gitana en la Conferencia Episcopal Española desde 2008 y en septiembre de 2010 llegó a la barriada de La Paz procedente de Vegas del Genil. Reconoce que al principio se sintió «fuera de juego». Ahora se siente «parte del barrio» y defiende que «hay que dar oportunidades». «Hay gente muy bonica y que merece la pena», dice.

Entrevista con Antonio Heredia Cortés (mp3)

¿A qué orden pertenece?
No pertenezco a ninguna orden. Soy sacerdote diocesano. Desde que se fundó el barrio, hace unos 41 años, esta parroquia la han llevado los claretianos. Pero ahora mismo, con la falta de vocaciones, no se puede atender todo lo que se atendía antes. Ellos han dejado la parroquia y se ha hecho cargo la Diócesis. Vengo de Vegas del Genil. He estado cuatro años en Purchil, Belicena y Ambroz.

¿Qué diferencias encuentra, en la superficie y en el fondo, entre el trabajo que venía haciendo en un pueblo del cinturón como Vegas del Genil  y el que desarrolla en un barrio como este?

«La situación de La Paz no tiene que ver con el mundo gitano, tiene que ver con un barrio marginal»

Como director nacional de la Pastoral Gitana llevo tres años visitando barrios de España con la misma nota que tiene esta barriada del Polígono de Cartuja. Pero no es lo mismo ir de visita a pertenecer y formar parte del barrio. Aunque soy gitano, para mí ha sido fuerte, porque aunque hay una población gitana importante, lo de este barrio no tiene que ver con el mundo gitano, tiene que ver con otras características: las de un barrio marginal. Te choca ver la dejadez. Pudieran barrer todos los días 40 veces, que el barrio siempre está lleno de basura. La gente no utiliza las papeleras, que hay pocas. Luego está la basura: hay gente que va con su bolsa al contenedor pero hay gente que la deja fuera. A la semana de estar aquí, justo enfrente de la parroquia, apareció un coche quemado. Hay tiros por las noches de vez en cuando. Está también el tema de los ruidos…

¿Y en el fondo?
Desde que soy cura creo en la pastoral del zapato: si Mahoma no va a la montaña, la montaña tiene que ir en busca de Mahoma. Así que no soy cura de Sacristía sino de calle. Voy en busca de la gente. El hecho de desayunar todos los días en un bar distinto del barrio, conocer los ambientes, sentarte con la gente en la calle, te da también esa otra mirada que posiblemente no conoce la gente de fuera.  Aquí viven personas. Hay cuatro o cinco que son los que ensucian y los que dan la mala imagen del barrio. Pero descubres que hay mucha gente bonica y gente que merece la pena. Todas las mujeres y hombres que, por ejemplo, venden romero en la Alhambra, en la Catedral, los que limpian zapatos, los betuneros, son del barrio. Si coges un autobús temprano, que yo también los utilizo, encuentras a muchas mujeres que van a trabajar, a limpiar casas. O sea, que hay un grupo de gente sencilla que quiere vivir y ganarse el pan como cualquier persona, con su trabajo y con su sudor.

«Desde que soy cura creo en la pastoral del zapato. No soy cura de Sacristía sino de calle. Voy en busca de la gente»

Luego hay asuntos que te chocan. Todos tenemos derecho a tomarnos un café, a divertirnos, a salir, pero también es verdad que todo el mundo tiene que priorizar. Con el dinero que te gastas en el bar puedes comprar un cartón de leche, una barra de pan y una de mantequilla y desayunan tus niños mucho mejor. Ves a familias casi al completo desayunando en los bares y los niños se van con el bocadillo para el recreo. Son gente que, hablando con ellos, luego vienen a pedir, que están pasándolo mal y no entiendes esas cosas.

¿Cuán grave es la situación económica del barrio?

«En el barrio hay muchas familias que ya vivían en crisis. Pero aquí la gente lleva toda la vida buscándose la vida»

Esta crisis la estamos padeciendo todos pero los más pobres la padecen más. Ellos ya vivían en crisis. Aquí hay muchas familias que están muy mal. Pero es verdad también que aquí la gente sabe buscarse la vida. Llevan buscándose la vida toda la vida. Es verdad que aquí la crisis ha afectado a mucha gente, a muchos hombres que estaban trabajando en la construcción. Si te das un paseo por el barrio, ves en muchas calles a grupos de hombres jóvenes jugando a las cartas o al dominó porque no tienen trabajo. Yo, si me pongo en la piel del otro, soy padre o madre de familia y mi sueldo no llega y mis niños tienen que comer y vestir, pues yo no sé lo que haría para que mis hijos comieran. Luego hay mucha pillería, gente que sabe vivir del cuento, pero eso no quita a otro grupo de personas que lo está pasando realmente mal.

¿Esos otros barrios gitanos que ha visitado por su responsabilidad en la Pastoral Gitana, son similares o percibe aquí un grado mayor de exclusión?

«Las sociedades crean los basureros a las afueras de las ciudades. Son barrios idénticos hasta en su construcción»

Son similares. Las sociedades por desgracia creamos los basureros. En los cinturones de las ciudades, a las afueras, se crean esos barrios gueto, donde además los de fuera vienen hasta aquí a ‘cosas’ y se vive de un negocio negro. Eso es real. Se da en Valencia, en el barrio de La Coma; se da en Alicante, en el barrio de Las Palmeras; en Barcelona, en el barrio de La Mina; se da en Almería, en el barrio de Los Almendricos… Son barrios que hasta en la misma construcción, en cómo hicieron las calles y las casas, son iguales. Visitas un barrio y es la misma imagen y la misma forma y los mismos estilos.

Pero luego hay casos que rompen los estereotipos. Usted, por ejemplo, se hizo cura viniendo de una familia gitana.
Nunca pertenecí a un barrio marginal. Soy de la Alpujarra, de Órgiva, y me he criado en el Barrio Alto pero como cualquier niño del barrio. Mis padres no son ricos, son gente trabajadora. He visto que si ganas tres no te puedes gastar tres ni cuatro porque hay que guardar para cuando no haya. Yo no he comido Danone cuando niño ni vi una ropa de marca y mi madre nos lavaba la ropa por la noche para que al otro día fuéramos con ropa limpia a la escuela. Fui un niño pobre como cualquiera de los niños de mi barrio.

¿Entonces tal vez se trata de que en estos barrios gueto se crea un círculo vicioso que impide romper con la exclusión?
Aquí en La Paz hay gente que quiere salir y gente que apuesta por un cambio en su vida. Pasa que el barrio no ayuda. Un niño que viene de la escuela, que no tiene una habitación donde poder sentarse a gusto a estudiar en silencio, donde el ambiente es totalmente contrario al sacrificio, la constancia, no le ayuda. Pero de hecho aquí hay gente que ha estudiado, que trabaja y que rompe moldes. Es verdad que el hecho de vivir aquí te da unas ‘notas’ pero hay gente que quiere romper con esos estereotipos y de hecho rompe. Desde luego, lo tienen más crudo que al nacer y vivir en otros sitios.

¿Qué recuerdos tiene de su infancia y de su vida en la Alpujarra?

«Tuve una familia que apostó por mí. Para que fuera a estudiar, por ejemplo, vendieron una becerra»

Una vida muy sencilla, pero alegre. Tuve una familia que apostó por mí. Para que me fuera a estudiar, por ejemplo, vendieron una becerra. Porque mis padres nunca me han puesto impedimentos para estudiar y para hacerme sacerdote. De hecho desde los 15 años estoy metido en asociaciones de lucha por la justicia social. Sigo manteniendo las amistades que tenía, tanto gitanas como no gitanas, como mi amigo Pepe, que trabaja para Cruz Roja. Voy a mi pueblo y me siento a gusto con mi gente, con mis paisanos. Crecí sin sentir rechazo de ningún tipo. También porque mis padres, desde muy pequeño, me ensañaron a respetar, a saber estar.

¿En qué momento le surge la vocación?
La vocación me vino por el tema de la justicia social. Cuando tenía 20 años, estuve trabajando con Carlos Cano llevando una casa de acogida de niños saharauis, visitando los campos de refugiados saharauis en Argelia. Durante tres años fui director de una casa de niños enfermos. Tenía novia formal y toda la historia. Ahí no tenía claro lo de cura pero sí lo de dedicar mi vida a los más pobres, aunque el tema de la fe y de la vocación estaban ahí de alguna manera. Luego, pues ya lo ves con más claridad…

Recomiéndeme un bar para desayunar en el barrio.
El de la Rosi, por ejemplo.

Comentarios en este artículo

  1. A antonio le conozco es muy buena persona, sencillo,ycuando le llamamos en la hermandad de Ceferino gimenez malla no dudo en hacer un monton de kilometros para estar con nosotros.

    paca torres
  2. Cher ami Antonio,
    merci de m’avoir invite a participer a la Pastoral Gitana de Barcelona.
    Je m’excuse de vous repondre en francais, mais je peux lire votre article en espagnol.
    Je me rejouis de vous retrouver a Fatima, l’annee prochaine.
    Salutations fraternelles,
    paolo

    Meissner, Pablo
  3. El equipo misionero que trabajamos con los gitanos en la ciudad Córdoba, Argentina, admiramos y queremos al Padre Antonio Jesús Heredia quien ha sido muy amable en atendernos telefónicamente y em brindarnos orientaciones. Contamos con su apoyo.Y los gitanos del Barrio San Nicolás donde estamos están muy felices de saber que es un referente en la Pastoral Gitana

    mARÍA tERESA sOSA
  4. Hola me ha encantado tu blog y la pastoral que llevais a cabo, escribo tambien en un blog se llama así : grupo de los jueves y tiene noticias de la Basílica Nuestra Señora de las Angustias, (Granada) os admiro profundamente me gustaría que me escribieras y me enviaras noticias de vuestra parroquia y de la pastoral con gitanos para comentarlo en nuestro grupo, es precioso y lleno de vida el post con la entrevista al párroco D. Antonio, enhorabuena por todo eso que haceis por los demás y por personas tan estupendas. Un abrazo Inma

    Inma
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  7. Soy una gitana de Alicante de un pueblo llamado Mutxamel. LLevo muchos años queriendo ser monja pero mis padres no me dejan.Ellos no entiden esa vida,me gustaria que gitanos como tu hablasen con ellos

    Mª Carmen Rodriguez Garcia
  8. Mª Carmen, intentaremos hacer llegar tu mensaje a Antonio. Saludos y mucho ánimo!

    GranadaiMedia
  9. padre desde aqui en argentina te estamos agradecido por tus palabras en radio maria junto a nuestros gitanos por los cuales trabajamos y te pedimos ores por mas micioneros para esta mision gitana

    miguel ocaño
  10. Yo soy un joven de Granada, quiero ser sacerdote diocesano.Mi familia no es gitana sino mestiza (abuelo payo y madre gitana). Algun día me gustaría ayudar a evangelizar a la gente de barrios marginales de Granada.

    javier

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