«La buena gente se echa en falta siempre»

homenaje antonio merino

Antonio Merino (quinto por la izquierda) acompañado de algunos compañeros del colectivo vecinal.

La bondad suele dejar huella en su camino. Por ese motivo el paso de Antonio Merino por la asociación de vecinos Zaidín Vergeles, en la que ha ejercido como secretario mientras su estado de salud se lo ha permitido, no ha pasado desapercibido para nadie. Para reconocer su labor en el colectivo, el barrio le ha dedicado un cálido homenaje a este vecino del Zaidín, volcado en ayudar a los demás desde su jubilación.

Multitud de personas se congregaron el pasado 24 de octubre en la sede vecinal, donde celebraron una fiesta en su honor para agradecerle sus siete años de trabajo. Visiblemente emocionado ante la inesperada sorpresa, Antonio recibió una placa conmemorativa de la asociación acompañada de una fuerte ovación del público, incapaz de contener, como él, las lágrimas. Como parte del homenaje, su tocayo, amigo y compañero en el colectivo, Antonio Garrido, le dedicó una sentida poesía en la que describe su afable y altruista forma de ser.

Y es que poco después de que los médicos le diagnosticaran apenas seis meses de vida por su avanzada arteriosclerosis, este entrañable filántropo se propuso entregar a los demás el tiempo que le quedara de existencia, reconoce. No hizo falta verbalizar aquella promesa. Sus acciones han demostrado con creces su intención. Pasada una década de aquel demoledor, aunque por suerte fallido pronóstico clínico -y mientras su enfermedad se lo ha permitido- Antonio ha seguido volcado en su labor voluntaria en distintos colectivos.

Además de colaborar con Neuro-Afeic, la asociación de familiares y enfermos de ictus de Granada, este zaidinero de adopción –se mudó al barrio hace 14 años- ha trabajado como voluntario en la Federación granadina de personas con discapacidad física y/u orgánica (Fegradi) y en Sierra Nevada Natura Ability, club de esquí especializado en jóvenes con discapacidad intelectual. También ha participado activamente en el Patronato de Deportes, con el que lleva años organizando rutas de senderismo adaptadas para niños con diferentes discapacidades.

Mientras sus ojos le han dado tregua -hace poco perdió la escasa vista que le quedaba- ha sido voluntario fijo en numerosos encuentros deportivos de la ciudad (la Media Maratón, la Carrera contra el Cáncer de mama, la Carrera Nocturna, etc.) Su entrega ha permitido, por otra parte, la alfabetización digital de numerosos jubilados del barrio, a los que ha enseñado a manejar distintos programas y a navegar por la red en las clases gratuitas de informática que, hasta hace poco, impartía con la paciencia que lo caracteriza.

“En realidad no he hecho más que poner en práctica lo que me enseñaron desde pequeño. Mi madre era una santa que se desvivía por ayudar a los demás», cuenta Merino, restando importancia a su trayectoria con la modestia que siempre acompaña a quien rehuye de protagonismos y nada espera a cambio de sus gestos.

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Digno heredero de su ejemplo materno, su convicción en la necesidad de ayudar a los más desfavorecidos lo llevó a integrar la plataforma del voluntariado social de Granada, donde también ha dejado huella. Fue su amistad con Pepe Yáñez, vicepresidente de la asociación de vecinos del Zaidín, la que lo acercó hace siete años al colectivo vecinal, donde ha demostrado ser «una persona noble y muy trabajadora, además de un excelente secretario», resaltó el presidente, Antonio Ruiz, para el que siempre tendrá «la puerta abierta» si desea volver.

«Su enfermedad lo ha obligado a dejar su labor en esta asociación, donde lo echamos de menos. Será muy difícil seguir sin él porque la buena gente se echa en falta siempre», subrayó el representante vecinal. No fue el único con palabras de cariño hacia este zaidinero, un ejemplo a seguir por su bondad y desinteresada dedicación al prójimo.

Comentarios en este artículo

  1. Fue un acto lleno de emoción donde los vecinos del Zaidin le expresamos el cariño a Antonio.La AAVV de Zaidin Vergeles siempre se ha destacado por sus ideas claras y su buena gente

    Encarnita Gutierrez Jimenez
  2. […] Aún mayor premio que el merecido laurel por su implicación por los demás es la huella que la bondad de este zaidinero de adopción -se mudó hace 14 años al barrio- ha dejado a su paso. Así lo demuestra la impresión compartida sobre sus acciones y personalidad. “Lo da todo sin esperar nada a cambio. Es una gran persona” coinciden todos cuando se les pregunta por Antonio, que ha colaborado altruistamente con el colectivo vecinal hasta que su salud y menguante vista se lo han permitido. Para agradecer esta labor, sus integrantes le rindieron un emotivo homenaje el pasado año.  […]

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