Genil, un distrito donde las cosas van despacio
Con unos 31.000 residentes, Genil es un distrito donde las cosas «van despacio». Tiene buenos equipamientos, pero demanda más frecuencia en la conexión de autobuses con el vecino Zaidín.
Con unos 31.000 residentes, Genil es un distrito donde las cosas «van despacio». Tiene buenos equipamientos, pero demanda más frecuencia en la conexión de autobuses con el vecino Zaidín.
No cabe duda de que el Zaidín ha salido beneficiado de algunas iniciativas puestas en marcha en los últimos años, como el hospital y el resto de equipamientos del PTS o el metro. La contrapartida es que la vivienda, en propiedad y en alquiler, está cada vez más cara.
Los barrios que componen el distrito Norte están habitados por gente sana, trabajadora, que soporta como puede la mala fama que una minoría le proporciona en el resto de la ciudad. No la merecen, y mucho menos los vergonzantes cortes de luz que aún esperan una solución de las administraciones.
Ronda es el distrito más poblado de Granada y, puede que gracias a ello, tiene multitud de atractivos: zonas verdes, mucha vida, bonitos lugares donde pasear, el metro… Pero no todo son ventajas, también padece problemas de tráfico, contaminación, ruido y botellones.
Distrito decisivo en cualquier convocatoria electoral, en él conviven vecinos de toda la vida y nuevos residentes. Tras la apertura del PTS y el cierre del Clínico, el comercio tradicional se ha resentido muchísimo en la Plaza de Toros-Doctores. Entre los compromisos electorales, dar solución a la obra en ruinas de la Ciudad Deportiva Granada 92.
Los alumnos del colegio José Hurtado y sus padres han dicho basta y han protagonizado una protesta para exigir medidas urgentes y eficaces para revertir una situación escandalosa: allí los niveles de dióxido de nitrógeno cuadruplican el límite recomendado por las autoridades sanitarias
Es el lugar que todo el mundo termina por visitar. Tiene mucha vida y es donde se concentra la mayor parte de los hoteles, restaurantes y bares. La proliferación de terrazas y la masificación turística son, junto a la contaminación, son sus principales problemas.
El Albaicín, Patrimonio Mundial de la Unesco, es el barrio más visitado de la ciudad, parada obligatoria para turistas que llegan de todas partes. Eso le da vida y ayuda a hacer economía, pero el riesgo, cada vez más claro, es que se se termine convirtiendo en un parque temático.