Danza madura

En un mundo en el que la danza clásica, y también la contemporánea, parecen mundos reservados para las sílfides y los apolíneos cuerpos de los veinteañeros, disfrutar de un cuerpo de baile formado por artistas que han cruzado los 40 puede ser una tormenta de sensaciones. Sobre todo si ese cuerpo viene liderado por el gran Koen Augustijnen, uno de los mitos de los Ballets C de la B (Bélgica), que visita hoy y mañana, 6 y 7 de marzo, el teatro Alhambra.

“Algunos dirán que estoy demasiado mayor para bailar, pero este cuerpo ‘viejo’ ha almacenado una cantidad enorme de impresiones. Así que podrá ser más lento y tener un poco menos de Sturm und Drang que la fuerza pura de un bailarín joven, pero a cambio ofrece profundidad, vulnerabilidad y matices. En ese sentido, ‘Au-delà’ [título de la obra] se convierte en una confrontación con sueños que determinan nuestras vidas y los deseos que albergamos”, afirma el coreógrafo. En esta ‘Au-delà’, seis bailarines maduros, entre ellos el propio Augustijnen, evocan «la tensión, por una parte, entre el individuo y el grupo y, por otra, entre la realidad y la imaginación. Es la búsqueda de una forma innovadora con un nuevo equipo de bailarines distintos de los que ya habíamos conocido, unos bailarines con una personalidad aplastante». Si los trabajos recientes de Augustijnen se acomodaban sobre música barroca, aquí se incomodan sobre jazz remezclado para explorar el más allá de la danza. ¿Estamos ante una crisis de los 40?

Se trata además de un espectáculo de rabiosa actualidad, ya que Les Ballets C de la B apenas lo han estrenado (el pasado 1 de febrero) y están de gira por Europa. Con esto se demuestra que si hay algún sitio donde disfrutar de lo último de la danza contemporánea, está en el Realejo.