Opinión

Resistir es vencer

Silvia González
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Roja, feminista y sentimental. Empeñada en la memoria de los míos.

Una de las muchas fiestas reivindicaciones que se han hecho en la Plaza de las Palomas.

Una de las muchas fiestas reivindicaciones que se han hecho en la Plaza de las Palomas.

Cuando en julio del 2011 comenzamos la aventura de la Plataforma contra el cierre de la Biblioteca de las Palomas, todos veníamos con el entusiasmo de lo que estaba ocurriendo en las calles. Fue un movimiento espontáneo pero llevado por gente con mucha experiencia en reivindicaciones ciudadanas y participación en asociaciones de barrio. Se hicieron reuniones, lecturas populares, acciones reivindicativas, teatro… Todo con ganas, imaginación y mucho empeño.

Ayer leía a una compañera que ha sido una experiencia que le ha marcado. Creo que a todos los que hemos estado en esto, más o menos implicados en distintos momentos, nos ha supuesto una experiencia única y distinta, a veces fácil y otras muy difícil.

El desprecio y el ninguneo por parte del Ayuntamiento, tan clamoroso y vergonzoso, el intento constante de desprestigio a una Plataforma que con la fuerza de un grupo de mujeres ha mantenido abierta con total dignidad la biblioteca, recopilando fondos, y ha seguido luchando cada día durante estos cuatro años, convencidas de que merecía la pena, ha sido siempre un handicap añadido, pero en ningún momento ha hecho disminuir el empeño.

Lo que demuestra toda esta historia de la Biblioteca de las Palomas, como la lucha por la reapertura del Museo #ArqueológicoYA, es que la unidad de los ciudadanos y las asociaciones puede revertir situaciones y dejar en evidencia la lentitud e incapacidad de las administraciones para resolver cuestiones sencillas sobre servicios culturales básicos y tan absolutamente necesarios.

Está claro que Granada a “pesar de” cuenta con un movimiento ciudadano de enorme potencial e importancia y que el amor por la Cultura, la lucha en común, la unión de todos por la defensa de nuestros derechos se han convertido en algo prioritario. Debemos felicitarnos, si en un momento muy bajo para la Cultura y la Educación, el amor por ellas goza de muy buena salud y tiene tan excelentes resultados.

Y seguimos porque, como decía Federico García Lorca, «los pueblos son libros”.

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