
Pancarta desplegada por los vecinos en el acto inaugural de la Feria del Libro.
La lucha por la biblioteca de las Palomas ha ‘tomado’ la Feria del Libro. Los integrantes de la plataforma contra el cierre han aprovechado su acto inaugural, que se celebraba este 9 de mayo, para entregar sendas llaves simbólicas de este espacio cultural, situado en el Zaidín, a las «dos administraciones responsables de su olvido»- Junta y Ayuntamiento.
Al grito de «por la Cultura, reapertura» -y coincidiendo con el discurso de apertura del concejal del ramo, Juan García Montero– miembros del colectivo han subido a la tribuna para confiarle su bien más preciado: las llaves de una biblioteca pública por la que llevan luchando desde 2011, cuando el propio Montero decidió cerrarla para ceder sus instalaciones al grupo municipal de bailes regionales. Poco después, han hecho lo propio con la delegada de Cultura, Ana Gámez, como representante de la administración autonómica, a la que pertenece el edificio en la actualidad.
Con este acto simbólico, la plataforma ciudadana reclama a las instituciones la «atención de un espacio cultural olvidado». Los vecinos, que actualmente autogestionan sin recursos las Palomas, exigen «apoyo» para que se mantenga abierta cumpliendo su función como biblioteca, un «espacio público de primera necesidad para el acceso a la información, al conocimiento y al aprendizaje colectivo» de la zona más empobrecida del barrio, donde se enclava.
El colectivo ciudadano defiende la «responsabilidad pública» de este espacio cultural. Reclama, en consecuencia, que las administraciones cumplan su obligación de «mantenerlo abierto en las condiciones que estaba antes del cierre».
Su protesta pacífica por los libros fue interrumpida por la Policía, justo cuando los integrantes del colectivo abandonaba el acto. Agentes locales cortaron su paso para exigir la identificación del responsable de la movilización, «por infringir la ley», exhortaron, no sin antes advertir de la prohibición de concentraciones en la calle que superen las nueve personas sin el preceptivo permiso de la Subdelegación.
Los vecinos alegaron estar en un acto público y formar parte de una plataforma ciudadana sin un responsable directo. «Cumplimos órdenes», insistieron los agentes, que rehusaron aclarar si esas órdenes provenían del Ayuntamiento.
(09/05/2014)
Del PP que la cerró se puede esperar ese desprecio por la cultura pública y no rimbombante, pero el PSOE que tanto defendió su reapertura, es vergonzoso que lleve más de un año sin dar ninguna solución, cuando las soluciones existen. Vergüenza de PSOE si sus políticas son estas. Los militantes que vivan en el Zaidín deben estar horrorizados ante semejantes gobernantes.
Luis
Enviar a la policía municipal a identificar a los miembros de la plataforma ciudadana que piden algo tan descabellado como la reapertura de una biblioteca de barrio, es algo surrealista, propio de países subdesarrollados. ¿Con qué autoridad moral acuden nuestras autoridades culturales a los actos inaugurales de la Feria del Libro? Y luego, en lugar de encajar la protesta, avisan a su primo el de zumosol para que ponga orden entre tanta anarquía y libertinaje. Según la policía pretoriana que acudió rauda a la protesta obedeciendo órdenes de la superioridad, cualquier reunión de más de nueve personas sin la preceptiva autorización de la Subdelegación de Gobierno infringe la ley que regula el derecho de reunión. Recuerdo que en diciembre de 2013, catorce políticos se reunieron para hacerse la foto en la inauguración de una triste rotonda en Alhendín. Excedieron el límite permitido en cinco personas, pero en aquella ocasión no apareció ni el séptimo de caballería para hacer cumplir la ley.
Manuel
Reconozco que soy un completo ignorante en asuntos jurídicos. ¿Podríais indicar en qué normativa concreta se restringe el derecho de reunión en los términos recogidos aquí? En mi opinión ayudaría a enriquecer la noticia.
Muchas gracias. Un saludo 🙂
Bert
Pues nada, yo al menos me quedo con la duda de saber si esa normativa existe… 🙁
Bert