
La calle Mano de Hierro en su esquina con Arandas.
La calle Mano de Hierro, cerca de San Juan de Dios, recibe su nombre, como muchas otras de la zona, por haber sido la residencia de alguno de los héroes de la Conquista de Granada en la época posterior a la llegada de los Reyes Católicos. Sin embargo, al contrario que las cercanas Arriola o Arandas, no tiene el del apellido de su ilustre fallecido morador, sino el del sobrenombre que recibía, como ocurre con la también aledaña Gran Capitán.
En la actual calle Mano de Hierro tuvo su residencia, con mucha posterioridad a la llegada de los cristianos a la ciudad, don Cristóbal Fernández de Córdoba, del que se sabe que falleció en 1617 y era descendiente precisamente de la familia del llamado Gran Capitán, don Gonzalo Fernández de Córdoba y Aguilar.
Don Cristóbal tenía fama de mal genio y duro carácter castrense, según recoge el historiador Jorquera y lo cita Julio Belza y Ruiz de la Fuente en su ensayo ‘Las calles de Granada’. Por eso sus conocidos y subordinados lo apodaron ‘Mano de Hierro’.
Un barrio de Granada muy castrense
Del carácter militar del barrio da también testimonio uno de los edificios que hace esquina entre la propia calle Mano de Hierro y la calle Arandas, el Colegio Mayor Alsajara. Este edificio fue en tiempos mansión señorial donde naciese, en 1750, Andrés Pérez de Herrasti y Pulgar, descendiente del también mítico conquistador de Granada, Hernán Pérez del Pulgar, emparentado algo más lejanamente con los propios Fernández de Córdoba.
Durante la Guerra de la Independencia, Herrasti resistió heroicamente al frente de la plaza de Ciudad Rodrigo contra el asedio de las tropas francesas del Mariscal Ney. Una hazaña por la que lo recuerda una placa en la fachada de su casa natal.
En la actual calle Mano de Hierro ya no hay residencias de militares ilustres ni caballeros de otras épocas, pero sí un gimnasio, aunque se llame San Juan de Dios, como la calle vecina.
El mismo nombre que recoge la veterana imprenta que sobrevive frente a su puerta. Hay, además, dos pensiones, la de Arroyo y San Joaquín, varios edificios de viviendas y, en la esquina con la calle San Juan de Dios, se emplazan uno de los dos locales de la conocida Librería Babel y la Cafetería Restaurante Los Girasoles.
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