Calle Santiago: El parche necesario

Acaba agosto, acaban las vacaciones y la vida vuelve al barrio. Hay pocas novedades sobre el asfalto de un barrio histórico, pero una de ellas es el finalizado de las obras en la calle Santiago, vía mítica y complicada. Las obras de mejora han consistido en el levantamiento de empedrado y adoquines, reparación de los desniveles y de nuevo la colocación de los elementos viejos. ¿Se notan las mejoras? ¿Han sido molestas? ¿Era necesario?

Uno de los parches del suelo de la calle Santiago. Foto: GiM

Un pequeño sondeo por la calle deja una impresión de satisfacción estoica. En el bar del centro de la calle, el bar Antonio, no han sufrido mucho estas obras, ya que ha estado cerrado gran parte del mes de agosto. «Bueno, es un parcheado de la calle», comentan desde detrás de la barra. «Reconozco que pensé que iba a ser asfaltada. El problema vendrá cuando sigan pasando autobuses y camiones. Volverá a estropearse», añaden.

Uno de los vecinos del Realejo, paseando por el resultado, comenta en la misma línea: «Lo veo como un arreglo mediano. Han arreglado todos los baches, que era necesario. A ver lo que dura». Y José, que ya es mayor y conoce el barrio desde hace decenios, explica: «Vaya que si era necesario. Los conductores de autobús decían que esto era la montaña rusa del Realejo. No voy a negar que me hubiera gustado verla asfaltada, quizás como hicieron en calle Molinos, conservando una franja de adoquines, por aquello de los que gustan del tipismo. Ha sido un arreglo positivo, si bien puede  volver a hundirse».

Cruzamos la calle y entramos en la papelería y kiosco de la calle Santiago. Es uno de los negocios que ya han vuelto de las vacaciones y se han encontrado el ‘nuevo’ suelo. «No teníamos mayores expectativas. Hay que recordar que el arreglo y saneamiento integral de esta calle, que se hizo hace unos 7 años, duró un año y medio. ¿Qué iban a conseguir en sólo un mes?», razonan, y agradecen que al no haber esos baches que se encharcan al llover no tendrán que limpiar los cristales de su local cada mañana este otoño. «Hacían falta estos arreglos».

Otro vecino que sí ha tenido que frecuentar su casa durante este caluroso agosto está más contrariado. «No sabían ni cuándo podía o no podía meter mi coche en el garaje que tengo en esta calle. Además, han puesto otra vez lo mismo. ¿Para eso hacen obras?».

Lo cierto es que el barrio y esta calle soportan dos nuevos factores que intensifican el tráfico rodado por esta vía. Uno es la renovación de los edificios, que conllevan el movimiento de vehículos de gran tonelaje y envergadura que estropean seriamente el empedrado. Otro es el desvío del acceso a la Alhambra para coches y autobuses. Todo apunta a que se volverá a estropear. ¿Hay alguna solución alternativa?

(30-08-2011)