El próximo 24 de octubre, el Centro Sociocultural Gitano Andaluz cumplirá 25 años de existencia y de residencia en la cuesta del Hospicio. Esta institución, de sede granadina y ámbito regional, tiene como objetivo promocionar la cultura gitana, hacia la sociedad en general y dentro de la propia comunidad gitana, en la que imparte, por ejemplo, talleres para niños en diferentes escuelas.
La directora, Francisca Fernández, explica que la ubicación de la sede se eligió «para romper con estereotipos«. «A veces parece que los gitanos no tenemos sitio en las ciudades, que tenemos que vivir fuera de las zonas donde se producen las cosas importantes. Pero este centro está en el Centro«, afirma.
En un centro que pretende ser no sólo institución social, sino también foco de actividades académicas «ser vecinos de la Universidad nos ha ayudado mucho», ya que permite «estar en contacto, pero sobre todo ser percibidos como algo cercano. No somos unos institución que llame desde la otra punta de Granada u otra ciudad, somos vecinos. Establece cierta igualdad simbólica».
La institución coordina anualmente celebraciones como al ceremonia del río o la conmemoración del Holocausto gitano, mucho menos conocido que el judío, cuya memoria ha reivindicado en numerosos actos y con presentaciones de estudios académicos sobre el tema.

La directora del centro junto a uno de los bibliotecarios. Foto: GiM.
La Biblioteca, a la que se accede pasando por la Sala de Juntas -todavía sala de exposiciones improvisada, ha acogido muestras internacionales como la organizada por la Universidad de Debrecen, Hungría, sobre la minoría gitana de su país-, es la joya de la corona de las instalaciones, con más de 4.000 volúmenes sobre etnografía, Historia, lengua y tradiciones gitanas. Más que la cantidad, importan la calidad y la selección, ya que algunos manuales de referencia difíciles de encontrar han atraído a investigadores de otros países
Por ejemplo, la investigación del checo Ivo Buzek en 2004, que se zambulló durante meses en los manuales sobre lengua caló que atesora la biblioteca para publicar un estudio que ahora se guarda tras las cristaleras acompañado de los que él mismo utilizó para documentarse. Sesudas investigaciones que comparten estanterías con volúmenes como La Historia de Manuela, un cuento para niños centrado en la vida de una niña gitana para difundir los valores de igualdad y tolerancia.
En 2013 un total de 437 usaron para consulta o préstamo los manuales y archivos del fondo bibliográfico del centro. Curiosamente, del total de 150 préstamos, más de la mitad, 80, fueron a extranjeros, con mayoría de investigadores franceses (18) y japoneses (12). Aunque la mayoría de los profesionales venían del ámbito del flamenco, la segunda profesión más habitual entre los usuarios fue la de mediador intercultural, seguida de cerca por militantes del movimiento asociativo gitano.
Una actividad que, más allá de presentaciones y ruedas de prensa, en los talleres en los colegios o en los investigadores que amplían conocimientos sobre el caló, busca normalizar la cultura gitana como parte de la cultura andaluza. En el caso de Granada, con la bandera del pueblo gitano ondeando en la puerta del Centro Sociocultural no tan lejos de la de España en la rotonda de la Avenida de la Constitución.
(09-09-2014)
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