‘Cerrado por vacaciones’. El cartel que todavía hoy se puede ver entre un buen número de anuncios de empleo y formación se colocó en las puertas de acceso del Hotel Triunfo en febrero. Desde entonces no ha vuelto a abrir sus puertas.
La media docena de trabajadores que se encargaban de mantener abierto el hotel en los últimos meses sabía desde el momento en que se colgó el letrero que ni aquello eran vacaciones ni, mucho menos, iban a ser pagadas. De hecho, las últimas nóminas que dejaron de percibir tras el cierre han sido asumidas por el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), según informó a GranadaiMedia uno de los afectados.
El céntrico establecimiento hotelero de cuatro estrellas, a tan sólo unos metros del Arco de Elvira y de Gran Vía, llevaba varios meses funcionando con las cuentas embargadas.
Al empresario Antonio Fernández Santoyo, presidente y director general del Grupo Hocafersan, la empresa que explotaba el Hotel Triunfo, se le torcieron los negocios en su intento de expandirse por el resto de provincias andaluzas. Eso, al menos, piensa uno de los trabajadores que estuvo a su servicio: “El Triunfo, para ser pequeño, era rentable por el lugar en el que se encuentra, pero [Fernández Santoyo] invirtió en demasiadas cosas: en un complejo turístico a la entrada de Jaén, en otro hotel de Málaga donde tuvo problemas para abrir… ”.
“El Triunfo era rentable por el lugar en el que se encuentra, pero [Fernández Santoyo] invirtió en demasiadas cosas»
El empresario jienense (Cabra de Santo Cristo, 1949) puso en marcha en 1989 el hotel de cuatro estrellas que, tras una remodelación en el año 2000, contaba con 37 habitaciones distribuidas en tres plantas. En la zona de cocinas se elaboraba la comida del servicio de catering que ofrecía otra de las empresas paralelas del empresario jiennense, Hostelería Granada S.A., sociedad familiar con la que también explotaba restaurantes y cafeterías, entre ellas la del Hospital de Traumatología mediante concesión administrativa.
Igualmente era propietario de varios inmuebles, entre ellos tres viviendas abandonadas en la misma acera del hotel –los números 11, 15 y 18 de la Plaza del Triunfo– en las que recientemente se han llevado a cabo trabajos de conservación. El Ayuntamiento de Granada llegó a multar al empresario por no realizar obras de seguridad. Según ha podido conocer este diario, uno de los edificios ha sido ya vendido.
Que en una ciudad como Granada, rendida al turista, donde sólo se han abierto hoteles en los últimos años, cierre uno de los establecimientos más céntricos resulta, cuanto menos, chocante. Mucho más si éste está en pleno centro histórico a un paso de los principales monumentos de la capital. “Tampoco podía poner precios abusivos porque hoteles de menos estrellas ofrecen la misma calidad por menos dinero”, señala uno de sus antiguos empleados que pasó por distintos negocios del Grupo Hocafersan.
En uno de los bares cercanos ya han sido testigos de la visita al hotel de varias personas que han mostrado interés en conocer sus instalaciones. De momento en la fachada principal del hotel ondean aún las banderas locales y la de distintos países europeos, un tanto deslucidas por el sol.
Las puertas de acceso se han convertido en improvisados tablones de anuncios y las plantas de la terraza de la cafetería del hotel hace tiempo que se secaron por falta de cuidado. Una de las jardineras lleva destrozada varias semanas sin que nadie se preocupe de retirarla, un detalle que explica, a modo de símil, el descalabro del negocio.
(8-8-2013)
El hotel ha abierto de nuevo sus puertas desde el pasado 15/09/2015 y es gestionado por el Grupo Hotusa bajo el nombre de «Hotel Arco Elvira».
Juan Carlos