
Los cascotes del muro del callejón de las Monjas permanecen en el suelo.
El desprendimiento en uno de los muros del callejón de las Monjas ha obligado a intervenir a los bomberos de Granada ante la peligrosidad de que la pared se desplome y acabe afectando al Palacio de Dar al Horra, la antigua residencia palaciega de la madre de Boabdil.
El pasado sábado una dotación de la Policía Local que patrulla las calles del Albaicín avisó al servicio de Emergencias de Andalucía 112 de la peligrosidad del muro que separa el callejón de las Monjas, junto al carmen de las Maravillas, propiedad del Opus Dei, convertido hoy en un solar abandonado.
Los bomberos se personaron en el lugar a las 11:2o horas para proceder a la demolición de la parte superior del muro ante el riesgo de un desprendimiento, según informaron fuentes del Cuerpo de Bomberos de Granada. Se señalizó con un precinto el lugar para advertir a los viandantes de la peligrosidad de la tapia.
Se trata de un lugar utilizado por los jóvenes para acceder al interior de la Puerta de Monaita, una de las antiguas entradas a la ciudad, con vistas privilegiadas pero deteriorada por las pintadas y la celebración de botellones. El Ayuntamiento de Granada, a petición de los vecinos, decidió taponar el hueco por donde se colaban, pero ni siquiera ello ha impedido que lo sigan intentando. Hoy mismo algunos jóvenes habían accedido al interior del recinto monumental saltando por el muro afectado.
Un portavoz del Cuerpo de Bomberos informó a GranadaiMedia que se ha encargado a los técnicos un informe sobre los daños y el estado del muro para que, en caso de peligrosidad, se ponga en conocimiento del propietario y repare la tapia.
Urinario público

La marca indeleble de los orines en uno de los rincones del Palacio de Dar al Horra, junto a dos botellas.
A escasos metros de la tapia por donde escalan los jóvenes para plantarse en la Puerta de Monaita se encuentra el Palacio de Dar al Horra, cuyos muros están siendo utilizados como urinarios públicos. Su fachada fue limpiada recientemente de pintadas en una intervención modélica que encargó la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía y que costó 60.000 euros. Los grafitis no han vuelto a aparecer pero las marcas de orina en alguno de sus rincones parecen indelebles.
Los vecinos han solicitado al Ayuntamiento en la última Junta Municipal de Distrito que se limpie a conciencia los rincones del monumento palaciego, pero el gobierno municipal echa balones fuera. Sostiene que todo lo que concierna al Palacio de Dar al Horra compete a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía.

Una de las recientes pintadas que se han hecho en las proxmidades del Palacio de Dar al Horra.
A la vuelta de la esquina, en otra de las tapias perteneciente a un carmen privado, próximo también al palacio, un anónimo grafitero ha dejado una muestra más de su estupidez: un canto a la basura que nada tiene que ver con Violeta Parra.
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