
#AcampadaGranada en la Plaza del Carmen. Foto: Ferminius
Durante un mes, Granada tuvo su propia sucursal de la indignación general en España en la Plaza del Carmen. Entre el 17 de mayo y el 19 de junio de 2011 dio tiempo a que José Torres Hurtado alcanzase su tercera mayoría absoluta y el Granada CF subiese a Primera después de 35 años.
La asamblea de la plaza se disolvió y diseminó, para llegar hasta la Biblioteca del Zaidín, o las vías del tren de la Chana. Por su propia naturaleza, el “15M” nunca existió como organización, pero sí fue el comienzo de un ciclo de protestas ciudadanas que han marcado la historia de la ciudad en la última década.
Cuando se pedía Democracia Real Ya
Javi Díaz Muriana es malagueño, estudiaba en Granada allá por 2011 y ahora vive en Jaén. Fue uno de los fundadores de Democracia Real Ya en la ciudad, un grupo que surgió gracias a Facebook y alrededor del Master de Cooperación Internacional de la Fundación Euroárabe.
Lo primero para él es rememorar la sorpresa por la cantidad de gente que se reunió aquel 15 de mayo en la ciudad y la discusión en el Paseo del Salón sobre imitar las acampadas que se estaban produciendo en el resto del país. “Yo me negué, y no creo que la acampada sea necesariamente una continuación de la manifestación, pero entiendo que la imagen en Plaza del Carmen o Sol al final fue simbólica”.
En ese momento “nos levantamos porque empezábamos a ser conscientes de lo que ahora ya tenemos claro, la ruptura del contrato social generacional. Que los hijos o nietos iban a vivir peor que los padres. Creo que eso en Andalucía sigue siendo algo difícil de digerir, porque históricamente no nos ha dado tiempo a que haya una generación no precaria”. Si algunas ideas del 15M han permeado a través de los partidos nuevos a la política institucional es porque “impugnábamos todo… menos el propio sistema. Creo que lo que sigue pidiendo mucha gente ahora es lo mismo: más democracia, servicios públicos, igualdad…”.
Las siete vidas de la Biblioteca Las Palomas

Fiesta para la celebrar la inminente reapertura de Las Palomas como biblioteca pública, cuatro años después de iniciadas las protestas. Foto: GiM
Luis Cotarelo era uno de los activistas de la Asamblea del 15M en el Zaidín al terminar la acampada y que mutó en la Plataforma de la Biblioteca de Las Palomas. “En el Zaidín existía ya un grupo de mujeres activistas con mucha experiencia que nos hicieron aterrizar las demandas del 15M, que eran muy generales, en causas concretas. Ese mismo verano estaba el rumor del cierre de la Biblioteca de Las Palomas. De hecho, se ejecutó el 8 de agosto, y en el barrio se vivió como un ataque porque representaba la igualdad de oportunidades y los servicios públicos para todos”.
Lo recuerda como “un símbolo de las luchas de barrio, porque unió a gente mayor y niños en edad escolar. El Zaidín no se movilizó por redes, sino literalmente: se hacían bicicletadas y se gritaba por las calles anunciando las horas de la asamblea, adaptadas para que pudiese ir todo el mundo según su disponibilidad. Las mujeres del Zaidín nos dieron una lección de organización enseñándonos a poner el cuidado del grupo por delante. Fue un ejemplo de movilización. Eran más 15M que la acampada de la Plaza del Carmen”.
“Las mujeres del Zaidín eran más 15M que la acampada de la Plaza del Carmen”
En 2016, tras más de cuatro años, se consiguió que reabriera como biblioteca pública. “Nadie esperaba que tuviese la repercusión que tuvo. Escritores como Andrés Neuman o Muñoz Molina nos apoyaron, se hizo eco la prensa internacional. Además, hubo un momento, cuando se ocupó el edificio, en el que se debatió si convertir Las Palomas en un espacio autogestionado y salió del mismo barrio que no: querían una biblioteca pública”.
La ‘indignación’ desde la Universidad

‘Funeral’ de la Educación Pública. Foto: Alejandro G. Montoro
Eva sigue viviendo en Granada, aunque ya no es estudiante. Se incorporó al 15M, si esto así era posible, no en la acampada, y recuerda que “muchos alumnos ni sabían que existía la Delegación de Alumnos de la Universidad. Se intentó sacarla de la lógica de que se turnasen en ella gente de las juventudes de los partidos. También entiendo que, aunque las personas rotemos porque nos graduamos y muchos se van de Granada, queda un aprendizaje. Cuando hace un par de años hubo polémica porque la nueva app de la UGR no respetaba la protección de datos, se respondió rápido y se llamó la atención gracias a aquella experiencia”.
“La Marea Granate, la de los españoles que viven fuera, sigue ayudando a mucha gente a hacer trámites”
Recuerda que el reparto de pines verdes, en apoyo a la Marea Verde que defendía la Educación Pública, “fue improvisado: juntamos lo que llevábamos suelto, nos metimos en Tejidos El Kilo y compramos el fieltro verde más barato y luego imperdibles de un bazar. Parece una tontería, pero yo veo que ahí nacieron herramientas de organización que siguen existiendo. Por ejemplo, la Marea Granate, la de los españoles que viven fuera, sigue ayudando a mucha gente a hacer trámites, sobre todo si en algún sitio no hay consulado, y gracias a ella muchos hemos podido votar estudiando o trabajando en otro país”.
#ArqueológicoYA

Manuel ‘el de la Loles’ tocó la guitarra en la concentración de la Plataforma por la reapertura del Museo Arqueológico. Foto: GiM
Alberto Donaire es uno de los miembros de la Plataforma #ArqueológicoYa, que pasó cuatro años peleando por la reapertura del Museo Arqueológico de Granada. Cree que fue una movilización muy relacionada con el 15M. “Al final las protestas nos hicieron ver que la democracia no es solo votar cada cuatro años, sino participar en la gestión del lugar donde vives. Nosotros empezamos en 2014 desde Twitter. Éramos ciudadanos de Granada preocupados por el Museo y que no nos conocíamos en persona. Hicimos una primera concentración que tuvo buena acogida y decidimos continuar todos los meses. Y al final fueron cuatro años”.
“Las protestas del 15M nos hicieron ver que la democracia no es votar cada 4 años, sino participar en la gestión del lugar donde vives”
La reapertura del Arqueológico en 2018 –aunque una planta, nos recuerda, sigue cerrada– fue un logro “desde la ausencia de afiliación política. Lo peor en esta vida es que una decisión dependa de dos administraciones diferentes, porque se dedican a echarse la culpa. En ese momento la Junta era del PSOE y el Gobierno del PP y los dos se creían que cuando protestábamos es que íbamos de parte del otro. Por eso quisimos siempre mantener la plataforma alejada de los partidos. Ese aprendizaje lo guardaré siempre: que los ciudadanos, si queremos, podemos organizarnos fuera de esa lógica partidista”.
“La Marea Amarilla no ha muerto”

Manifestación por el soterramiento de las vías del AVE a su paso por La Chana. Foto: GiM
José Fernández Ocaña, ‘Rufo’, veterano presidente de la Asociación de Vecinos de la Chana, nos recuerda que las movilizaciones por el soterramiento del AVE venían de mucho antes del 15M. “Tanto la asociación como los vecinos de La Rosaleda por su cuenta nos estábamos moviendo contra las vías que siguen encajonando el barrio, así que para sumar a más gente y como era el momento de las mareas, decidimos llamar a la plataforma Marea Amarilla. No esperábamos que se nos uniese tanta gente: Loja, Guadix, Mujeres por el Tren…”.
Tras este tiempo, Rufo lamenta que muchos de los apoyos políticos o de asociaciones de fuera de la Chana “se diluyesen al llegar el AVE. Se ha olvidado que nació pidiendo el soterramiento de las vías, aparte de que este AVE que ha llegado al final se un poco de juguete. En Murcia se consiguió porque toda la ciudad se movilizó unida al comprender que no era algo de un solo barrio, pero aquí nos han engañado con que solo se pedía acabar con los tres años sin tren”.
“La Marea Amarilla de la Chana no ha muerto, solo está dormida y esperando el fin de la pandemia”
La Marea Amarilla de la Chana, por tanto “no ha muerto, solo está dormida y esperando, también por el fin de la pandemia. A los políticos de todos los colores solo les reprocho que fueron a la Mesa del Ferrocarril en parte a hacer campaña y ver cuándo nos callábamos. El proyecto era soterrar el tren y convertir las vías en un gran corredor verde que uniese la ciudad con la Vega, y a nosotros no se nos olvida y volveremos a la calle”.
Dos Hospitales completos y un 8M
55.000 personas según la Policía, 80.000 según la organización, en cualquier caso, cifras de récord y pocas veces vistas en la ciudad, se vieron un 15 de octubre, pero de 2017, en aquella ocasión para pedir dos hospitales completos en la ciudad y contra los recortes en Sanidad. Encabezada por Jesús Candel, Spiriman, aquel movimiento arrastró a las mareas blancas del resto de Andalucía, con apoyos del resto de España y obligó a recular a la Junta de Andalucía y a desunir lo que había unido a golpe de ordeno y mando la gerencia hospitalaria. Menos eco o seguimiento tuvieron en cambio las protestas del personal de la Atención Primaria, cuando aseguraban que tantos recortes en Sanidad nos pasarían factura.

Más de 100 comunicadoras de Granada se unieron al manifiesto Las periodistas paramos.
Granada también fue una de las ciudades que se unió a los dos 8M globales anteriores a la pandemia. En 2018 y 2019 se batieron récords de convocatoria en defensa de los derechos de la mujer. La Huelga Feminista que siguió al Me Too convocó incluso a sectores que habitualmente, como colectivo, se mantienen al margen de estas convocatorias. Más de 100 mujeres periodistas de Granada suscribieron el manifiesto Las Periodistas Paramos y se sumaron a la reivindicación colectiva de igualdad real, reclamando, también en los medios de comunicación, una perspectiva de género.
La semilla que germinó
Almudena era una de las compañeras de Díaz Muriana en DRY Granada. Igual que él, ya no vive en la ciudad. En su momento trabajó en los grupos de difusión en redes, recordando la gran manifestación del 15 de octubre de 2011. “Diez años después veo el 15M como un gran árbol al que le crecieron muchas ramas, con cientos de hojas, brotes, frutos y extensas raíces que calaron muy hondo. Se pasó de una sociedad estática a una en la que política ha pasado a tener un gran protagonismo. DRY puso la semilla y el 15M la regó. Me quedo con eso. Respeto profundamente todo lo que ha surgido desde entonces”.
“Democracia Real Ya puso la semilla y el 15M la regó. Me quedo con eso”
Respecto a los grupos que se formaron en Granada “somos familia a día de hoy, seguimos en contacto diario. Solo por eso ya mereció la pena. A nivel de activismo no hemos hecho mucho más. La mayoría ya no estamos en la ciudad, los trabajos y la vida misma nos han llevado por otros derroteros… pero igual sólo estamos en estado latente”.
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