
El nº 13 de San Pedro Mártir, donde nació Ángel Ganivet, según el testimonio de Salvador. Foto: GranadaiMedia
Como en toda leyenda urbana o dato demasiado antiguo, las teorías y las conclusiones pueden variar según la fuente. Hoy la que está considerada como la casa donde nació el escritor Ángel Ganivet, en la calle San Pedro Mártir es y no es su casa natal. En esta web ya salió a relucir, el pasado mes de abril, el margen de error en función de la documentación que se consultara, porque podía ser el número 15 o el número 13 de dicha calle del llamado Barrio de la Virgen. Una vez que en GranadaiMedia se difundió el estado de abandono y ruina en el que estaba el inmueble, otros medios y colectivos se hicieron eco, llegando incluso Izquierda Unida a formular una petición para que el Ayuntamiento se hiciera cargo, y la asociación Oppidum Eléberis hizo lo propio a través de una recogida de firmas ciudadana y virtual. Pero hay un vecino que asegura dormir en el cuarto en el que Ganivet realmente nació, justo al lado.
Ayer por la mañana, la calle San Pedro Mártir estaba cortada al tráfico y un contenedor de obra iba acumulando restos y cascotes que salían del interior de este inmueble, que estaba en un estado realmente lamentable. Por expediente 6413/13 de la Concejalía de Urbanismo, y con carácter urgente, se están realizando trabajos para la estabilización del edificio (con el arquitecto Carlos Sánchez Gómez y la promotora Coroyfer). No es la recuperación del edificio, pero es un buen paso para que no se caiga.
Salvador García, a sus 91 años, sale del portal de al lado con el periódico bajo el brazo (se le puede ver en la imagen) y se detiene ante el portón abierto. Está viudo, vive solo en el número 13. Se ha arreglado y se ha puesto corbata porque a su difunta mujer le gustaba que fuera curioso. Desde que ella murió no se ha vuelto a comprar más ropa para él que la que ella le había comprado en vida. «Hay que ver, la que tienen ahí liada, que cuando no son unas obras son otras, lo que me ha tocado soportar», se lamenta sin quejarse demasiado en serio. Él lo tiene muy claro. Ahí no nació Ángel Ganivet, ese pequeño tractor está entrando y saliendo del que fuera el molino de la familia, que aprovechaba las aguas de la Acequia Gorda. Porque el número 13 y el 15, hace 150 años, eran el mismo número, y donde estuvo el molino familiar sólo vivía la servidumbre. «Él nació en el mismo cuarto en el que duermo yo todas las noches», asegura. «Evidentemente ha cambiado por completo, lo que era una sola casa ahora está dividido en varios pisos, pero la ventana sí es la original», explica este granadino. Vive de alquiler en ese piso desde hace 30 años, pero conoce perfectamente la zona porque por aquí vivían sus tíos y de pequeño fue al célebre ‘Colegio de Doña Paquita’ de la calle Enriqueta Lozano. Además, se confiesa enamorado de la historia de Granada, y lo demuestra con una gran cantidad de datos históricos, recuerdos y anécdotas sobre el Duque de San Pedro de Galatino -al que llegó a conocer-, el tranvía que subía a la Sierra, sobre los doce palacios de Granada, las distintas vidas de Bibataubín o del Cuartel de las Palmas, y un largo etcétera. Y entre esos datos históricos que ha corroborado está el lugar del inmueble donde Ángel Ganivet vino a este mundo.
«Este era el molino, y ahí dentro llegué yo a ver una rueda de molino gigante que ya no está», recuerda. En el bloque en el que Salvador vive, hubo un patio lujoso con mármol y una fuente de alabastro, propiedad de la familia Ganivet, que ya tampoco existe, como tantas otras cosas. También dos aljibes, como hubo en buena parte de las viviendas de esta barriada, ya cegados. Esto daría la razón, como ya se publicó en abril, a las publicaciones de la revista Blanco y Negro de 1965 y a la web documentaciongranada.org.
En este edificio también empezó a crecer el imperio de las célebres Maritoñis
Y no es la única historia memorable de este edificio, que podría tener, desde su versión primigenia, varios siglos de vida. Resulta que fue en este mismo inmueble, aprovechando los espacios de su planta baja, donde creció el imperio de las tortas Maritoñi. Tras empezar en el obrador familiar, el fundador y creador del famoso dulce, Raimundo Pérez, se trasladó a este edificio en los años 50. La fama hizo que su empresa siguiera creciendo y se fueron a una fábrica propia en la calle Agustín Lara en 1965.
Así las cosas, GranadaiMedia, Izquierda Unida o Oppidum Eléberis podrían estar equivocados o no. Porque nacer, Ganivet nació ahí, la diferencia podría ser de unos metros. Es una línea en la relación de hechos históricos que han sucedido en este cuadrante de calles paralelas que se cruzan bajo el Realejo, y que son muchas y tienen muchos nombres ilustres, más de lo que parece. Lo que seguramente es necesario, de aquí a un tiempo, es si no un centro de estudios dedicado al escritor, al menos un adecentamiento y una placa que conmemore el dato. Y que las obras terminen para que Salvador pueda dormir.
(28/11/2013)
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ángel arias
Tenia entendido que Ganivet nacio en la cuesta de Los Molinos.
Maritoñi empezó en la paralela a la Gran Via tras el Gobierno Civil. Yo las compraba alli con mi padre en 1963
edu
Según lo que hemos recabado, Edu, Ganivet nació en esta calle y vivió en ella sus primeros nueve años, hasta que se quedó huérfano de padre y se mudo a la casa molino. De ahí su relato autobiográfico ‘La derrota de los greñudos’.
Y según las informaciones que manejamos, cuando Maritoñi empezó a expandirse estuvo un tiempo en este edificio, después de estar en la calle Santa Lucía -que es la dirección que apuntas- y antes de mudarse en 1963 a su gran fábrica de la calle Agustín Lara.
Luis Arronte