El Encinar, 20 años de agroecología

La asociación promueve el cultivo ecológico a precios justos para agricultores y consumidores desde hace dos décadas. En su establecimiento del Zaidín se trabaja en la creación de un sistema de truque y un banco del tiempo que permitan crear redes entre sus 400 socios.

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Sole Ortega, Elena Varas y Antonio Hernández, tenderos del Encinar.

“En el momento en que el mercado marca el precio de los alimentos sin haber tocado la tierra desaparece la economía real y las personas”. Lo explica Fran García, agricultor de Dúrcal que desde hace varios años integra El encinar para evitar que terceros especulen con su cosecha. Como él, más de 20 productores granadinos forman parte de esta asociación del Zaidín que promueve el cultivo ecológico y de calidad a precios justos para agricultores y consumidores. Con esta idea “se eliminan intermediarios para que ambas partes –unos 400 afiliados actualmente– se beneficien”, cuenta Teresa García Chillón, presidenta de esta asociación sin ánimo de lucro que en 2013 cumplirá 20 años.

Desde su nacimiento, “criterios de sostenibilidad y comercio justo” han guiado El Encinar, detalla Teresa, mostrando los distintos tipos de productos ecológicos que llenan las estanterías de la tienda, situada en la calle Margarita Xirgú: Inicialmente en el establecimiento solo podían adquirirse frescos –frutas y verduras-, pero con los años “se ha incorporado de todo”: desde alimentación a limpieza o cosméticos. La mayoría son ecológicos –el 100% en el caso de los frescos- y todos sin excepción cumplen una máxima común: condiciones de trabajo dignas en su producción y elaboración, respeto por el medio ambiente y contribución a una economía más justa.

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Fran, con algunos de los rábanos ecológicos que ha recogido en su finca.

Precisamente para demostrar que otra economía es posible, el colectivo trabaja en la creación de un banco del tiempo y un sistema de trueque. Aunque ambas iniciativas están en fase de pruebas, su idea es sustituir el dinero como única moneda de cambio, de forma que los integrantes también tengan como recurso el canje de servicios. Por el momento, cada uno apunta aquello que ofrece y necesita en un libro para su posterior intercambio. “Pensamos en desarrollar ambas posibilidades porque hay muchas personas con habilidades en la asociación y pretendemos crear redes entre ellas”, destaca la presidenta del Encinar, con intención de contactar con otros colectivos del barrio que desarrollan proyectos similares para estudiar posibles colaboraciones.

No en vano,  El Encinar promueve “la agroecología como filosofía de vida [lo que supone la incidencia en todos los aspectos de la realidad desde una perspectiva holística] y sustituye el consumismo por la suficiencia alimentaria”, explica Fran, al que el colectivo le ha dado la posibilidad de autogestionarse. “España es el mayor productor hortofrutícola, pero los agricultores cobran poquísimo, mientras el precio de sus cultivos se multiplica por cinco cuando llega al consumidor final. No se protege a la agricultura. Si llevara mis verduras a una frutería convencional doblarían su coste y a mí me pagarían migajas. La asociación, en cambio, permite la venta directa al consumidor, con el que acordamos precios que beneficien a ambas partes”, comenta este enamorado de la agricultura y la alimentación sana que intenta «ser coherente» con su «forma de vida» y su «actuación sobre el medio», subraya.

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Isa Haro (centro) y Teresa G. Chillón junto a uno de los socios del colectivo.

El desequilibrado precio -agrega- no es el único que sufre la agricultura y, por extensión, la alimentación mundial. Cuatro compañías controlan el 75% de las semillas en el mundo: Monsanto, DuPont, Syngenta y Groupe Limagrain. Estas multinacionales crean simientes híbridas que encadenan a los agricultores a su compra, ya que no germinan si se conservan para la siembra siguiente. A esta atadura se suma la introducción de transgénicos y variedades genéticamente mejoradas que, al entrar en contacto con los cultivos naturales, a través de la polinización –o lo que es lo mismo, el traslado del polen de una planta con otra- ‘adulteran’ los productos, provocando una pérdida de biodiversidad.

El Encinar trata de combatir estos problemas llevando la agricultura ecológica más allá: lo que se conoce como agroecología. “No nos limitamos a cumplir una normativa legal de no utilizar determinados productos fitosanitarios para cultivar. Eso lo enriquecemos con condiciones dignas de trabajo, preservación de variedades locales, cuidado de la biodiversidad, mejora de la tierra, las personas y la economía”, cuenta Fran, que produce unas 20 variedades diferentes de hortalizas anuales.

Concurso de recetas de calabaza organizado en uno de los Vermuts para dar la bienvenida a los nuevos socios.

“Intentamos implicar a los integrantes en la creación de un proyecto independiente y viable que apoye a los productores locales y la soberanía alimentaria, acercando, de paso, el campo a la ciudad”, agrega Teresa, subrayando sus palabras.

La asociación impulsa, con esta idea, campañas de sensibilización y consumo responsable, la última para promover el uso del cartón en lugar del plástico, y publica su propia revista, ‘La Bellota’, en la que, además de informar de sus actividades, analiza contenidos de actualidad relacionados con la agroecología, la alimentación saludable o el medio ambiente, entre otros temas.

Certificación ecológica alternativa

La divulgación y la formación representan pilares esenciales del colectivo, que ofrece a los agricultores asesoramiento en sus fincas, comenta Isa Haro, perito agrícola del Encinar encargada de esta función, entre otras. “Aportamos información en temas concretos, como fertilización a base de plantas que curan a otras, variedades de temporada o campañas para que se conozcan y se consuman determinados productos estacionales“, detalla.

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Encuentro en la finca de uno de los productores del Encinar

Al mismo tiempo, los socios realizan visitas mensuales a las fincas de los productores, donde conocen de primera mano las dificultades que sufren o las técnicas que emplean. Allí pueden aclarar los interrogantes que les surgen sobre la agricultura ecológica, “basada en el cultivo tradicional con mejoras tecnológicas”, resume Fran.

“Cada cuatro meses analizamos la calidad de los cultivos. Estos estudios se complementan con los encuentros y el asesoramiento in situ”, las bases del Sistema Participativo de Garantía que utiliza El Encinar para certificar sus cultivos ecológicos, informa Isa. La asociación comparte este SPG con EcoValle, con el que trabaja conjuntamente en una alternativa de certificación, añade. También pertenece a la Federación andaluza de consumidores y productores ecológicos (FACPE).

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La presidenta de la asociación muestra una de las etiquetas.

Para dar a conocer, por otro lado, la procedencia de los artículos, el establecimiento del Encinar muestra un póster con el productor del mes y etiquetas personalizadas con “información de cada alimento que permite al consumidor realizar una compra crítica”, destaca Teresa, para la que resulta muy importante «acercar las variedades locales y sus productores» con medidas como éstas.

Con este objetivo, promueven otras iniciativas como concursos de recetas o catas de los cultivos de temporada. “Aprovechando las fiestas del barrio organizamos una degustación con más de 30 tipos distintos de tomates”, recuerda la presidenta, sin olvidar los talleres que impulsa el colectivo relacionados con cosmética natural, cocina, nutrición o salud.

A los talleres periódicos se suma un Cine Fórum sobre temas de actualidad y un trasfondo más allá de la realidad agrícola -se celebra los últimos viernes de cada mes en el hotel de asociaciones; y los Vermuts, una velada lúdica con la que dan la bienvenida a los nuevos socios.

Para financiar estas actividades, así como los cuatro puestos de trabajo actuales–tres dependientes en la tienda y la perito agraria-, los socios pagan una cuota de 25 euros anuales el primer año y 50 a partir del segundo. “La asociación no es un negocio al uso. Busca la implicación de los integrantes para mantenerse viva. Y su compromiso. De ahí esta cuota mínima, a la que muchos añaden su colaboración como voluntarios para hacer posible su intensa actividad”, incide la presidenta.

Degustación de variedades de tomates en las fiestas del Zaidín.

Fue su deseo de apoyar este proyecto lo que llevó a Elena Varas a hacerse socia. Hace tres años, tras quedarse en paro, se transformó, además, en dependienta del establecimiento, al que la mayoría de los clientes acude “motivado por la alimentación sana”.

“Hay muchas personas enfermas, concienciadas de la necesidad de consumir productos más saludables y, por qué no decirlo, con mejor sabor e incluso olor. La venta personalizada, teniendo en cuenta las necesidades individuales, o la cercanía a la hora de hacer la compra también ha propiciado que bastantes personas adquiera aquí el grueso de su despensa o productos puntuales”, concreta Elena, para la que El Encinar acaba con la «falacia de que consumir en ecológico resulta más caro».

La asociación ha demostrado, además, que “se pueden hacer las cosas de de otra forma, teniendo en cuenta la salud de la tierra, las personas y la sociedad”, coinciden todos.

(12/12/2012)

Comentarios en este artículo

  1. La asociación El Encinar es un ejemplo de qué otro tipo de relaciones de intercambio son posibles sin que predomine la lógica capitalista: «consumismo y desechos humanos».
    Un buen artículo de divulgación.

    Jorge Ríos
  2. Excelente artículo. Excelente alternativa. Felicidades a todos los implicados.

    Antonio Serrano
  3. […] asociación El Encinar celebra este viernes, 26 de abril, su noveno cinefórum con la proyección de ‘Pajaritos y […]

    Cinefórum en El Encinar | Agenda GranadaiMedia
  4. […] La asociación El Encinar celebra este viernes, 24 de mayo, su décimo cinefórum con la proyección en V.O.S.E. de ‘Searching for Sugar Man’, documental dirigido por Malik Bendjelloul. La obra “apenas se estrenó fugazmente en Granada en La Expositiva“, a pesar de su interés y merecidos premios, explica el colectivo. […]

    Cine: ‘Searching for Sugar Man’ | Agenda GranadaiMedia

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