«Al pasar por callejones / ten cuida’o con los mojones». «Los grafitis siempre molan / pero no si ponen hola». «Los niños y las niñas / queremos disfrutar / de las plazas y los parques / con tranquilidad». «Nos encanta nuestro barrio / y queremos compartir / con la gente de fuera,/ con la gente de aquí».
Son versos del rap que han creado estudiantes del 4A del CEIP Gómez Moreno del Albaicín. Forma parte del programa ‘Vivir y sentir el Patrimonio’ que el colegio centenario desarrolló en el último trimestre del curso pasado de la mano de madres y padres, implicados en la comunidad de aprendizaje del centro escolar público.
Cuenta el antropólogo Dario Ranocchiari, que junto a Kitti Baracsi ha coordinado el taller, que la idea del proyecto va en la línea que él trabaja como investigador en la Universidad de Granada, centrada en la antropología visual y etnografía participativa. Pero en el fondo está la implicación de las familias «cada año más estimuladas a proponer actividades que complementen con otras formas de aprendizaje lo que se hace en el espacio-tiempo normal de la escuela, ayuden a romper la discontinuidad que existe en los centros educativos entre escuela, familia y barrio».
Otro de los objetivos de ‘Vivir y sentir el Patrimonio’ era «interpelar a las niñas y niños sobre el discurso patrimonialista y problemas como la gentrificación y la ‘turistificación’ que forman parte del día a día del barrio», explica Ranocchiari.
Reivindicación del comedor ecológico
Las cacas de perro, los grafittis, los músicos callejeros, los nuevos vecinos… En el rap del Gómez Moreno en defensa del Albaicín no faltan sentencias sobre los problemas del barrio. También hay una clara alusión a la defensa de su comedor ecológico, gestionado hasta el curso pasado a través de la AMPA del centro y adjudicado en el último concurso de la Junta de Andalucía a una empresa de cátering. El curso pasado la comunidad educativa del Gómez Moreno reivindicó con fuerza su comedor. Una lucha que dio sus frutos y que permitirá a la AMPA recuperar la gestión del servicio a partir del próximo mes de febrero.
El ‘moro’ de las chuches tiene nombre
El proyecto basado en el patrimonio, del que hay varios resultados en el canal de Youtube, ha permitido al estudiantado de cuarto, quinto y sexto grado del Gómez Moreno desarrollar trabajos de campo entrevistando a vecinos nuevos y de siempre como La Porrona; a comerciantes del barrio, pero también a turistas, debatir sobre asuntos como la música del Albaicín, dando lugar a diferentes producciones que se han recogido en forma de vídeos gracias a un taller impartido por la artista italiana Francesca Cogni como parte del proyecto.
Un trabajo así da para muchas anécdotas, aunque la que más impactó a Ranocchiari fue la protagonizada por una niña del barrio durante una sesión de debate en la clase que coordinaba Kitti Baraczi. «Después de visionar las entrevistas en las tiendas del barrio, una niña comentó asombrada que si el barrio es como una familia, no entendía cómo había sido posible para ella vivir allí hasta entonces llamando simplemente ‘el moro’ al hombre que le vendía chuches todos los días». Gracias a la entrevista, «descubrió que el comerciante tenía un nombre, una historia, una vida», comenta Dario, que añade que el ‘hallazgo’ «generó un debate muy intenso para una clase de 4º de Primaria».
El rap por el Albaicín, en el festival EDITA
¿Y un proyecto así tendrá segunda parte o extensión a otros colegios de Granada? La iniciativa, surgida entre las madres y padres del CEIP Gómez Moreno, tendrá continuidad este año. «Queremos seguir con otro taller, empezar donde lo hemos dejado y profundizar el trabajo con las mismas clases», confirma Ranocchiari a GranadaiMedia.
De momento la experiencia tendrá un espacio en el EDITA, Festival Internacional de Cortos Sociales, que se celebra 27 y 29 de noviembre en Granada.
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