Entre los chavales del barrio, a la hora de quedar para merendar o para dar cuatro carreras al fresco, lo llaman «el parque japonés». Bien es verdad que tiene aspecto de jardín zen, ordenado y geométrico, que es relajante e inspirador desde su inauguración en 2004. Todo vecino del Realejo debería conocer el parque del Cuarto Real de Santo Domingo, que es el último vestigio al aire libre y público que queda de lo que fueron unas huertas y jardines extensos, propiedad de la aristocracia nazarí del siglo XIII. Del siglo XIII, nada menos. Cuando la Alhambra aún estaba haciéndose realidad.

Parque del Cuarto Real de Santo Domingo. Tras el muro blanco del fondo se encuentran la Qubba y su jardín.
Pero detrás de unas vallas y un muro blanco, con algún que otro grafiti, se intuye otro jardín. Es el terreno que queda colindante a la Qubba, un edificio sagrado árabe con más de 800 años de historia, que tiene anexa otra edificación del siglo XIX, restos de una fuente octogonal de valor incalculable, los restos de la huerta de la época… Una muestra de arte nazarí temprano de importancia mundial, que bien pudiera haber servido de inspiración al Palacio de Comares, en definitiva una muestra artística y arquitectónica que se sitúa en el origen de una de las civilizaciones más importantes de la historia. Si a alguno de esos chavales se le cuela el balón, se ha quedado sin él. Está cerrado a cal y canto desde hace años.
Vacas en el Realejo
«Yo ya no creo que lo vea abierto», lamenta con carga de ironía una de las vecinas mayores del Realejo que suele habitar el ‘parque japonés’, sentada en uno de sus bancos con sus amigas. Se acerca con su bastón y su audífono a la puerta de madera que detiene el camino. Recuerda cuando estos edificios, el del siglo XIII y el del siglo XIX, formaban parte de las propiedades de una familia de bien, los Condes de Suárez si mal no recuerda. Era su casa, ella estuvo dentro en alguna ocasión. Tenían unas huertas y unos jardines que llegaban hasta la Cuesta del Pescado. «Yo he visto aquí vacas. Bueno, si las he visto, he comprado su leche». Ahora hay edificios de construcción recientes y habitados. Probablemente bastantes de sus inquilinos no saben que se encuentran sobre un terreno que, según algunas leyendas, disfrutó como jardines la madre de Boabdil. Y que ha ido menguando y menguando a través de los siglos.
Sí, había animales, y la vecina con su bastón recuerda que de estos jardines salían las flores para las coronas del cementerio, hace décadas. Prueba de que hubo habitantes de granja fueron las persecuciones que protagonizaron obreros y conejos, ya en el siglo XXI, cuando se procedió a la restauración de los terrenos colindantes para hacer este parque en el que hoy meriendan los chavales, los erasmus leen y los mayores hacen ejercicio.
Quién la ha visto y quién la ve
Como decíamos, lo que queda de la Qubba, sin el pórtico que tuvo en sus inicios, está cerrada. Hay varias fechas de interés en su historia reciente:
- En 1990 el Ayuntamiento de Granada adquirió los terrenos y edificaciones del Cuarto Real de Santo Domingo, declarado Bien de Interés Cultural.
- En 2004 finalizaron las tareas de restauración de la Qubba, dirigidas por los arquitectos Antonio Almagro, Antonio Orihuela, y José Manuel López, de la Escuela de Estudios Árabes (CSIC).
- En 2007 se abrió la Qubba al público para visita turística. Sólo estuvo abierta unos meses.
Para poder admirar algunas imágenes del interior de este tesoro oculto, son muy útiles las galerías colgadas en la misma web de la Escuela de Estudios Árabes, con reconstrucciones virtuales, fotos de la restauración, dibujos de época romántica, fotografías de Jean Laurent, etc.

La Qubba, en una imagen de Girault de Prangey (1836-1839). Fuente: www.eea.csic.es
El arquitecto Antonio Orihuela nos atiende y recuerda que después de aquellos trabajos «la Qubba quedó perfecta para su visita». Pero que, efectivamente, sólo estuvo abierta entre la primavera y el otoño de 2007, con grupos de guías turísticos. Ahora es el equipo formado por Javier Gallego Roca y Ramón Fernández-Alonso Borrajo el que ganó el concurso de ideas para restaurar el edificio del siglo XIX, y es en este punto -hablamos de 2008- que la historia se vuelve a parar.
La vecina con su bastón comenta que llegó a entrar en la Qubba en ese breve periodo de 2007, que la visitó, preguntó a los restauradores sobre el valor de lo encontrado. En un breve recorrido se entraba por el parque y se salía directamente por el otro acceso, desde la plaza de los Campos. Una vez cerrado «tuvieron que poner vigilancia policial nocturna, porque había gamberros y saqueadores que saltaban la tapia», afirma. Ahora se respira una paz casi funeraria.
Los trámites para iniciar las obras de la nueva restauración se han vuelto a dilatar en el tiempo, esta vez va para tres años. Se habla de cubrir lo desenterrado con cristal para que se pueda pasar por encima y admirarlo sin dañarlo, de abrirlo a la ciudad por otros frentes, de facilitar la visita sin construir ni derribar. Se trata de un proceso burocrático y farragoso entre distintas administraciones en el que se avanza poco a poco. Pero lo importante es que, algún día, se vuelva a abrir el tesoro.
Enlaces de interés
- Fotografías históricas, en la Escuela de Estudios Árabes.
- Artículo del arquitecto Antonio Orihuela en Ideal sobre el Cuarto Real de Santo Domingo.

Jardines de la Qubba, vistos a través de las rendijas de la puerta del parque.
(18-07-2011)
Genial el artículo
Nadril
Me ha encantado, yo vivía allí, mis colegas y yo lo conocemos como «el parque raro», y llevamos llendo desde cuando estaban poniendo todo el estilo ese nuevo de arquitectura. Cuando lo ví abierto por delante, la puerta principal, entramos, pasabas por un jardín hasta llegar al parque. Nunca hubiese imaginado que hubiese allí un edificio árabe del s. XIII.
Carlos
Ya ves Carlos. Gracias por comentar. ¿Sigues viviendo en el barrio? ¿Tienes alguna historia o lugar que compartir? Puedes hacerlo haciendo click en ‘Envía tu noticia’, arriba.
Luis Arronte
Hola! ¿Donde está este parque exactamente?
Nieves
Hola, Nieves!
Se accede por Seco de Lucena. En este enlace ves el mapa: http://g.co/maps/kzh2
GranadaiMedia
Es una pena que desde 2007 ya no se pueda entrar por Plaza de los Campos, algo que a los vecinos nos alegraba mucho el camino a casa. Otra cosa incomprensible es que esa horrenda tapia dePacoSeco impida que desde la calle se pueda disfrutar de él y no me refiero a los grafittis, que son arte para nuestros muros, si estuvieran menos penalizados, más bonita estaría la tapia, pero con la cámara de la comisaría apuntando allí nadie se atreve a hacer algo bonito.
Gala
[…] de la ordenanza cívica. Pretendemos poner en valor el patrimonio y la historia de la zona del Cuarto Real de Santo Domingo, ejemplo de arte nazarí en semi-abandono y cerrado al público desde hace años”, aseguran […]
Mañana Almada en el Campo del Príncipe, Realejo | GranadaiMedia
Escribo meses más tarde porque lo de este parque, mi parque, nuestro parque, es una vergüenza: una puerta está cerrada desde hace meses, dicen que está rota y no corre, la otra puerta también rota, se ha caído una de sus partes de madera y la dejan abierta, así que este tesoro que tenemos está totalmente abandonado, porque si va a estar abierto, para qué ese horrendo muro?
Gala
[…] previsto mejorar los columpios del Campo del Príncipe, intervenir en el Cuarto Real de Santo Domingo (incluido en anteriores presupuestos), la remodelación de la calle Vergeles, la rehabilitación de […]
La participación ciudadana no trae cuentas | #plenogr
Muy bonito lo escrito… pero su apertura si acaso lo dejamos para la agenda 2050, todos muertos!
Vergüenza ajena!
Marian