La provincia de Granada aporta el 11,3% de los votantes que ha conseguido Vox en estas elecciones andaluzas. 45.076 papeletas del total de 395.978 sufragios que la formación de Santiago Abascal obtuvo en estos comicios. Unos resultados que le otorgan 12 diputados en el Parlamento Andaluz, uno de ellos por Granada.
Cuando se visualiza en el mapa de la provincia cómo se ha comportado el voto de esta formación, es evidente que en Granada capital y su cinturón metropolitano, con honrosas excepciones, ha calado el mensaje de la formación o se ha decidido castigar al bipartidismo de PP y PSOE.
Distribución del voto a Vox en Granada
Hay en el electorado granadino de Vox una parte importante de voto urbano (mayoritaria por tratarse de municipios con más población), en entornos no especialmente marcados por la inmigración y otros «males» que supuestamente el partido de Abascal quiere combatir.
En la mayoría de ellos, como Ogíjares, Vegas del Genil, Gójar, La Zubia o Monachil hay un elevado porcentaje de familias jóvenes y con instrucción. Los emancipados y ‘emigrados’ desde la capital en tiempos del boom del ladrillo y a quienes a priori se les puede considerar más reflexivos (y fluctuantes) a la hora de ejercer el voto. Pero es también una población que, si llegó a vivir el franquismo, lo hizo en los últimos coletazos y en su más tierna infancia. De ahí que el miedo a la extrema derecha y al fascismo y los eslóganes estilo bolchevique les pueden sonar a discurso vacío.
También urbano es el voto a Vox en Baza, donde la formación de Abascal consigue 1316 papeletas, que representan el 14,7% de los sufragios. Aquí gana el PSOE y Cs desplaza al PP como segunda fuerza.
La inmigración y los invernaderos de la Costa

FOTO: LUCÍA RIVAS
El voto a Vox en Granada provincia tiene otro buen caladero en la Costa Tropical. Grandes municipios como Motril y Almuñecar le adjudican 2.756 papeletas (12% de los sufragios) y 1.183 (13,87%), respectivamente. Puede que el voto a Vox de estos dos municipios costeros tenga en parte el mismo componente que el del cinturón metropolitano, sobre todo en Almuñécar, donde cerca del 20% de la población es extranjera pero la nacionalidad mayoritaria, según los datos del Instituto Andaluz de Estadística, es la británica.
Puede entenderse que en Motril, puerto de recepción de pateras, haya calado la percepción (y el mensaje) del «efecto llamada» y la «avalancha de inmigrantes» de cada verano. Este año circuló por redes sociales y de mensajería instantánea el vídeo viral de un indignado veraneante imposibilitado de entrenar en el polideportivo municipal porque habían alojado allí a varios inmigrantes rescatados para los que ya no había plaza en el Centro de Recepción.
La inmigración irregular en pateras es un drama, sobre todo cuando va acompañada de naufragio, pero a veces convendría poner las cifras en contexto y recordar que la mayoría de la inmigración irregular llega en avión a España.
Pero hay otro voto a Vox en la Costa en muncipios donde el cultivo en invernaderos demanda y atrae a una elevada población inmigrante. Es el caso de Albuñol, en la frontera con Almería, donde Vox consiguió 491 papeletas. Son pocas, pero representan el 20,45% de los sufragios de este municipio.
En Albuñol el 28,5% de la población es extranjera, con un abrumador predominio de inmigrantes magrebíes, más la población flotante que llega atraída por las posibilidades de trabajo bajo el mar de plástico. ¿Habrá calado el mensaje fundamentalista de Vox entre sus vecinos? Esa es una hipótesis. Otra puede ser la venganza por el conflicto con los invernaderos derribados en el último año por incumplir los desliendes de Costas y que «daban de comer a 200 familias» del municipio.
La Alpujarra y las rencillas vecinales
Otro de los municipios que destaca por el voto a Vox en Granada es Juviles, en la Alpujarra. La formación de Santiago Abascal consiguió aquí apenas 11 papeletas, pero representan el 19,64% de los sufragios del municipio.
«Es un pueblo donde históricamente gana el PP, pero hay un grupo de vecinos enemistados con la alcaldesa», comenta una vecina, que se muestra convencida de que será ese grupo el que «ha abrazado el discurso populista de Vox». Juviles es un pueblo de acogida de inmigrantes (15% de la población), «hay muchos y convivimos perfectamente con ellos. Trabajan en el campo y creo que sin ellos no se cogería ni un tomate. Son totalmente necesarios. En invierno se van para Huelva casi todos», explica.
Entre rencillas de pueblo, urbanitas de la capital y su cinturón, vecinos de municipios costeros con elevada población inmigrante, pero también «maltratados» por las administraciones con la presión de los Ecologistas, se ha decidido el voto a Vox en Granada, una formación que en Gorafe apenas consiguió un sufragio.
Tal vez ese puede ser el próximo eslógan turístico del municipio ‘megalítico’: El desierto de Vox en Gorafe.
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