Las Fiestas del Zaidín de 2014 cuentan con un pregonero de excepción, el rockero José Ignacio Lapido. Se ha subido al escenario de su festival de rock con su inseparable Gibson SG roja (¿de qué otro color si no?) en siete ediciones y ha acudido como espectador incontables veces, así que lo conoce y bien. Es uno de los puntales de la escena musical local y nacional (en breve inicia una gira al alimón con Quique González) y un opinador con criterio, y este año hasta se estrena como profesor de Historia del Rock. Saliéndose de sus quehaceres habituales vuelve a las fiestas de este barrio pero sin su instrumento eléctrico, tan sólo con el otro que suele blandir, que es la palabra. Leerá el pregón de este año el jueves, a las 21.00 horas, en el auditorio José Fernández Castro.
José Ignacio Lapido. Foto: Cris Ferreiro
¿Cómo definiría el Zaidín?
No es nada sencillo describirlo… Pues al igual que el festival, es un barrio que ha ido creciendo y cambiando. Comparado con otros barrios el Zaidín es de reciente creación, y siendo yo del otro lado de la ciudad, del entorno de la Plaza de Toros, lo que recuerdo es que mi abuela vivía en Camino Bajo de Huétor y en aquellos años 60 bajaba la calle viendo cómo se construían las primeras casas, de forma algo caótica fruto del desarrollismo franquista… Lo que empezó siendo un barrio obrero ha ido creciendo sobre la Vega y hoy tiene infraestructuras deportivas e incluso científicas. Es el barrio más grande de Granada y no se puede opinar sin vivir en él, pero desde luego lo encuentro muy digno y con un interesante punto entrañable por su unión inseparable con el rock and roll de esta ciudad.
Ha tocado en el Zaidín Rock con 091 en 1984, en 1987, en 1991 y en 1994. Como Lapido en 1999, 2002 y 2005. Así que puede hablar con propiedad sobre cómo es este público.
Ha ido evolucionando, supongo, desde las primeras ediciones a las que también fui como público. Ha crecido mucho, y si en sus inicios era de una fuerte militancia rockera luego se ha ido ampliando a bandas nacionales, alguna también internacional, y a otros sectores musicales.
Como espectador, ¿qué conciertos recuerda como memorables?
El de Mano Negra [1995] fue increíble, también el de Los Rodríguez [1992], o el de El Último de la Fila [1985]. Siempre que he ido me lo he pasado bien, porque el asunto de los conciertos se mezclaba con otro extramusical, que era el del reencuentro entre los rockeros granadinos.
¿Ha contribuído el Zaidín Rock a impulsar la escena musical de Granada, a crear el caldo de cultivo de rock and roll existente?
Puede que sí, que haya sido un acicate, sobre todo con la sección Promorock para que los que estaban empezando tuvieran la oportunidad de tocar ante miles de personas, algo muy importante para los más jóvenes. También es cierto que funcionó como válvula de escape para algo que ya existía en la ciudad, había grupos en Granada antes de que el festival naciera. Creo que la escena musical y el festival se han ido retroalimentando, como escaparate magnífico en una ciudad llena de bandas.
¿Y cómo se siente en su condición de pregonero?
Estoy muy agradecido a la asociación de vecinos por haber pensado en mí, y creo que es un honor y una suerte. Después de haber tocado en el festival siete veces tenía el deber moral de aceptar esta petición, aunque ser pregonero no es una labor vocacional para mí… [risas].
(10/09/2014)
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