El Zaidín, indignado con Granados

Junta de distrito de julio.

El Zaidín ha vuelto a vivir una tensa junta de distrito. La sesión de julio se ha cerrado con la indignación generalizada de los vecinos, que han llegado a gritar «vergüenza» al unísono al alcalde de barrio, Antonio Granados, después de que éste calificase de «numerito circense mensual» las reivindicaciones por Santa Adela y acusase a Alhalba de «buscar confrontación, no un local» por rechazar la biblioteca de las Palomas como «solución» a su desalojo.

La multitudinaria reunión ha evidenciado el cada vez mayor distanciamiento de los vecinos con Granados, al que han acusado de «no defender los intereses del Zaidín ni sus colectivos», pese a ser el alcalde de barrio. Las críticas llegaban ante la nueva salida de tono el edil, que volvió a quejarse de que «los de siempre» acudan todos los meses a plantear «los mismos problemas». «Esto está dirigido», resaltó, acusando a los afectados por la paralización del plan de reforma de Santa Adela de «hacer política».

Los aludidos exigieron sin éxito una disculpa por el «agravio» y recordaron al edil que las juntas de distrito son la única herramienta de participación con las que cuentan. «Por eso venimos. Lo nuestro es una lucha social, no política», repuso uno de los residentes, cuyas palabras fueron recibidas con una fuerte ovación del público. «Esto no es política. Es de-ses-pe-ra-ción ciudadana ante el grave estado de nuestras viviendas», agregó otra afectada, amparada por las fotografías que sus convecinos exhibían en pancartas para denunciar la degradación de sus hogares.

Protesta de los vecinos de Santa Adela previa a la junta de distrito.

«Le proponemos visitar Santa Adela para que vea en qué condiciones vivimos», insistieron los afectados. El concejal respondió a la invitación con un «no voy porque seguro que allí me pasa algo», afirmación de la que se retractó poco después ante el visible enfado por la insinuación. «No nos trate como delincuentes porque no lo somos», subrayaron.

No solo Santa Adela levantó ampollas. La actual situación de la asociación de Mujeres Alhalba, a la que el Ayuntamiento ha dejado sin sede para trasladar allí a la Policía también encendió al público. Granados se ofreció para solicitar a la Junta la cesión al colectivo de la biblioteca de las Palomas, tomada por el barrio tras su cierre para devolverle su función cultural. La «solución», planteada por su homólogo en Patrimonio, Eduardo Caracuel, ya fue recibida como «una tomadura de pelo» en el pasado pleno, del que desalojaron a las integrantes de Alhalba. En esta ocasión un abucheo reprobatorio de los asistentes dejó claro nuevamente que «no es una alternativa».

El alcalde de barrio acusó al colectivo de no velar por el «interés general» de Zaidín. Respaldó su crítica explicando que la medida permitiría que los vecinos expidiesen su DNI sin salir del barrio, a pesar de que este servicio se ofrece «desde hace años», corrigieron los presentes.

Una de las vecinas recordó que el Ayuntamiento tiró el colegio Doncel en el 96 y cedió el solar para la construcción de la nueva comisaría de la Policía, que «merece un edificio digno, no un parche». Defendió, por otra parte, la «necesaria labor educativa de la biblioteca» en la zona más humilde del Zaidín.

«Nosotras hemos luchado contra el cierre de las Palomas, así como por su reapertura», subrayaron las integrantes de Alhalba, para las que mudarse a la biblioteca «no es una solución». «Con esta propuesta se han reído de nosotras», lamentaron las asociadas, que exigieron una reunión con el alcalde, Pepe Torres Hurtado. «Ya la solicitamos por escrito, pero aún no hemos obtenido respuesta», señalaron.

Poco después la sesión cerraba sus puertas con buena parte del público en la puerta exigiendo «Granados dimisión».

Granadaimedia no ha podido grabar lo sucedido en la sesión porque el alcalde de barrio exigió un permiso de Participación Ciudadana previo para poder hacerlo.

(03/07/2013)