
Mar Villafranca y José Torres Hurtado, cuando presentaron el tren turístico. Archivo
«Tenemos que volver a ser los dueños de la Alhambra, ya está bien del ninguneo». En la presentación como candidato del PP a la alcaldía de Granada por cuarta vez consecutiva, José Torres Hurtado anunció que, de ganar las próximas elecciones municipales, convocará una consulta para «devolver a la ciudad la soberanía» del monumento.
No es la primera vez y probablemente no sea la última en que el debate sobre la Alhambra irrumpe en campaña electoral. Hoy es la promesa de realizar un referéndum local sobre el futuro de la Alhambra y ayer fue el compromiso de instalar un funicular y escaleras mecánicas por la Cuesta de los Chinos, o taladrar la colina para introducir un ascensor.
Torres Hurtado lleva años martilleando con el mensaje de que la Alhambra está siendo gestionada desde Sevilla por la Junta de Andalucía en detrimento de los intereses de la ciudad. A excepción de 2003, cuando se presentó como aspirante a la alcaldía por primera vez y llevó como principal baza electoral la Exposición Universal de 2012 en Granada, el actual alcalde y candidato del PP no ha dejado pasar la oportunidad de denunciar la desconexión de la Alhambra y la ciudad.
En las elecciones municipales de mayo de 2007 incluyó en su programa la propuesta de montar un funicular o escaleras mecánicas por la Cuesta de los Chinos. Por aquel entonces el pleno del Patronato de la Alhambra, donde también tiene voz el Ayuntamiento de Granada, presentó el Plan Director del monumento donde ya se incluía la eliminación del actual pabellón de acceso al monumento para sustituirlo por el Atrio de la Alhambra. La directora del Patronato, Mar Villafranca, rechazó entonces las pretenciones del PP de habilitar un funicular por los Chinos, propuesta que nunca figuró en el plan director pero sí en el programa electoral de los populares, que acabarían revalidando la mayoría absoluta.
Lo que hizo entonces Torres Hurtado fue retomar un viejo proyecto para unir el centro histórico con el monumento que presentó en 1999 el que fuera alcalde de Granada por el PP, Gabriel Díaz Berbel, una idea que, para sorpresa de algunos, fue denunciada por plagio.
En 2011, aprovechando también la campaña electoral, Torres Hurtado se desplazó al Paseo de los Tristes con buena parte de su equipo para dar a conocer su proyecto de conexión a través de túneles, ascensores y cintas transportadoras entre los puentes Espinosa y Chirimías para desembocar en la misma Puerta de Armas y el patio de los Aljibes. Su propuesta implicaba taladrar como si fuera un queso gruyere la colina de la Sabika. Aquella ocurrencia fue rechazada de forma taxativa por el Patronato de la Alhambra que, tras una nueva victoria de Torres Hurtado, acabó aceptando la entrada en circulación de un tren turístico para conectar el monumento y la ciudad, un medio de transporte muy criticado por los vecinos del Albaicín.
La consulta popular propuesta ahora por Torres Hurtado se cimenta sobre la subida de dos euros de la entrada a la Alhambra para destinarlos a la rehabilitación del Albaicín, y en su oposición a construir el Atrio -un complejo para facilitar el acceso y mejorar la oferta de ocio del monumento- por entender que aislará la ciudad e impedirá que muchos turistas pernocten en Granada.
El nuevo acceso que ha diseñado Álvaro Siza tampoco cuenta con el apoyo de los partidos de la oposición, a excepción del PSOE. El gobierno popular no cuestiona tanto el impacto sobre el entorno o el coste inicialmente previsto -45 millones de euros en tiempos de crisis- como el aislamiento en el que supuestamente quedaría la ciudad, un argumento al que vienen recurriendo desde hace años pese a que el turismo ha batido récords y las pernoctaciones no han dejado de crecer.
En este contexto, el PP considera que ha llegado el momento de plantear en términos soberanistas una consulta popular que trata de sacar rédito político del enfrentamiento con el Gobierno andaluz. Sería, en caso de que los populares volvieran a ganar, la primera consulta ciudadana que se lleva a cabo en Granada, cuyo resultado no será vinculante y con la paradoja de que la promueve un partido que, en sus doce años de poder, con mayorías aplastantes, no ha necesitado hacer concesiones a la ciudadanía.
Brillante.
juanI
Este tipo de artículos serían mejores si se contase todo de una forma objetiva y ni solo crítica con la postura de Torres Hurtado.
El proyecto del atrio es un disparate, tanto desde el punto de vista económico (destinar 45 millones cuando no se quiere ayudar al albaycin con un céntimo es una verdadera vergüenza) como turístico (¿no saben que la mayoría de turistas vieben aquí a pasar el día y no a permanecer en la ciudad?).
Al final solo trata de ahogar más a la ciudad, y así aumentar el dominio de la Junta sobre Granada, el cual está perdiendo de manera progresiva.
¿La consulta? Una medida de presión más. Nadie quiere ese bodrio-atrio. Nadie. Solo la Junta. Y cuanto más se haga saber, mejor.
Chema