Los coches que en estos días están circulando por el anillo que rodea al Parque Tecnológico de la Salud bajan la velocidad al pasar junto a uno de los castilletes blancos que se levantan en sus aceras para contemplar la escena. Allí se encuentra Raúl, El Niño de las Pinturas, con una colección de aerosoles profesionales y una pequeña radio escuchando música y haciendo una de sus obras de arte urbanas.
No es casualidad ni es una iniciativa fugaz, es un encargo de la propia Fundación del PTS que además ha sido reflexionada estratégicamente. El objetivo, según afirma la institución, es dotar de un contenido más humano a toda esta nueva estructura, sacar al exterior las historias que ocurren dentro de esos modernos edificios de nueva construcción, y empezar a darle una forma más urbana, reforzando la pertenencia al barrio del Zaidín y, por extensión, a la propia ciudad de Granada.
Se trata de una acción cultural en la que hasta el propio Raúl ha tirado de I+D+i a la hora de tratar sus murales. Los 13 castilletes, separados a lo largo de todo el anillo para dar acceso a la galería técnica subterránea (una infraestructura que permite acceder de forma inmediata al cableado bajo el suelo para implementar nuevos suministros o hacer reparaciones) contarán mediante un grafiti las virtudes, las historias o los avances de las empresas e instituciones que trabajan justo enfrente de ellos.
Por ejemplo, en el grafiti que está ahora mismo realizando, explica la misión del CMAT, un centro de innovación en el entrenamiento sanitario, y en él se puede contemplar a una profesional de la salud trabajando con un robot .
La idea vino inspirada por la inclusión de Granada en el top ten de ciudades europeas a la vanguardia del arte urbano por parte de la web de viajes GoEuro y por el prestigio artístico internacional del grafitero del Realejo.
La galería técnica se convierte en una galería de arte urbano, se hace ciudadana y humana, y se integra junto a los 7 kilómetros de carril bici y quiere convertirse en un entorno visitable no sólo por los profesionales que trabajan ahí, sino por cualquier ciudadano, explica la Fundación del PTS.
Una vez que el centro comercial cercano esté abierto y el hospital del PTS a pleno rendimiento, el tráfico de gente y de coches harán del PTS un entramado de calles más en el barrio de la ciudad, con una alta presencia de estudiantes de la UGR.
Graffiti e innovación
A todo esto se añade una casualidad que viene que ni pintada. Dado que es un encargo de envergadura, que tardará su tiempo en ser terminado (tres meses, aproximadamente), se planteaba un problema sin solución fácil. Los grafitis, como obras de arte, sufren la intemperie porque está en su propia esencia, que los hace efímeros, y el vandalismo puede hacer necesario un mantenimiento. Raúl y un colaborador experto en barnices y pinturas han conseguido desarrollar un barniz prácticamente invisible, que se adhiere al muro con mucha fuerza y que sella los poros del mismo protegiendo la pintura original y aguantando sol, lluvia y lo que tenga que caer.
Este nuevo experimento, que ya ha puesto a prueba en otras obras suyas, se empleará en los trabajos del PTS para conseguir que sean duraderos y recuperables. «Hemos dado con la tecla…», sonríe convencido mientras termina su obra. Quién sabe si el invento se acabe consolidando como un nuevo proyecto de I+D+i…
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5 edificios del mundo del arte - Gestión Integral de Amianto
Estoy plenamente convencido de que el graffity es arte puro porque responde a una realidad social, conecta plenamente con las inquietudes, necesidades y aspiraciones del pueblo llano, de las clases populares y muchas cosas más necesarias en nuestra sociedad. Ahora que vivimos en la era de ls postverdad dónde se miente con un descaro, el graffity, el arte callejero, el street art es más necesario que nunca.
Yo no sabia que en Granada tenemos la fortuna de tener un maestro, un artista con tanto talento como el «niño de las pinturas».
Yo ya tengo pensado prepararme una visita con mi gente y descubrir los graffitis de este pedazo de artista, en un marco excepcional como el Realejo.
Juan Garcia López