
Manuel Castellano muestra la grieta junto a la puerta de su casa, en la placeta María la Canastera.
Manuel Castellano Muñoz lleva más de tres años batallando con Emasagra por las grietas que asoman en las paredes de su vivienda, situada en la placeta María la Canastera, en el alto Albaicín. La causa tiene que ver con unas filtraciones que él atribuye a la obra que realizó la empresa hace nueve años en un desagüe próximo a la entrada de su casa.
En realidad son seis las viviendas afectadas por pequeñas fisuras en paredes y suelo, pero sólo Manuel parece dispuesto a dirimir el asunto en los tribunales porque teme por su seguridad. Emasagra archivó en marzo su reclamación después de girar visita y comprobar que «no existe ninguna deficiencia en las redes de abastecimiento y saneamiento».
Manuel es un albañil jubilado de 79 años que ha nacido en el Albaicín y que lleva 47 años residiendo en su casa, a pie del cerro de San Miguel, justo por debajo del camino de la Cruz de la Rauda, una zona abandonada donde se embalsa el agua cuando llueve porque el Ayuntamiento no se ha preocupado en canalizar la calle, en algunos tramos de tierra.
Por su vivienda han pasado en los últimos años varios técnicos de la Gerencia de Urbanismo, la última visita fue en junio de 2011. En ese informe se menciona, como posible causa de las grietas, algunas de ellas de hasta un centímetro, «el terreno sobre el que se asienta el inmueble», si bien no se descarta que «hayan influido las filtraciones producidas por la rotura del saneamiento». Aunque en dicho escrito se asegura que no existe riesgo para los vecinos, los técnicos recomiendan la necesidad de realizar ensayos ante la posibilidad de que el terreno se esté desplazando y represente «un grave peligro para la seguridad pública».

El suelo se ha hundido y ha sido reparado en varias ocasiones.
Manuel tiene claro que lo que hicieron a pie de su casa, la conexión de unos desagües, fue una «chapuza que nos llenó las casas de rajas». Acredita 40 años de oficio en la albañilería, la suficiente experiencia como para conocer las técnicas constructivas, aunque reconoce que parte del problema que sufren los vecinos es responsabilidad del Ayuntamiento por no acometer la obra de saneamiento de la calle Cruz de la Rauda. «Cuando llueve aquello se pone como una piscina, el agua se estanca y poco a poco se filtra hacia las casas porque no son capaces de meter una tubería para dar salida al agua», puntualiza.
Esta misma mañana ha llevado al despacho de su abogado los informes que a lo largo de los tres últimos años han venido haciendo los técnicos del área de Urbanismo y de Emasagra. Las grietas se le han metido en casa, detrás de una de las puertas de entrada. También en las paredes exteriores y en el patio. De hecho, la vivienda tiene una ligera inclinación que uno descubre cuando Manuel abre una de las puertas del balcón y comprueba que se cierra sola.
«Llevo mucho tiempo peleando y no voy a dejarlo aunque me lleve irritaciones. Mis hijos me dicen que no me meta, pero aquí las cosas se han hecho mal y hay que denunciarlo porque el día de mañana no sabemos qué pasará con las filtraciones», concluye.
(24-5-2012)
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