El presidente del Consejo Social de Granada, Francisco Martín Recuerda, ha instado al Ayuntamiento de Granada y a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía a que salven sus diferencias de forma urgente para sacar adelante el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del Albaicín después de siete años de demora.
Desde el organismo consultivo, que ha recibido el encargo del Ayuntamiento de mediar para buscar una solución al Plan Albaicín, se ha hecho un llamamiento para que las dos administraciones se comprometan con la mayor urgencia posible a elaborar una “hoja de ruta” que permita en un plazo de seis meses la aprobación inicial del Pepri.
Martín Recuerda ha cargado contra la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Granada por “despreciar” a la ciudad ausentándose de la sesión plenaria celebrada ayer, cuya asistencia –según el presidente- había comprometido y a la que asistió el arquitecto redactor del Pepri, Santiago Rodríguez Moreno. “[Al Consejo Social] no le hizo ninguna gracia este portazo. Los funcionarios deben ser los servidores de los ciudadanos. No nos ha gustado. Es malo para la ciudadanía que un plan que se pudo aprobar en año y medio [como el de 1990] lleve siete de demora y se haya archivado”.
Martín Recuerda: “[Al Consejo Social] no le hizo ninguna gracia el portazo de Cultura. Los funcionarios deben ser los servidores de los ciudadanos»
Martín Recuerda “comprende” la decisión de congelar la revisión del plan anunciada por la concejal de Urbanismo, Isabel Nieto, si bien matizó que no la compartía: “Es desmoralizador empezar de nuevo otra vez, queremos que el plan se apruebe y que se sienten lo antes posible”.
En la comparecencia informativa celebrada en el salón de actos del Ayuntamiento, ha dado a conocer algunos detalles del informe presentado por el arquitecto redactor, la misma persona que elaboró el Plan Especial del Albaicín que está actualmente vigente y que data de 1990. Según Martín Recuerda, el responsable del equipo redactor atribuyó las “piedras” que en estos siete años han ido apareciendo en el camino a la labor obstaculizadora de la Delegación de Cultura en Granada.
Según dicha versión, las dificultades entre ambas administraciones “se habían superado” cuando los trámites se estaban llevando desde Sevilla, en concreto desde la Dirección General de Bienes Culturales. “Cuando se iba a firmar el acuerdo lo pasan a Cultura de Granada y se congela, y no vuelve a presentarse una nueva valoración hasta 2014 después del archivo del Ayuntamiento de Granada”. “Estoy en disposición de decir que entre el Ayuntamiento y Cultura no ha habido ni plena comunicación ni cooperación y asistencia mutua y que, si tenemos que creer al arquitecto, ha sido Cultura quien ha puesto todas las piedras en el camino y los ejes en las ruedas”.
El argumento que, según Martín Recuerda, ofreció el arquitecto redactor contrasta con la información que facilitó hace mes y medio el concejal socialista Miguel Ángel Fernández Madrid, quien hizo pública una carta donde los encargados de la redacción del Plan Albaicín criticaban las trabas de la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada.
La versión de la Delegación de Cultura
Por su parte, la Delegación de Cultura asegura que la ausencia a la sesión ordinaria del pleno se había justificado días antes en la propia reunión que Martín Recuerda mantuvo con la delegada de Cultura Ana Gámez y técnicos de la Junta de Andalucía.
El jefe de Servicio de Bienes Culturales, Jesús de Leyva, sostiene que se le informó al Consejo Social de Granada que, por estas fechas, resultaba imposible garantizar la asistencia por motivos de trabajo. La delegada de Cultura se encuentra fuera de Granada. Entiende que dicho organismo debe jugar un papel esencial para “poner de acuerdo a la sociedad civil” pero no comparte que sea el ámbito para “contrastar” u “oponer” al equipo director frente a los técnicos de Cultura.
El Consejo Social de Granada es un órgano consultivo creado por el Ayuntamiento de Granada en 2002, en el que están representadas las principales instituciones y fuerzas sociales de la ciudad, pero que apenas ha tenido actividad durante buena parte de su existencia.
Jesús de Leyva, Jefe de Bienes Culturales: «El Consejo Social está para poner de acuerdo a la sociedad civil no a las administraciones”
Jesús de Leyva negó que la Delegación en Granada haya obstaculizado la revisión del plan y que el informe de valoración de Cultura llegara días después de la decisión del Ayuntamiento de archivar la revisión del plan. De Leyva admitió que la tramitación del Pepri ha sido “larga y tortuosa” y que los propios técnicos fueron informados por la propia delegada de que la Concejalía de Urbanismo había dado un ultimátum de dos meses para que se elaborara un informe de las cuestiones del borrador que la Dirección General de Bienes Culturales había remitido a Granada. “Era una apostilla al trabajo de la Dirección de Bienes Culturales, 18 folios, de los cuales 10 son de antecedentes, sobre cuestiones relacionadas a la movilidad del barrio, la protección arqueológica y otras alegaciones de áreas de intervención del Albaicín que no quedaban claras. Se le remitió antes de que decidiera archivar”.
En opinión del responsable de la Delegación de Cultura, lo sucedido ha podido ser un “malentendido” aunque insistió en que el Consejo Social no tiene potestad para solucionar un problema que compete a las administraciones. “Son estas las que por ley tienen que ponerse de acuerdo sí o sí”.
Por su parte, la delegada de Cultura de la Junta de Andalucía en Granada, Ana Gámez, con la que GranadaiMedia no pudo contactar el miércolles, ha hecho pública su opinión a través de un comunicado. Gámez insiste en que “la responsabilidad de la redacción del Pepri es únicamente del Ayuntamiento” y que “Cultura sólo interviene dando informe favorable una vez que el consistorio local lo haya aprobado, algo que aún no ha pasado”.
Ana Gámez, delegada de Cultura: “la responsabilidad de la redacción del Pepri es únicamente del Ayuntamiento”
La delegada territorial se ha mostrado sorprendida de que el presidente del Consejo Social, a pesar de haber sido informado convenientemente, siga insistiendo en que la responsabilidad del retraso del PEPRI sea de la Delegación de Cultura y no del Ayuntamiento cuando ya conoce “las características de un proceso en el que, a pesar de no ser obligatorio, Cultura ha prestado su colaboración continua a los redactores del proyecto, como así demuestran los cuatro folios en los que se detalla la extensa cronología de reuniones entre técnicos de la Delegación y la Consejería y técnicos municipales”.
“La Consejería ha emitido un informe muy detallado y completo”, ha explicado la delegada, “aunque no existe obligación por nuestra parte, ya que esta fase de redacción inicial es responsabilidad única del Ayuntamiento. A pesar de ello, el Ayuntamiento decidió de forma unilateral archivar un plan fundamental para el futuro de toda la ciudad de Granada”, sin el cual “el Albaicín queda desprotegido, únicamente amparado por un plan ya obsoleto que cuenta con más de 20 años de antigüedad”.
Por todo ello, la delegada insta al Ayuntamiento a que retome con urgencia la redacción del Pepri , sabiendo que cuenta, como hasta ahora, con toda la colaboración de la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte.
Malestar en la Asociación de Vecinos del Bajo Albaicín
Una de las asociaciones vecinales más activas de Granada, la del Bajo Albaicín, la única que presentó alegaciones a la revisión del Plan Albaicín, ha mostrado su malestar con el Consejo Social de Granada por no haber sido invitada para dar su punto de vista sobre el Plan Albaicín. Sí estuvo el presidente de la Asociación de Vecinos del Albaicín, Manuel Vargas. En su web se puede leer el siguiente comentario crítico:
«Una ves más, en este caso, un órgano de participación de la ciudad, se reúne sin contar con los actores que padecen los problemas derivados de la ineficaz gestión urbanística en el Albayzín, y conocedores tanto del PEPRI actualmente vigente, que data del año 1990, como de los dos intentos de actualización, que son los que tras gastarse el dinero por duplicado se han metido en el cajón, y ambos adolecen de defectos insalvables. Por lo que entendemos sólo cabe pedir responsabilidades de tanto dispendio y acometer adecuadamente la revisión con los medios técnicos y la participación que una intervención de este tipo requiere sin tardanza. Mientras tanto aplíquese la letra y el “sentido” del vigente, y no se continúe aplicando la vía de los hechos o la de modificaciones puntuales para dejar el Albayzín completamente destrotegido».
(11-06-2014)
parece una buena información. me gusta
joaquin casado de amezúa vázquez