El BBVA recula y no negociará con Irene

Irene Cobos, la vecina de la Chana a punto de ser desahuciada por el BBVA, vuelve a encontrarse «con un pie en la calle» después de que el banco se haya negado a sentarse a negociar su caso, en el que están en juego su casa y la de su madre, según denuncia la afectada.

Irene Cobos, en la última movilización frente al BBVA de la Chana

Irene Cobos, en la última movilización frente al BBVA de la Chana

Irene Cobos, la vecina de la Chana a punto de ser desahuciada por el BBVA, vuelve a encontrarse «con un pie en la calle» después de que el banco se haya negado a sentarse a negociar su caso. Según denuncia la afectada, tras la promesa de que habría una negociación colectiva con todos aquellos clientes que no pueden hacer frente al pago de la hipoteca, el banco «se desdice» y afirma que «no pone mesa de negociación y que cada oficina se ocupa de sus casos».

La entidad, sostiene Cobos, mantiene la misma posición que hasta entonces: Irene debe entregar su casa, situada en Belicena, y asumir la deuda de 70.000 euros del aval de la casa de su madre o, si quiere mantenerse «limpia de deudas», debe entregar ambas viviendas, con lo que madre e hija se quedarían en la calle.

Irene adquirió su vivienda hace unos años junto con Rafael, que entonces era su pareja. Él, sin trabajo ni subsidio, lleva un año sin poder hacer frente a su parte del pago, e Irene ha agotado su prestación y a partir de ahora no puede asumir el préstamo. Cuando adquirieron la vivienda, la madre de Irene avaló la operación, y ahora el banco les reclama los 70.000 euros de deuda, además de la vivienda de Irene o, como segunda opción, ambos inmuebles (el de Belicena, de Irene, y el de la Chana, de su madre).

«Para no perder también la casa de mi madre tendría que pagar una letra mensual de 265 euros al mes, y yo cobro la ayuda de 426 euros. No podríamos vivir», afirma la afectada, que añade que el banco no ha querido darle la propuesta por escrito y se niega a reducir la deuda para que puedan hacer frente a ella. «Cuando mi madre nos avaló lo hacía con su pensión, no con su vivienda», sostiene. «No me importa quedarme con alguna deuda, pero al menos que podamos pagar y vivir».

Ante esta situación, Cobos está dispuesta a seguir manteniendo la lucha junto con la plataforma Stop Desahucios hasta lograr una solución más justa que no las deje a ella y su madre en la calle ni les impida tener un mínimo de recursos para vivir.

(20-12-2013)

Comentarios en este artículo

  1. Está claro que en esta catástrofe humanitaria que llamamos crisis, los únicos bancos dignos de reconocimiento son los bancos de alimentos.

    Para la banca las «personas» no existen, solo las cifras redondas. Y si para cuadrar sus balances tienen que segar el futuro y la vida de miles de españoles, lo harán…

    Con todas «las de la ley», por supuesto.

    Bert
  2. Son unos sinvergüenzas, habrá que seguir luchando… ánimo Irene.

    David

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