Tras 16 meses de protestas vecinales por la reapertura de la biblioteca de las Palomas, el Ayuntamiento ha optado por «zanjar esta gran polémica» devolviendo el inmueble, actualmente tomado por los vecinos, a la Junta de Andalucía. «Nos hemos encontrado una reivindicación social muy importante y un gobierno inteligente debe escuchar a los ciudadanos. Nunca es tarde si la dicha es buena», anunciaba en rueda de prensa el concejal de Cultura, Juan García Montero, tras la aprobación de esta medida en Junta de Gobierno Local.

Juan García Montero, durante la rueda de prensa de esta mañana.
Pese a sus palabras, bastante alejadas del discurso que ha mantenido hasta ahora, la medida responde a una obligación legal. Parte de un decreto del año 83, que liga el usufructo de esta instalación a su servicio como biblioteca. Al proponer un cambio de uso -en este caso el de academia de baile, como pretendía el gobierno local- la normativa obliga a retornar el inmueble a la Junta, como finalmente ha sucedido.
¿Qué ha propiciado que el Ayuntamiento desempolve esta ley sin que el Gobierno andaluz le reclame previamente la instalación? Según García Montero, el punto de inflexión se produjo tras la reunión que mantuvo con la plataforma por la reapertura de la biblioteca. En este encuentro, sus integrantes le trasladaron su «capacidad y voluntad para sostener un servicio básico bibliotecario en la zona», señaló el edil, en referencia al proyecto de gestión compartida sin apenas coste para el Ayuntamiento que pusieron sobre la mesa los vecinos.
Para García Montero resultó decisivo, además, saber que la plataforma cuenta con el apoyo de la Junta: «Según me comentaron sus integrantes, la delegación de Cultura se comprometió, y cito literalmente, a hacer el esfuerzo para mantener abierto ese espacio bibliotecario», parafraseó el concejal. Desde ese momento -mantuvo- el Ayuntamiento se puso a trabajar para materializar la devolución del inmueble «y hacer posible así el desarrollo de ese proyecto».
En el aire queda por qué no comunicó entonces la decisión a la plataforma, a la que sí advirtió su intención de ceder el espacio al grupo municipal de bailes regionales. El edil prefirió eludir este interrogante tildándolo de «herramienta de confrontación política» y pasó por alto cuestiones como por qué el Ayuntamiento propuso cambiar el uso del edificio si era consciente de que supondría su devolución.
Todo parece apuntar a que el gobierno local desconocía la existencia de este decreto. Cuando Patrimonio recibió la documentación para su nuevo uso como academia de baile, los técnicos se toparon con su existencia, comentan fuentes oficiosas.
Con independencia de las motivaciones, la pelota está ahora en el tejado de la Junta, a la que García Montero animó a «cumplir su compromiso con los vecinos» para el mantenimiento de este espacio cultural. El edil aseguró que el Ayuntamiento está abierto a «colaborar y echar una mano en la medida de las posibilidades que permitan la difícil situación económica», ofrecimiento que ya trasladó esta mañana a una portavoz de la plataforma, anunció.
«Tendemos una mano al Zaidín y al colectivo ciudadano», subrayó, incidiendo en que «es bueno rectificar, si esto es rectificar», para dar «por zanjada la polémica» con una decisión que, a su entender, «no supone soltar algo para que otro tenga el problema».
No lo ve del mismo modo la Junta de Andalucía, que no parece especialmente dispuesta a recoger el testigo. De hecho, aunque la administración autonómica ha mostrado públicamente su apoyo a la reivindicación vecinal por la reapertura de las Palomas, no ha recurrido al decreto del 83 para exigir la propiedad del inmueble.
Tras conocer la decisión del gobierno local, la delegada de Cultura, Ana Gámez, dejó claro que el servicio corresponde al Ayuntamiento, resaltando que Granada sigue teniendo esta biblioteca cerrada.
Mientras las administraciones se lanzan la pelota, el barrio sigue firme en sus intenciones. «No vamos a entrar en ninguna ‘guerra’ partidista o entre administraciones. Siempre hemos mantenido nuestra independencia en ese sentido», indicó en un comunicado la plataforma, cuyo único propósito es «ver abierta esta biblioteca». Para hacerlo posible seguirán luchando, afirmaron.
(21/12/2012)
Vamos a ver. Esto pasa porque cuando han pedido informes jurídicos para endosales a otros la Biblioteca se han encontrado con que no podian.
JG Montero cree que habla para «anormales».
Silvia