La resistencia del pequeño comercio

Aunque nadie escapa a la actual crisis económica, la Chana, un barrio obrero donde abunda el pequeño comercio, es una de las zonas más castigadas por la recesión. Alrededor del 20-30% de los negocios han tenido que cerrar sus puertas en los últimos cinco años, explica el presidente de la Asociación de Comerciantes, Juan Fernández Narváez.

Juan Fernández Narváez, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Chana

Juan Fernández Narváez, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Chana

 

Hace apenas cinco años, era prácticamente imposible encontrar un bajo comercial libre en la calle Sagrada Familia de la Chana. «Los precios de los alquileres estaban por las nubes y, aun así, no había ningún local vacío», asegura Juan Fernández Narváez, presidente de la Asociación de Comerciantes, que agrupa alrededor de 200 negocios del barrio.

Como en el resto de España, la crisis se ha cebado aquí con el pequeño comercio, y lo ha hecho, si cabe, con más intensidad que en otros lugares, al tratarse de un barrio obrero donde «muchos de los trabajadores se dedicaban al ladrillo«. Aunque la actividad comercial sigue siendo notable en la zona, han sido muchos los establecimientos que han cerrado sus puertas en los últimos años, «por lo menos un 20 o 30%«, señala Fernández.

Un local comercial cerrado que se alquila

Imagen de un bar cerrado en alquiler

El temor de aquellos comerciantes que están resistiendo la tormenta a duras penas es que la situación se alargue más. «Como esto siga así, no serán pocos los que tengan que echar el cierre, porque los gastos ya superan a los beneficios». Ante esta situación, las fuerzas de los autónomos del barrio comienzan a flaquear. «Hemos tomado distintas medidas para relanzar el pequeño comercio, hemos sorteado viajes, hemos aplicado descuentos especiales, pero no hay manera», explica el presidente. Y es que existe «cierto cansancio» entre los pequeños empresarios, una impotencia que comienza a transformarse en resignación. «Cuando la gente no puede gastar, da igual lo que ofrezcas, lo primero es comer y lo demás son lujos».

En el caso de Juan Fernández, que trabaja el sector textil, las ventas se han reducido en el último año un 20%, y si nos centramos en la ropa de caballero, el descenso alcanza el 50%. «La gente se apaña con lo que tiene en el armario y en lugar de comprar un traje, se aprovecha uno que ya se tenga y, como mucho, se compra una corbata o una camisa», explica.

A la reducción de las ventas se suma, además, la rebaja de los precios. «Es imposible vender un vestido al mismo precio que se vendía antes, con lo que además de haber menos clientes, que compran menos, también obtenemos menos beneficio de las prendas que se llevan».

La reactivación del consumo implica, en la mayoría de los casos, una inversión por parte del comerciante que, por pequeña que sea, «nadie está dispuesto a asumir tal y como están las cosas». Además, «los alquileres siguen siendo muy altos y cada vez es más difícil competir con los grandes almacenes, que abren los fines de semana, y con los precios de los establecimientos que se surten de almacenes chinos», apunta Fernández.

Por todo ello, la única solución que, de momento, parece existir, es la resistencia. Aguantar hasta que pase este bache, que «ya se está alargando demasiado», y recuperarse poco a poco cuando vengan tiempos mejores. La pena es que muchos se quedarán en el camino.

 

 

 

Comentarios en este artículo

  1. […] cierto es que, aunque antes era prácticamente imposible conseguir un bajo comercial en esta zona, según señalaba el presidente de los comerciantes, con la crisis, son muchos los negocios que han cerrado y la calle ya no es lo que era. Los […]

    Vecinos piden la revisión del callejero fiscal de la Chana | GranadaiMedia

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