Lola, la superviviente

Lola López, bar Chico Cartuja

Lola López, La Chica, una superviviente.

La historia de Lola López ‘La Chica’, es la de muchas mujeres de Norte, cabezas de familia monoparentales que no sólo sacan adelante a sus hijos, también al resto de la familia. Muchas de ellas trabajan en hogares de la ciudad sin contrato ni seguro. Son invisibles.

Lola cogió el bastón de su padre, Chico, cuando este murió, hace unos dos años. El bastón es una cafetería ubicada en los bajos de Henríquez de Jorquera, 25.

“Después de la muerte de mi padre fui a ver al dueño del local para que cambiara los recibos a mi nombre. Su respuesta fue decirme que vendía sí o sí, así que tuve que comprarle”. Una fianza y 57 cuotas de 400 euros y la posibilidad de perder el dinero y el local si deja de pagar una ‘letra’ al dueño.

De la cafetería, que Lola ha rebautizado en honor a su padre como ‘Chico’, no sólo tienen que salir cada mes 400 euros, también la cuota de autónomo de Lola, el dinero para pagar facturas e impuestos (de esos que muchos en Granada creen que nadie paga en Norte) y la comida de tres familias: la de Lola, que tiene dos hijos; la de su hermana y la de su madre. “El último recibo de la luz, tuvimos que ir a Cáritas para pagarlo y la comida la vamos viendo al día”, asegura.

La madre de Lola lleva cotizados 15 años, 10 meses y 23 días. Ha trabajado en asociaciones del barrio como Anaquerando o Adultos Cartuja. Le faltan 6 meses para tener derecho a una pensión contributiva y no tiene edad aún para acogerse a la no contributiva. Tiene reuma y artrosis, pero los médicos no han certificado un grado de invalidez que le impida trabajar. Le echa una mano a Lola en el bar, sobre todo ahora, que Lola ha vuelto al cole para sacarse el graduado escolar.

La hermana de Lola es viuda, epiléptica y tiene dos hijos. Como no estaba casada de papeles, cuando enviudó no tuvo derecho a nada… A pesar de vivir con lo mínimo, que es lo que consigue Lola en el bar, tiene un corazón enorme en medio del pecho. “Hace unos días llamó a Tiene arreglo, el programa de Canal Sur, para darle a una muchacha que había llamado la mitad de la cesta de alimentos que le habían dado a ella”, comenta Lola.

El local de Lola es el más antiguo de Cartuja. Su padre lo llevó durante 25 años y antes tuvo otra dueña. Está en el Código Postal 18011, el que concentra más parados en la ciudad de Granada: 4.363 almas según el último dato del Observatorio Ocupacional del Servicio Público de Empleo Estatal.

El bar Chico en Cartuja, Granada

Lola aún espera la ayuda de 8.000 euros por apertura de negocio.

“Si tuviera una clientela fija de unas 20 personas al día, igual me apañaba”, analiza Lola, que en estos días ha incorporado a su oferta de tostadas para el desayuno, bollería y chuches, bocadillos “a ver si la gente se anima”. “Ayer vendí dos bocadillos de tortilla y me sentí una reina”, dice y muestra la cocina, cuya reforma ha tenido que afrontar porque el techo se vino abajo. «Pon ahí que sirvo el mejor café de Cartuja», se promociona.

“El techo era de uralita”, asegura La Chica, y una vez que se cayó, tuvo que adaptar la cocina a la normativa. Las obras se pagaron en parte con la beca del hijo mayor de Lola, que está en primer año de Farmacia en la Universidad de Granada. “Como siga esperando la ayuda que solicité, ya estaría cerrada”, se lamenta.

Lola pidió hace casi dos años la ayuda por apertura de un nuevo negocio que concede la Junta de Andalucía. Unos 8.000 euros que la obligan, por otra parte, a mantener por tres años el bar abierto. Pero esa ayuda jamás llegó. “Ahora dicen que no hay dinero”, critica.

Cuando las administraciones hablan de “apoyo al emprendimiento”, “ayudas a la generación de autoempleo” o de “millones destinados a un plan contra la exclusión social” es difícil dejar de pensar en historias como la de Lola, una historia que hemos decidido contar este 1 de mayo, día del trabajo, como botón de muestra del barrio con más desempleo de Granada, un barrio en el que, a pesar de los cuentos y leyendas, hay gente que lucha y reivindica su dignidad ante la palabrería de las administraciones.

¿Dónde está la ayuda de Lola y de la gente como Lola?

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(01/05/2013)

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