Elisa, Manuel y Nieves tienen un nuevo hogar. Son los primeros inquilinos de la residencia de mayores Claret, un complejo para el cuidado de la tercera edad que la orden de los Misioneros Claretinos ha inaugurado recientemente en la calle Pedro Machuca, del distrito Norte de la ciudad.
Ahora son como los niños mimados de la residencia, explica Laura Antolín, directora del centro, que cuando esté a pleno rendimiento y con gran parte de sus 180 plazas cubiertas generará unos 100 puestos de trabajo.
En realidad son tres residencias en una. Cada una de las tres plantas del centro tiene la infraestructura necesaria para atender a sus usuarios: comedor, salón, enfermería… Amplios salones que se comunican entre sí sin barreras arquitectónicas y en cada planta predomina un color para ayudar a orientarse a sus usuarios.
Construida en forma de H, el ala izquierda acoge las áreas comunes para el disfrute de los mayores y el ala derecha las habitaciones: las hay dobles e individuales. Un botón en el cabecero de cada cama activa una llamada de atención que si no es respondida en pocos minutos amplifica la señal acústica en toda la residencia.
Nada está dejado al azar. Incluso a la hora de construir la residencia con un patio central a modo de mirador. «A las personas mayores les gusta estar pendientes de quién entra y quién sale» y de esta forma pueden hacerlo, ejemplifica la directora, que ya ha pasado por otras residencias antes de hacerse cargo de la de los Claretianos.
Después de una espera de meses para concertar el 80% de las plazas con la Junta de Andalucía, MiCla, la sociedad que gestiona la residencia, decidió abrir sus puertas sin él. El centro tiene la homologación del Gobierno autonómico y la intención, según precisaron fuentes de la Delegación en Granada es ir derivando hacia la residencia Claret a los beneficiarios de la Ley de Dependencia que necesiten de estos cuidados.
Una plaza en una residencia ronda los 1.800 euros. Es más o menos lo que paga la Junta por cada plaza concertada. En la residencia Claret saben que la economía de las familias anda justa. Por ello han diseñado ofertas para sus habitaciones dobles que permiten un ahorro a mayores que sean familiares o amigos. No llega a ser el clásico 2×1, pero significa un ahorro.
Incluso, explica su directora, no sólo acogen residentes permanentes. También es posible alojar a los mayores durante 15 días, meses o por periodos más breves. «Las familias con mayores a su cargo necesitan muchas veces un respiro y la residencia es una buena alternativa para ello», asegura Antolín, y añade que «siempre intentamos adaptarnos a las necesidades de cada familia».
(08/08/2012)
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