Los últimos esparteros

La Espatería San José, en la calle Jáudenes, a pocos metros de la Catedral, pelea con la crisis y la desaparición de los artesanos para seguir siendo la última espatería tradicional de toda Granada, con un catálogo de productos completamente artesanal y una gestión heredada de padres a hijos desde 1907 que ha recibido varios reconocimientos.

Espartería San José Granada

Manuel y Jesús Molina, padre e hijo, en su espatería, la última de Granada.

Manuel Molina lleva ya unos años jubilado, pero sigue asomándose por su tienda, la Espartería San José, que a día de hoy regenta su hijo Jesús. Se pasea por el establecimiento, atiende cuando hay más de un cliente y se asoma a la calle Jáudenes para mirar hacia la Catedral de Granada. Señala los campanarios y comenta: «a mi abuelo, durante la guerra, venían a buscarlo los guardias civiles a la tienda, le daban una escopeta de dos cañones y lo mandaban subirse allí arriba, para que disparase contra los aviones cuando pasaban. Cómo si les fuese a hacer algo».

Espartería San José abrió sus puertas en 1907, en el local de lo que antes era una de las antiguas ‘casa de comidas’, ‘Mamá Pilar’. Del abuelo materno de Manuel lo heredó su padre, más tarde él, que estuvó 60 años al frente de la tienda, y hoy la dirige su hijo Jesús, que prefiere dejarle rememorar las historias del local. Una línea de tiempo en la que se mantiene la venta de productos completamente artesanales y los proveedores alpujarreños.

«Nos venden los muebles niños de 80 años«, comenta Manuel, mientras pone la mano sobre una silla de enea. «Me gusta seguir yendo a la Alpujarra, de pueblo en pueblo porque cada artesano trabaja una cosa diferente y los tienes que buscar con cuidado. Lo malo es que se nos están muriendo, tres o cuatro al año, y nadie les coge el relevo. El negocio sigue tal cual con mucho esfuerzo, pero cada vez es peor intentar mantener los proveedores tradicionales».

Esparterá San José

Eso lo están notando más que la crisis, aunque también. «El turismo siempre nos ha dado poca venta, los clientes nacionales son los que nos han mantenido«. Jesús resopla mientras su padre comenta que «los japoneses vienen, se acercan y hacen muchas fotos, pero casi nunca compran nada. Y algunos compradores que entran por entrar no entienden que un producto artesanal no es como el de un gran almacén, no se hacen en serie ni lo hay igual que el que han visto en otro sitio. Pero, bueno. Nos mantenemos».

En 2012 recibieron el Premio Barreta al pequeño comercio tradicional granadina de la Asociación Cultural Solidaria ‘Granada Siempre’, que ahora luce en el escaparate junto a muebles artesanales de madera de olivo y una entrada a la tienda que recuerda a otros tiempos, con sillería acumulándose y juguetes de carpintero a la vista de los paseantes.

«Sobre todo siguen dando negocio las casas de campo. Viene gente de Málaga, de Albacete o de Murcia, y funciona el boca a boca, porque si uno tiene una casa de campo la quiere decorar con aire rústico y con muebles tradicionales». Manuel vuelve a palpar una silla mientras Jesús ordena cestas tras el paso de una cliente indecisa. «Lo que si nos han llegado son reparaciones, cada vez más [señalan al cartel que indica que se reparan sillas de enea]. Antes se te rompía un mueble de madera, lo tirabas y comprabas otro. Ahora, como está la cosa, lo arreglas como puedes«.

El interior de la tienda sigue teniendo el aire de ordenado desorden de los comercios tradicionales, y se acumulan lo mismo esterillos que paneras o llaveros decorados con madera de olivo. Las cestas de esparto cuelgan del techo a la altura de la cabeza, y los esparteros las acarician. «Ya no se aprecia el trabajo que hay detrás de esto, y con la tontería de la crisis, que se tiene que buscar lo más barato, pues menos», concluye Manuel.

Jesús, que es Licenciado en Farmacia, aunque ahora se ocupe del negocio familiar, cabecea en silencio. Un cliente, que puede tener perfectamente la edad de su padre o ser incluso mayor, entra y pregunta por unos cordeles. Manuel sonríe y guiña el ojo.

(29-03-2013)

Comentarios en este artículo

  1. […] contra la crisis para aquellas personas con oficios en peligro de extinción. En GranadaiMedia, José Cano cuenta la historia de la última espartería tradicional de toda Granada, situada a pocos metros de la […]

    Granada despierta con mucha gente en la calle | Granada despierta
  2. Es increíble!,yo estoy buscando como loca un Espartero profesional que me fabrique unos zapatos de cuña de esparto para emprender un interesante negocio,que puede interesarnos a ambas partes y no lo encuentro!!!.Por desgracia es mas fácil que me los fabriquen en china que en mi propia tierra Andalucia.

    coli

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