
El comisario de la exposición Javier Moya Morales (a la dcha.) explica al diputado José Antonio González Alcalá (a la izda), uno de los cuadros.
Manuel Gómez-Moreno González (1834-1918) sigue siendo un pintor bastante olvidado en su tierra. Vivió infancia y juventud en el Albaicín, y al volver de Roma, donde estuvo estudiando con becas de la Diputación, regresó a su barrio donde se compró un carmen junto a la placeta de San José. Aún se le conoce como el autor de la famosa Guía de Granada, como el primer arqueólogo de Medina Elvira, como el padre del Museo Arqueológico granadino, como el primer presidente del Patronato de la Alhambra, incluso como fundador del Centro Artístico y como profesor de dibujo de la Escuela de Artes y Oficios.
La Diputación de Granada, que le concedió su primera beca de estudios en 1878 –hecho que resultaría determinante en su vida-, pretende ahora reivindicar su primer y gran oficio como pintor. Desde 1948 su obra no había sido objeto de una exposición monográfica. Tampoco existe ninguna biografía publicada. Para recuperar su legado y saldar esta antigua deuda, la institución provincial ha preparado una gran retrospectiva y ultima también la publicación de una monografía a cargo del especialista en su obra Javier Moya Morales.
La figura de Manuel Gómez-Moreno González goza de un reconocimiento indiscutible en los ámbitos de la pintura y la historiografía españolas del siglo XIX. Considerado el mejor pintor decimonónico granadino y el precursor de la moderna historia del arte y arqueología locales, se da la circunstancia paradójica de que desde 1948 su obra no ha sido objeto de una exposición monográfica que ponga de relieve esos valores, con la excepción de una humilde muestra organizada por la Caja General de Ahorros en 1984 dedicada a sus primeros dibujos de “academia”. Como pintor, su discurso estético siguió los patrones del academicismo ecléctico propio del Romanticismo tardío al que fue incorporando un progresivo naturalismo. Las cotas de calidad alcanzadas en las mejores de sus obras le igualan a los maestros más sobresalientes de su tiempo.
La exposición, titulada ‘Tres joyas del arte contemporáneo’, muestra una cuidada selección de obras de todos los géneros, cronologías y formatos, escogidas atendiendo a su calidad y representatividad, con objeto de reunir lo mejor, lo más singular y significativo de la producción del artista, para poner de manifiesto las relaciones tanto institucionales como familiares de la época. El título hace referencia a las tres grandes obras del pintor, expuestas ahora en la Sala Ático de los Condes de Gabia, con las que inició su colección de arte contemporáneo la Diputación Provincial de Granada: La lectura de la carta (1876), Salida de la familia de Boabdil de la Alhambra y San Juan de Dios salvando del incendio a los enfermos del Hospital Real de Granada, ambos de 1880.
El diputado delegado de Cultura, José Antonio González Alcalá, destacó durante la presentación de la muestra que “las ciudades y los pueblos valen por las personas que los habitan y en el caso de Granada era injusto que aún no se le hubiera reconocido a Manuel Gómez-Moreno González su gran labor en defensa del patrimonio histórico y artístico de la capital y su provincia”. A juicio de González Alcalá, “Gómez-Moreno luchó por Granada desde varios frentes y quiso preservar la esencia de nuestra rica historia, por ejemplo con su empeño de restaurar la Alhambra, en el que consiguió el favor del rey Alfonso XIII”.
El comisario de la muestra y director del instituto Gómez-Moreno, Javier Moya Morales, señaló que “la exposición pretende ahondar en la significación de tres cuadros –las “tres joyas del arte contemporáneo” en palabras de Eduardo Font-, no del todo bien entendidos pese a haber estado expuestos, casi ininterrumpidamente, en el Palacio de Bibataubín y el Museo de Bellas Artes de Granada desde el instante en que salieron del taller del pintor”.
(20-5-2012)
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