Un grupo de vecinos del Sacromonte dedicó la mañana del sábado a limpiar uno de los solares situado en la Verea de Enmedio y habilitar un pequeño huerto ecológico, más simbólico que funcional. La iniciativa, promovida por la asociación de vecinos, no tiene otro propósito que reclamar un parque público al Ayuntamiento de Granada.
No es la primera vez que los residentes en la zona, muchos de ellos con niños de corta edad, organizan una jornada de actividades para llamar la atención de las autoridades ante “ausencia de parque público y zona ajardinada” en todo el Sacromonte.
Ángel Gómez, uno de los residentes que colaboraba en la limpieza del solar abandonado, recordaba a una joven madre que seguía de cerca los trabajos con su bebé en brazos que, cuando su hija tenía una edad similar, “empecé mi lucha por convertir este espacio en un parque público”. “Ahora ella tiene 21 años y todavía no lo he conseguido pero no me rindo. Espero que un día lo puedan disfrutar niños y mayores”.
El acondicionamiento del Parque de la Amapola, que toma el nombre de la fuente que se encuentra en la Verea de Enmedio, era una de las actuaciones prioritarias que la Asociación de Vecinos del Sacromonte incluyó en su listado de prioridades para 2015. El gobierno municipal la ha dejado un año más fuera del presupuesto.
Otra de las posibilidades era habilitar un espacio deportivo y recreativo en el solar que está justo debajo de la Abadía del Sacromonte, donde tradicionalmente se celebra la romería, pero esta opción, también reclamada por los vecinos al Ayuntamiento, requiere de la autorización de la Iglesia por ser de su propiedad.
El solar de la Amapola, situado en una ladera accidentada de unos 500 metros cuadrados, no tiene mantenimiento alguno por parte del gobierno municipal. Desde la Verea se pueden ver cascajos de obra, mucha suciedad y demasiados hierbajos que crecen de forma silvestre y que una docena de vecinos trataban de arrancar para instalar un huerto en la zona menos elevada del terreno.
Los vecinos entienden que el solar es municipal porque nadie lo reclama y, a falta de dinero, solicitan una intervención menor que permita adaptarlo como espacio recreativo.
Todavía no puedo entender porque el Sacromonte y el Albayzin sufren tal abandono por parte de las administraciones. Véase el caso del parque y de la adecuación el entorno e las cuevas de San Miguel. Ni junta ni ayuntamiento hacen nada. Al final volvemos a los años 50 y son los vecinos los que tienen que adecentar su propio entorno.
Fernando