
Vecinos de Santa Adela celebran la solicitud de ayuda a otras administraciones en la pasada junta de distrito.
La lucha de los vecinos de Santa Adela por una vivienda digna parece avanzar, al menos, sobre el papel. Después de meses reclamando que el Ayuntamiento recurriera a otras administraciones para tratar de financiar la reforma integral de esta barriada del Zaidín, Urbanismo ha movido ficha. La concejal del ramo, Isabel Nieto, ha remitido una carta a la delegación de Vivienda en la que solicita una reunión para «abrir un proceso de estudio, diálogo y acuerdos» que permita encajar Santa Adela en el Plan Andaluz de Vivienda «dentro de las disponibilidades presupuestarias». Lo hace «en cumplimiento» de la moción conjunta de la oposición aprobada por unanimidad en el último pleno, según anunció en rueda de prensa esta mañana.
La misiva, enviada el 2 de junio y dirigida a Manuel Morales como máximo responsable provincial, habla de la necesidad de implicar a todas las administraciones en el proyecto. Nieto señala que el borrador del Plan Andaluz de Vivienda «sigue recogiendo programas de rehabilitación de barrios y posibles convenios bilaterales» con el Ministerio. Pide, en esta línea, iniciar una serie de reuniones con la Junta a las que más adelante «debe incorporarse» algún representante del Gobierno. Su intención es que ambas administraciones suscriban un convenio para optar a las ayudas del plan estatal de vivienda, que «prevé actuaciones subvencionables para la regeneración y renovación urbanas«, algo que «encajaría con Santa Adela».
En esta materia, se priorizan los edificios construidos antes de 1981, con cuatro plantas o más sin ascensor, así como los proyectos cofinanciados, requisitos que cumple la barriada, en la que el Ayuntamiento «ya ha invertido 35 millones», recordó.
Hemos tenido que ir trabajando contra ellos y, a pesar de ellos [vecinos], en las fases de construcción, en los traslados, en las mudanzas… Se han dedicado a recoger firmas, siempre con la pancarta
Este programa, al que solo podría optar la tercera fase, contempla 30.000 euros por cada vivienda construida en sustitución de otra demolida y 4.000 euros por cada realojo. A su entender, esta financiación sería «suficiente» si el Ayuntamiento «plantea un proyecto viable», algo «muy difícil» porque supone cambiar la fisionomía de un barrio. Con esta idea, Urbanismo lleva meses «trabajando un expediente de planeamiento» de esta fase que, según la edil «habría que subfasear» por su envergadura, con 11 edificios y unas 400 viviendas. Para las fases de rehabilitación podrían acogerse a otros programas, explicó la edil, quien informó de que el Ayuntamiento ha solicitado en otras ocasiones ayudas, aunque no se las concedieron.
La carta a la Junta llega tras más de un año de reivindicaciones vecinales pacíficas para exigir «respuestas» a la paralización del plan con imaginativas protestas: los vecinos han desfilado con sus maltrechas casas a cuestas, se han convertido en zombis e incluso han procesionado para denunciar su calvario. Como respuesta han recibido ignorancia -llevan más de un año reclamando una reunión-, silencio e incluso un desalojo nada pacífico en el pasado pleno.
Una de cal y otra de arena
El alcalde de barrio, Antonio Granados, lamentó en la última junta de distrito los términos en los que se produjo el desalojo. Calificó de «demasiado expédita» la actuación de uno de los agentes, que se mostró «especialmente agresivo», según lamentaron los vecinos. El edil aclaró que ninguno de sus compañeros de gobierno busca crear «situaciones molestas ni agresivas en los desalojos».
La concejal de Urbanismo se disculpó igualmente por el «bochornoso espectáculo que se dio», aunque por motivos bien distintos. La edil dirigió duras críticas a los vecinos, concretamente a «un grupo del Zaidín» [en clara referencia a la plataforma por Santa Adela], al que culpó de lo ocurrido y señaló como responsable de haberlo «organizado todo en vísperas de la sesión tras determinas reuniones con la oposición». «Estaban dispuestos a alterar el orden pasara lo que pasara», advirtió Nieto que, acto seguido, los acusó de «trabajar para quien trabajan».
La concejal fue más allá y les reprochó «boicotear» el proyecto «desde hace ocho años»: «hemos tenido que ir trabajando contra ellos y, a pesar de ellos, en las fases de construcción, en los traslados, en las mudanzas… Se han dedicado a recoger firmas, siempre con la pancarta», censuró Nieto. A su entender, «la mayoría de los vecinos de Santa Adela no se identifica ni se siente representado por este grupo». Agregó, por último, que la «barriada tiene todo el apoyo de este equipo de gobierno».
(06/06/2014)
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