
Rodolfo Heredia Zafra consulta las ofertas de empleo en el CAPI de la red Guadalinfo.
Rodolfo Heredia Zafra perdió el trabajo hace un año después de que el empresario de hostelería con el que trabajaba le tendiera una “trampa”. Echaba “catorce horas diarias de reloj” de cocinero en un restaurante, pero tenía un contrato de media jornada que iba renovando al término de cada mes. Llegado uno de esos días en el que tenía que estampar su firma, Rodolfo pecó de ingenuo. Sin caer en la cuenta selló su baja voluntaria, lo que le ha impedido cobrar el desempleo. Tuvo que soportar que el empresario le espetara la siguiente bajeza: “No, el que te has despedido has sido tú”.
En el Albaicín, al cierre del mes de marzo, había otras 1.553 personas en la misma situación que Rodolfo, según los últimos datos que dispone el Observatorio Ocupacional del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en Granada. La cifra es elevada si se tiene en cuenta que en enero de 2012 estaban empadronados en el distrito Albaicín -que incluye El Fargue, Haza Grande y el Sacromonte- un total de 11.084 personas, muchas de ellas menores y personas mayores fuera de la edad laboral.
Rodolfo Heredia tiene 53 años y dos hijos de 17 y 11 años. Desde los trece años trabaja en lo que le ha ido saliendo, hasta hace un año de cocinero tras realizar varios cursos de formación. En la actualidad vive en casa de su madre tras separarse de su mujer. “Siempre se ha dicho que ‘madre e hijo caben en la misma falda’”. Atribuye la ruptura matrimonial a la impotencia de estar sin trabajo y lo resume en una frase que pone en boca de un Premio Nobel pero que en realidad es una canción del Último de la Fila: “Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”.
En el mes de marzo de 2013 había 1.553 vecinos del distrito Albaicín en paro, según los datos del SEPE
Rodolfo es muy de frases hechas y dichos populares. En la breve conversación que mantenemos con él suelta varias perlas que deberían figurar en cualquier manual de autoayuda: “Mi madre me decía que ‘A la casa hay que llevar aunque sean piedras para que la olla hierva’”.
Tanto es así que se está planteando emigrar a Barcelona donde ya trabajó antes de regresar a Granada. “No me queda otra, allí hay más oportunidades en el sector de la hostelería. En esta ciudad, aunque se viva del turismo, no hay la alegría de hace unos años; todo funciona a medio gas, ni siquiera eso, a un cuarto de gas. Sólo hay actividad los fines de semana y no todos los locales”, explica.
Durante el tiempo que lleva desempleado, Rodolfo ha aprovechado para hacer cursos básicos de formación en el centro CAPI de la red Guadalinfo, situado en la calle de la Aljibe de la Gitana. “Ahora trato de ponerme al día con los anuncios de empleo. Voy buscando números de teléfono porque me he dado cuenta que los envíos de mi CV terminan en la papelera. Internet y este centro, en concreto, me sirven de mucha ayuda pero prefiero la cercanía en el trato a la frialdad de hacerlo todo a través del ordenador”.
Sobre las esperanzas de encontrar trabajo cuando pasas el umbral de los 50, Rodolfo lo tiene muy claro: “Todo está muy mal, especialmente para personas de mi edad. Están creando una nueva generación de parados mayores de 45 años a los que no nos dan oportunidades. Prefieren a gente joven que por su inexperiencia no exige sus derechos laborales”.
Rodolfo no pierde el humor y recurre a la ironía cuando le hacemos saber que el artículo viene a colación del Primero de Mayo, Día de los Trabajadores: “Tal y como están las cosas no te extrañe que con las reformas lo cambien por el Día del Parado”.
(30-4-2013)
[…] En el Albaicín, Rodolfo Heredia, que firmó sin saberlo su baja voluntaria del trabajo, vive con su madre pese a superar los cincuenta años y forma parte de esa “nueva generación de parados mayores de 45 años”. Álvaro Calleja ofrece más detalles de su historia en GranadaiMedia. […]
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