José Enrique Bolívar Barrales es conocido por todos los niños del barrio. Es el pediatra del Centro de Salud del Realejo desde hace seis años y conoce bien a estas familias, y ahora le llega la época de revisiones en los colegios del barrio. Durante noviembre y diciembre, el Programa de Salud Infantil pasa ahora por los chavales de seis años directamente en sus escuelas, uno por uno. «Aquí hay cinco colegios, y voy a cada uno con un enfermero, si bien hay niños de éste y de otros muchos barrios», comenta. Disfruta mucho de su trabajo y de su centro de salud y destaca sus elogios hacia la salud de padres e hijos en el Realejo, así como a la implicación de los abuelos. Estudió Medicina en Granada y tuvo su especialidad en Pediatría con residencia en el Hospital Materno. Es un convencido defensor de la constancia para preservar la salud general del niño: «Respetar las rutinas les ayuda a saber lo que va a pasar en cada momento, y eso les hace sentirse seguros», recomienda.
¿Cuál es su impresión sobre los niños del Realejo? ¿Son niños sanos?
La impresión es muy buena, con relación a otros centros en los que he estado previamente. La diferencia puede ser abismal con respecto a otras zonas donde el nivel social, cultural o económico es más bajo. Aquí hay más nivel educativo y sanitario, y se nota claramente.
Sin embargo es un barrio famoso por su elevada edad media, hay pocos niños.
La pirámide de población sigue siendo muy ancha por arriba. La natalidad ha bajado bastante. Hubo un momento en que subió, cuando empecé en este centro, pero hemos vuelto a los 40 recién nacidos al año, y ahí ha influido la crisis. Es en realidad un dato que se repite en todos lados.
Familias numerosas, entonces, pocas…
Ya no hay familias numerosas… ¡Son niños de oro! [risas]
¿Qué deben tener en cuenta los padres en estos meses que llega el frío?
En el momento en el que empieza la interacción de niños, agrupados en clases, y bajan las temperaturas, los virus están ahí esperándolos… Empieza la contagiosidad y los problemas. Ahora son catarros y diarreas, infecciones respiratorias leves. Y pronto empezarán las gripes y bronquiolitis, y en febrero marzo regresarán las alergias.
¿Y qué consejos básicos se pueden seguir a modo de prevención?
Las medidas generales son la higiene, lavarse las manos, ventilar las habitaciones, tener una buena alimentación e hidratación… Pero la única vacuna realmente efectiva para prevenir enfermeades es la de la gripe, que se aplica en niños que están en grupos de riesgo, y tampoco está mal para los niños que tienen infecciones con frecuencia, como otitis, por ejemplo. De hecho la Academia Americana de Pediatría recomienda la vacunación universal contra la gripe.
¿La recomienda entonces a cualquier padre?
Sí, yo la recomiendo. En esto de las vacunas hay tendencias y opiniones, pero los padres que quieran vacunar a sus niños deberían hacerlo.
¿Los padres del Realejo son cuidadosos con las indicaciones médicas para sus hijos?
Sí, sí que lo son. Es la diferencia que antes comentaba. Los padres se toman mucho interés. ¡Y los abuelos! Aquí los abuelos colaboran mucho en cuidar la salud de sus nietos, muchos los traen a la consulta, porque los padres están trabajando. Hay muchos comercios, trabajadores de la universidad o funcionarios, y los abuelos se implican en la atención. Quizás en barrios como éste se nota mucho más que en otros.
¿Cómo se gana usted la confianza de sus pequeños pacientes para que no lo pasen mal en la consulta?
Los bebés colaboran porque son sujetos pasivos y se dejan explorar, claro. Cuando ya pasan de un año y son mayores hay que explicarles las cosas con un lenguaje que entiendan, quitándoles miedo pero sin mentirles. No les puedes decir que no les vas a pinchar si vas a hacerlo. Cuando voy a emplear algún objeto para explorarles les dejo que lo manipulen ellos antes. Así se familiariza con el instrumento que vas a utilizar para que se desdramatice la situación. Muchas veces les doy el fonendo a ellos para que ellos se lo pongan y vean que no hace ningún daño. Aunque no siempre es fácil… Hay niños que vienen un poco sugestionados y están intranquilos.
¿Qué responsabilidad tienen los padres con respecto a la imagen que sus hijos tienen del médico?
Los padres también tienen que explicarles a sus hijos por qué van al médico y qué es lo que se les va a hacer. Si el lenguaje es sencillo entienden más de lo que pensamos. A veces los padres descargan la autoridad que tienen en el pediatra. «Dice el médico que no puedes comer chuches» o «Esto lo tienes que hacer porque lo dice el médico. Cuestiones como la hora de acostarse o de comer tienen que ser ordenadas por los padres, tienen que retomar esa autoridad con sus hijos.
¿Hay alguna novedad sanitaria en el SAS que sea de interés para las familias?
Se acaba de anunciar que se va a prolongar el Programa de Salud, para que haya nuevas revisiones hasta los 14 años, aunque todavía no se han especificado cuándo ni quién las va a hacer. Aquí las hago yo siempre, por ejemplo, pero en otros sitios se hace con apoyo de enfermeros. Entre otras cosas, es importante para prevenir la obesidad infantil, para que a partir de los seis años tengan una actividad física y una alimentación saludable. Desde el año 80 hasta ahora se han triplicado las tasas de sobrepeso infantil, algo había que hacer. Esperemos que entre todos, colegios, pediatras y medios de comunicación, consigamos reducir esa tasa.
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