
Calzados San José, un comercio histórico del centro en liquidación. Foto: GiM
«Lo que está en juego es el negocio de toda la vida, el tradicional, en el que saben cómo nos gusta la cerveza o qué pantalones son los que nos quedan bien. Eso es lo que vamos a perder con el fin de la renta antigua». Así presentaba Ángel Rodríguez, del Centro Comercial Abierto de Granada, la Plataforma «No Al Cerrojazo«, nacida en la ciudad para combatir, a nivel regional y nacional, la aplicación de la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994, que pondrá fin a los alquileres de renta antigua el próximo 1 de enero de 2015.
Rodríguez presentó este miércoles, en la sede de la Cámara de Comercio de Granada, el proyecto de esta Plataforma, que integra a asociaciones de autónomos, sindicatos, consumidores o empresas de economía social. El objetivo es impedir la aplicación de la ley para impedir un «cerrojazo» masivo en los locales de los centros históricos de la ciudades, y que afecta «no sólo a quienes tienen renta antigua, también a sus vecinos, porque una calle buena donde de repente cierran cuatro negocios, se vuelve mala», explican.
La principal propuesta es que la subida de 2015 se limite al 30% del alquiler, el equivalente al desfase que se ha producido entre el IPC de los arrendamientos urbanos, es decir, de los alquileres, y el IPC de los precios. A partir de 2016, sería el índice de precios de los alquileres el que limitase las subidas. «Nuestro objetivo no es perjudicar a los arrendatarios, queremos contar con ellos. Sobre todo, se trata de impedir cierres de empresas que son pymes o negocios de autónomos que ya han sufrido mucho con la crisis».

Un momento de la presentación de la Plataforma. Foto: GiM.
Ricardo Flores, secretario general de CCCO-Granada, añade que se están poniendo en peligro «miles de empleos, sobre todo femeninos, ya que las mujeres son mayoritarias en el sector del comercio» y que sólo redundará «en más paro y más precariedad». Rodríguez vaticina «centro históricos en los que los negocios históricos y tradicionales sean sustituidos por grandes cadenas y franquicias. No habrá diferencia entre ir a un gran superficie o pasearse por el centro de Granada».
Un centro donde el comercio tradicional «ha jugado un papel decisivo, al ser muy característico y convertirse en un atractivo turístico más«. Además, los empleos que se destruirían «son de personas que llevan un mínimo de 30 años trabajando en esos negocios, personas que difícilmente volverán al mercado laboral pero que están muy preparadas y atesoran una gran experiencia».
La Cámara de Comercio de Granada, además, anunció que pondrá sus servicios jurídicos al servicio de las pymes granadinas que necesiten asesoría en este aspecto. Ángel Rodríguez, además, invitó a ponerse en contacto con la Plataforma a través de su correo electrónico.
(10-09-2014)
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