El cierre de la planta de Santa Bárbara de Oviedo preocupa a los 1.200 trabajadores de la factoría de El Fargue, pendientes de cómo afectarán los recortes presupuestarios en el Ministerio de Defensa pero, sobre todo, de la decisión que tome General Dynamics cuando toque adjudicar el programa de fabricación de vehículos de combate 8×8.
La inquietud por lo que pueda avecinarse, tras la decisión «unilateral y desproporcionada» de desmantelar la fábrica de armamento asturiana, ha obligado a los sindicatos a movilizarse. Esta misma mañana los responsables de CCOO y UGT han mantenido una reunión con el consejero delegado de Santa Bárbara Sistemas, Carlos Villar, para recabar información sobre los argumentos en los que se basa la empresa para adoptar el cierre de la factoría de Oviedo y exigir que clarifique los planes futuros de las empresas que hay repartidas en el territorio español.
El coordinador estatal de de UGT Santa Bárbara Sistemas, José Rodríguez, reconoce que ha cundido la alarma entre los trabajadores de El Fargue porque muchas de las piezas que se fabricaban en Oviedo eran ensambladas en Granada. En la cadena productiva participan las distintas factorias, por lo que el cierre de una puede ser, según Rodríguez, «el inicio del desmantelamiento de Santa Bárbara».
En opinión del sindicalista, el Ministerio de Defensa podía haber hecho algo más para tratar de impedir el cerrojazo en Oviedo. «Ha habido dejación de funciones porque, según el real decreto que regula la fábrica de armas, Defensa no puede dejar en manos de una multinacional la decisión de clausurar la actividad de una fábrica».
La estabilidad de los puestos de trabajo depende ahora de «la carga de trabajo, los pedidos y la facturación», según explica el coordinador de UGT. El futuro laboral de los trabajadores quedaría despejado por unos años si la multinacional armamentística propietaria de las factorías de Santa Bárbara, General Dynamics, adjudica el programa para la fabricación de carros de combate 8×8 donde están en juego 1.300 millones de euros. El problema radica, según Rodríguez, en que otros países también compiten y la presión que ejercen está siendo mayor gracias a la mediación de sus dirigentes políticos.
Los sindicatos esperan que en los próximos días la empresa aclare los planes de futuro para acabar con los inquietud de los trabajadores de Santa Bárbara.
(26-4-2012)
Siento que se pierdan puestos de trabajo, pero que desaparezca una fábrica de armas de Granada, para mí, es una buena noticia.No se puede admitir la dispersión de miseria y muerte por el Mundo, con la excusa de generar trabajo y riqueza para unos pocos. Si los sindicatos generalistas fueran realmente solidarios, no defenderían el mantenimiento de fábricas de muerte.
Alejandro