
La Plataforma Zona Norte, con los medios, en el Parque 28 de febrero del Polígono de Cartuja.
«El derecho de los peces está más protegido que el derecho de las personas. ¿Dónde vivimos? Vamos a tener que poner cara de boquerón». La frase sintetiza el sentir de la Plataforma Zona Norte, que ofreció una rueda de prensa para denunciar la «incompetencia» del Parlamento Europeo en materia de exclusión social.
La plataforma ciudadana acudió a Bruselas el pasado mes de marzo con un dossier y una petición bajo el brazo: un plan articulado, coordinado entre administraciones y participado por los vecinos que ponga fin a más de 30 años de exclusión. Después de estudiar el expediente, la comisión de peticiones del Parlamento Europeo responde que «no es competente en la materia» e invita al colectivo a exponer sus propuestas a «las autoridades responsables de las áreas problemáticas de Granada».

Isabel Salinas, presidenta de la Plataforma Zona Norte, habla con los medios.
“¿Para qué sirve Bruselas? ¿Para qué sirve tanto montaje como hay allí si cuando vas con un problema humano te dicen que no es problema suyo?», comentó a los medios la presidenta de la asociación, Isabel Salinas, quien narró la impresión que le causó la sede del Parlamento Europeo, con sus «kilómetros de pasillos».
Un elevado porcentaje de fracaso escolar («los jóvenes parados del futuro», acotó Bustamante), el parque de vivienda pública en pésimo estado, niveles de desempleo que rondan el 70% y una proliferación de hechos delictivos que no tienen respuesta policial son, a grandes rasgos, los males que denuncia la plataforma, que insiste que de los alrededor de 40.000 vecinos del distrito sólo hay una ínfima parte que no está normalizada. Pero las administraciones (Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Gobierno central) no parecen dispuestas a intervenir de manera efectiva, critican los vecinos.
Para unas cosas, mejor; para otras, peor

Ana María Martín, directora de la escuela infantil Virgen del Pilar, conversa con J. R. Villalba, redactor de Ideal.
Entre los documentos que acompañan el dossier que entregó al Parlamento Europeo la plataforma ciudadana, figuran recortes de prensa de los años 80. Ya para entonces la situación era crítica y para algunos vecinos «ha ido a peor». Es, por ejemplo, la apreciación de Ana María Martín, directora de la Guardería Virgen del Pilar, ubicado en las narices del tristemente célebre ‘Poblado’ del Polígono de Cartuja. «Le han vendido a la gente unas necesidades que, para satisfacerlas cuando no tienes dinero ni trabajo para conseguirlo, robas o vendes lo que sea». Para Martín, vecina del distrito y trabajadora desde hace 35 años en este centro educativo, el barrio ha ganado, por otra parte, en «interés por la escuela». Al menos en la educación infantil.
A partir de la primaria ya es otra cosa y depende de la familia y del colegio elegido en unos barrios donde la mayoría de centros religiosos es abrumadora y donde la población es muy heterogénea a pesar de la imagen que se proyecta hacia el resto de la ciudad.
Durante el recorrido de la Plataforma Zona Norte por el barrio acompañando a los medios había niños en edad escolar en la calle. Alguno con sus mayores, trajinando en algún puesto ambulante. Otro, expulsado por unos días de su centro educativo a modo de castigo… El contraste estaba al cruzar la calle, en la guardería que dirige Martín, con unas instalaciones que ya quisieran otras guarderías de Granada, o en la fila ordenada de niños uniformados que atravesó el Parque 28 de febrero en medio de la rueda de prensa. ¿Y la Policía Autonómica? Bien, gracias.
Es precisamente el testimonio de niños del distrito Norte adjuntado al dossier (tan sincero como lleno de faltas ortográficas) el principal retrato de los problemas del distrito: Cristina, de 12 años, pide las calles limpias, que no haya ratones ni ratonas, tampoco drogados ni gente mala y piso nuevos. A Macarena, de 9 años, le gustaría que arreglaran su piso, que no hubiera violencia, que los niños malos no rompan los columpios y que su padre tenga un trabajo. Román, de 11 años y también residente en el Poblado, pide que no haya ratas ni borrachos ni niños malos, tampoco peleas con los perros. Gema, de 11 años y vecina de Almanjáyar, pide que no haya drogadictos ni gente que venga a comprar droga al barrio. Elisabet quiere trabajo para su padre y que no haya peleas de pitbull.
Salinas, que informó en la rueda de prensa que la pasada semana se constituyó oficialmente plataforma andaluza de barrios ignorados, apuntó con ironía: «Hasta ahora éramos los locos de la Zona Norte, ahora seremos los locos de Andalucía».
(26/10/2011)
Me entristece mucho que desde Bruselas no hayan estudiado la situacion de mi barrio. Es vergonzoso. El distrito se va a agrabando más y más. Y si les digo la verdad, l@s vecin@s tenemos mucho que decir y no estamos haciendo nada. Recuerdo que por los años 80, l@s vecin@s salíamos a luchar y protestar por las situaciones de este distrito, pero al paso del tiempo se han acomodado, exceptuando unos cuantos vecin@s. Tod@s deberíamos apoyar esta plataforma y salir a la calle a protestar, pero gusta que los problemas los arreglen otr@s. Las AAVV. no sirven para nada desde hace muchísimos años, están politizados y van a los que le dictan sus respectivos partidos y con ell@s no se pueden contar. Salgamos a la calle y luchemos por un distrito que para mi es muy especial por todo lo vivido.
José Tobías Hernández Gándara