
Los quince alumnos del curso, junto a la docente que impartió el apartado teórico.
El saber no ocupa lugar, pero sí tiempo y esfuerzo. Bien lo saben los alumnos de ‘Comunicación en lenguaje de signos español’, que después de tres meses “volcados” en el aprendizaje de este curso para desempleados se han visto forzados a interrumpir su formación porque “de la noche a la mañana” la Junta paralizó las clases “por un supuesto problema burocrático”.
Según cuenta Pilar Dávila, una de las quince afectadas y vecina del Zaidín, sobre el papel estaba previsto que las prácticas arrancasen el pasado 13 de marzo, fecha en que les comunicaron que se suspendían las clases “por unos días” y que ya los avisarían para retomarlas.
Tras “insistir para conocer las razones” de la “abrupta” interrupción de su formación, un responsable de la Fundación Pública Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe), de la que inicialmente dependía el curso, les comunicó que la tardanza en su puesta en marcha se debía a “problemas en la contratación de la profesora”.
Les explicó, en este sentido, que la antigua Faffe, al igual que otras agencias, ha desparecido para integrarse en la Junta, de manera que en la actualidad el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) se encarga directamente de la gestión de estos cursos, así como de la selección y contratación de los monitores.

Oficina del SAE del Zaidín.
Al parecer, aún no se ha autorizado el contrato de la docente seleccionada inicialmente para impartir las prácticas, con lo que se trata de “un mero problema burocrático”, según informaron a los alumnos que, “desesperados por el retraso”, incluso han acudido a la Delegación Provincial de Empleo “en busca de respuestas”. “Nos informaron que competía a Sevilla la solución y que si se demoraba más de cuatro semanas pasarían al plan B, pero ya ha transcurrido más tiempo y, por el momento, no nos han comunicado cuál es el plan B”, señala Pilar.
Mientras perdura este ‘impás’ “forzado” –ya han pasado cerca de dos meses- no solo se “oxidan los conocimientos” adquiridos, sino que temen emprender planes alternativos, reconocen. Tampoco pueden acceder “a otros cursos” ofertados por el SAE ni aparecen “en las listas de empleo”, sostienen. “En mi caso –subraya Pilar- no me atrevo a iniciar ninguna actividad, por si me llaman inesperadamente y me veo obligada a dejar a medias lo que comience”.
Otros compañeros –agrega- “lo tienen peor” porque “no podrán completar su formación”: habían apalabrado empleos temporales para el verano, justo cuando estaba previsto que acabara el curso, así que les resultará imposible retomarlo porque estarán trabajando antes de que concluya. “Estas personas no podrán, por lo mismo, acreditar con un título que han cursado la teórica de esta materia”, lamenta esta alumna.
A estos inconvenientes se suma que varios afectados hicieron coincidir el fin de su contrato de piso con el de su formación, con lo que tendrán que “olvidarse de las prácticas o invertir más dinero en su estancia, pese a ser desempleados”, critican.
«Paradójicamente» todos habían pasado “un proceso de selección entre más de 150 personas” para conseguir una de las quince plazas disponibles, con lo que los responsables de su formación “insistían” en lo afortunados que eran y en “la necesidad de no perder ni una hora de clase”, parafrasean.

Los afectados desean completar sus estudios relacionados con la Educación aprendiendo lenguaje de signos.
Sin embargo, “después invertir cinco horas diarias en estos contenidos -260 horas lectivas“ los «han dejado de brazos cruzados”, recriminan los alumnos, entre los que se acumulan la “decepción”, “el vacío” y “perjuicios de difícil resolución”. Reclaman, por lo mismo, que las prácticas se pongan en marcha “cuanto antes” y que los tengan en cuenta “a la hora de decidir el destino de este curso”.
Por el momento, Empleo desconoce cuándo se retomarán exactamente las clases, aunque se descarta su cancelación, según fuentes de la delegación provincial, que han corroborado a Granadaimedia lo que los alumnos ya sabían: la interrupción del curso se debe “a motivos estrictamente administrativos”: Sevilla debe autorizar la contratación de la profesora.
“Estamos pendientes de que Intervención dé el visto bueno para arrancar de nuevo”, señalan desde la administración autonómica, de la que dependen por primera vez los cursos, con lo que no existía una normativa previa que regulase este apartado.
Con anterioridad, la Junta se limitaba a liberar la partida para la formación, de la que se encargaba la Faffe o entidades privadas, dependiendo del caso. Pero en la actualidad ha asumido directamente esta actividad.
Entre tanto, los afectados sienten que “por razones bur(r)ocráticas” los “obligan a sufrir una irremediable pérdida de tiempo y esfuerzo” cuando más lo necesitan para formarse y aumentar sus posibilidades de encontrar «por fin» un empleo.
(24/04/2012)
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