
Bajo la lápida se encontraron los restos de los primeros hermanos de la Orden de San Juan de Dios. Foto: Antonio Alaminos
La basílica de San Juan de Dios fue cerrada la primera semana de junio para ser sometida a una restauración parcial ante los problemas de humedad que estaban dañando el edificio. Ayer, tras tres meses de obras, tuvieron lugar los actos de inauguración, que empezaron con una pequeña procesión de la imagen del santo y culminaron con una misa solemne presidida por el rector de la basílica. Desde hace tiempo, las humedades se estaban cebando con el templo, afectando desde el suelo hasta los zócalos laterales. Con el fin de evitar un mayor deterioro, se ha sustituido el anterior suelo de mármol gris y blanco -estaba desde 1920- por el mármol pardo y blanco de Sierra Elvira, el originario de la basílica. Para impermeabilizar la solería se ha excavado más de un metro, creando capas de aire bajo el mármol para disminuir el riesgo de humedades. El primer acto programado con motivo de la reapertura comenzó con una corta procesión, transportando la imagen de San Juan de Dios desde los soportales del Hospital de San Rafael hasta la basílica, donde reside. Los encargados de portar al fueron los decuriones de la Orden de San Juan de Dios, cuya misión es preservar sus restos y ennoblecer la basílica.
Antes de comenzar la eucaristía fueron colocados los restos de Fray Alonso de Jesús, el fraile que mandó construir la basílica, así como su lápida, que también ha sido restaurada. Al estar expuesta al paso en el suelo, delante del altar, se encontraba muy deteriorada por lo que se le ha dado un baño de oro a las letras. En el momento de su bendición previa a la eucaristía, el padre Juan José Hernández anunció algo desconocido hasta el comienzo de las obras: bajo la losa de Fray Alonso de Jesús descansaban más restos humanos, además de los del fraile. La tumba está separada en tres partes, y a los lados estaban enterrados los primeros hermanos de la Orden de San Juan de Dios, personas que lo acompañaron en vida. En un principio fueron enterrados en un panteón dentro de la basílica, pero se les perdió la pista con su desaparición. Finalmente se celebró una misa solemne presidida por Juan José Hernández, fraile rector de la basílica, y celebrada junto con el caballero fundador Don Francisco Nistal Martínez. (09-09-2013)
Falta decir que la empresa que la ha restaurado se llama Servicios 2002 SCA entre cuyos dueños hay 3 chaneros.
David