
El alcalde José Torres Hurtado, flanqueado por Sebastián Pérez y José Mª Guadalupe, de la Diputación.
Granada Laica ha elaborado un comunicado que reproducimos íntegro a continuación donde denuncia la «conculcación de la aconfesionalidad del Estado» durante la Semana Santa de Granada. Alude a los «extensos privilegios que desde las administraciones públicas se le profesa a la fe católica.
Semana confesional
Cada año se suceden, con motivo de la semana santa, una serie de hechos que contravienen la aconfesionalidad del Estado, vale decir, la igualdad de los ciudadanos ante la ley y el respeto a la libertad de conciencia de estos mismos ciudadanos. Repasemos los más conspicuos:
* Pregoneros públicos. No es raro encontrar como pregoneros a autoridades y cargos públicos —civiles y militares— proclamando mensajes netamente religiosos.
* Procesiones escolares. El llamado ‘viernes de Dolores’, en particular, abundan las procesiones infantiles: colegios públicos y concertados sacan a los niños, incluso los de educación infantil, disfrazados de penitentes (e incluso de miembros de las fuerzas de seguridad del Estado) a procesionar por los patios escolares y por las calles. No es la única actividad escolar confesional relacionada con la semana santa.
* Cargos públicos en procesión. En muchas de las procesiones de la semana participan, y de forma muy ostensible, autoridades, cargos públicos y miembros uniformados de las fuerzas armadas y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Es evidente que esas personas pueden participar en los actos religiosos que deseen, pero sólo a título personal, nunca institucional.
* Indultos piadosos. Se indulta cada año a una veintena de presos a instancias de cofradías y hermandades católicas; en las procesiones que éstas organizan participan luego los presos liberados.
* Calles tomadas. Las procesiones ‘toman’ los núcleos de muchos municipios durante toda una semana. En este tiempo se limita de una forma extremada la libre circulación de los ciudadanos y se genera a diario mucho ruido y residuos; el ruido perturba de una forma a todas luces excesiva la tranquilidad de los ciudadanos en sus propias casas.
* Gasto público. Las procesiones y otros actos religiosos de semana santa suponen un gran coste para el erario: movilización policial, limpieza de basuras y cera (que se derrama sobre aceras y calzadas con total impunidad, con el riesgo que supone)… A esto hay que sumar las subvenciones directas a las cofradías y hermandades, y otros tipos de gastos, como los dedicados a la construcción de palcos y la habilitación de calles.
* Medios cofrades. Los medios audiovisuales públicos dedican muchas horas a eventos netamente religiosos. Una cosa es informar sobre esos eventos, y otra emitirlos de una forma exhaustiva y con comentarios proselitistas confesionales (por ejemplo, de sacerdotes).
Como se ve, los ciudadanos quedamos en clara desigualdad por razón de las creencias que alberguemos. Los extensos privilegios señalados arriba, para quienes profesen la fe católica; los demás, ciudadanos de segunda, sometidos al proselitismo y el abuso confesionales. El interés turístico y comercial no puede justificar el evidente y grave desequilibrio.
Por la libertad de conciencia de los ciudadanos, por sus derechos básicos de uso y disfrute de los espacios públicos (calles y plazas, medios audiovisuales) e incluso privados (por los efectos el ruido), por el buen empleo del erario (en pro del bien común, no favoreciendo a los adeptos a unas ciertas creencias) y por una educación no doctrinaria, hay que denunciar la conculcación de la aconfesionalidad del Estado —y, por tanto, de la misma democracia— que se produce durante la semana santa. Esa mutilación de derechos (educativos, económicos, etc., etc.) también se produce, por desgracia, el resto del año, pero durante esta semana es especialmente visible, y hasta abrumadora, porque afecta más a algunos aspectos de la vida cotidiana. La semana santa pone en clara evidencia que el Estado necesita conquistar la laicidad (en aras de la igualdad y la justicia) para poder alcanzar la integridad y la salud democráticas.
Granada Laica.
Granada laica debería leerse detenidamente el artículo 16 de la Constitución. España no es un país laico, sino un país no confesional.
Por cierto, cuando los católicos cierren la Catedral y la Capilla Real que me busque Granada laica un trabajo porque yo vivo del turismo.
Emilio
@Emilio Y tu deberías leerte el comunicado, en ningún momento dicen q España sea laica…»Cada año se suceden, con motivo de la semana santa, una serie de hechos que contravienen la aconfesionalidad del Estado»
Con respecto al patrimonio supuestamente de la iglesia, lo mantenemos entre todos y a esas manos debería ir.
Raúl
Claro Emilio, porque en Francia, como es un Estado laico, no hay turistas y las catedrales están cerradas.
Nacho
A Emilio, desde mi perspectiva, le sucede lo que a muchos ciudadanos y ciudadanas de nuestro país: no ve más allá de sus propios intereses.
No es mi intención hacer una crítica demoledora de su actitud, -que hemos de respetarla, aunque no la compartamos-, sino poner de manifiesto una realidad que está impidiendo que la mayoría de la ciudadanía se decida a dar ese «paso adelante» para cambiar un sistema político, económico y social, que ha llevado a nuestro país a la situación en la que nos encontramos.
Tal vez Emilio, -como esa mayoría que antes comentaba, que se refugia en su «zona de confort»-, podría pensar alguna vez que hay en nuestro país centenares de miles de personas como él que no temen perder su puesto de trabajo si cierran la Capilla Real o la Catedral y no lo temen porque ya han perdido no sólo su puesto de trabajo, sino también su vivienda, incluso la esperanza necesaria para seguir viviendo.
Suscribo el comunicado de Granada Laica y voy más allá: quienes organizan toda «la parafernalia» de la Semana Santa probablemente sean unos magníficos católicos, pero nada tienen que ver con ese cristianismo que emana de la filosofía de la doctrina que, según los escritos que se conservan, predicó Jesús de Nazaret.
Respetemos, -aunque no compartamos-,que se actúe así; pero también podemos exigir que se respete lo que nuestra constitución estableció.
Pedro L. Alcántara
Alguien que lee este texto y solo se preocupa porque si cierran la catedral no habrá turismo… en fin, no es por nada pero la gente va a Granada a ver la Alhambra, sus barrios y el Parque de las Ciencias… no a ver una capilla (que el 80% se va sin verla porque les parece vergonzoso que cobren por entrar a ver una catedral o una capilla)En el resto de Europa, salvo Italia, es gratis.
Estoy de acuerdo con el texto de Granada Laica y añado el agravio comparativo que se produce teniendo en cuenta que en Granada, como en otras tantas ciudades, hay un límite de ruido a partir de cierta hora de la noche. Límite que evidentemente se sobrepasa cuando una banda de cornetas va por debajo de tu ventana a las 2 de la mañana.
En Granada se ha llegado a prohibir beber en la calle salvo en terrazas autorizadas, pero en semana santa vemos a los bares hasta la copa, se ocupa parte de la acera o toda una calle y parte de una plaza… y no pasa nada. Es semana santa, la gente después de la procesión quiere refrescar sus gargantas. En otra época del año a los bares se les pone multas por menos de eso.
Para cualquier manifestación en contra de los recortes, para cualquier actividad, para cualquier cosa que se quiera hacer en la calle hay que pedir permiso… y ese permiso se puede o NO conceder por parte del ayuntamiento o de la oficina de turismo…. aún estoy esperando ver una petición denegada a una cofradía para ocupar 25 calles de la ciudad durante mas de 12 horas. Al contrario, se les facilitan cuerpos de seguridad del estado que les cortan las calles horas antes.
En fin, simplemente se pide lógica y coherencia. Ni un duro publico para estos actos, límites de tiempo y espacio… como para todos. IGUALDAD Y LAICIDAD que son dos palabras muy sanas si se practican.
Aconfesional no es católico o que apoye todas las religiones. Aconfesional es eso, SIN CONFESIÓN OFICIAL.
Ó. Huertas
Verguenza e insulto a la inteligencia.
Bajo la fachada de un supuesto laicismo se esconde el odio a todo lo catolico y por extension a todo lo religioso…
Cuanto odio Dios…
inigo
Pues en la laicísima Francia, espejo en el que se miran muchos, pasa esto:
http://pyreneescatalanes.free.fr/Decouvrir/Traditions/ProcessionSanch.php
Rafael Merelo
Rafael, creo que muchos aún no tenéis una noción clara de lo que significa el laicismo. Los franceses del sur tienen todo el derecho a profesar el catolicismo y salir a pasear santos una vez al año.
La cuestión es: ¿Ves en esas fotos algún alcalde, munícipe o representante institucional haciendo de comparsa? No, ¿verdad? Pues eso.
Bert
¿Sabe Granada Laica vivir sin Dios?
¿Sabe esta asociación el significado etimológico-histórico de «laico»?
laico, ca.
(Del lat. laĭcus).
1. adj. Que no tiene órdenes clericales. U. t. c. s.
2. adj. Independiente de cualquier organización o confesión religiosa. Estado laico.
Parece de cachondeo que utilicen una palabra con pleno uso y significado religioso, ya que laicos son todos aquellos que no son clérigos. Por lo tanto yo puedo ser laico y ser creyente. Otro asunto es que la RAE haya aceptado la polisemia hace unos años, pero las cosas son como son, y dan más pie a la controversia que a otra cosa.
Tienen un problema de base, que empieza por la propia denominación de su asociación, asi que espero que sean consecuentes y lo miren. Y también de paso, igual que hay asociaciones no religiosas a las que acuden los poderes públicos, ocupan las calles, se manifiestan, etc. y nadie se queja, pues respetad. TODOS SOMOS IGUALES, y lo único que demuestran es un odio a lo religioso, muy propio de personas tolerantes.
Es querer darle a las cosas una importancia vital que no tienen.
Pedro