El botellón electoral
Una plataforma creada por unos 300 vecinos intenta frenar en una reunión con el alcalde las celebraciones en el Botellódromo. No es la primera vez que las molestas concentraciones etílicas entran en campaña electoral.
Una plataforma creada por unos 300 vecinos intenta frenar en una reunión con el alcalde las celebraciones en el Botellódromo. No es la primera vez que las molestas concentraciones etílicas entran en campaña electoral.
Las quejas por los problemas de ruidos, suciedad y peleas en la Plaza de la Unidad de la Chana, también conocida como Plaza de las Palomas, son una constante entre los vecinos del barrio, que han dejado de acudir a la zona por el «incivismo» de quienes la ocupan.
El Huerto del Carlos es un espacio público para la creatividad que no puede vallarse. Ese es el mensaje que decenas de jóvenes han defendido hoy en el parque del Albaicín ante la intención del Ayuntamiento de Granada de cercarlo con rejas y cerrarlo en horario nocturno.
El Huerto del Carlos, la plaza pública del Albaicín con espléndidas vistas a la Alhambra y Sierra Nevada, se convertirá en una ‘jaula’. El gobierno municipal se ha comprometido con los vecinos a realizar una reforma integral y a instalar vallas para cerrarlo de noche.
Varias plazas del Zaidín se han transformado en usuales ‘botellódromos’ en los que “el ruido” y “las constantes trifulcas” mantienen en vilo a los vecinos, en su mayoría personas mayores que “viven atemorizadas”, denuncian los afectados.
La limpieza es uno de los problemas que más preocupan a los vecinos del Albaicín y Sacromonte. La situación se ve agravada con la llegada del buen tiempo y los botellones. Los vecinos piden explicaciones al Ayuntamiento y los barrenderos argumentan que, con una plantilla tan ajustada, hacen lo que pueden.
La Asociación de Vecinos del Albaicín quiere que se valle el Huerto del Carlos, junto a Plaza Nueva, el espacio público más grande del barrio, a causa de las molestias que los jóvenes causan a los vecinos. Las razones esgrimidas son el ruido derivado del botellón y los destrozos que supuestamente se ocasionan. Los jóvenes niegan la versión del colectivo vecinal.
Los vecinos denuncian que la plaza de la Unidad se ha convertido en el botellódromo de la Chana. La Policía Local ha intensificado su presencia en la zona y ha realizado un total de 112 controles que han tenido como resultado 42 denuncias por beber alcohol en la vía pública.