Manuel, un vecino de la barriada de Cartuja de 77 años de edad, falleció esta madrugada a consecuencia de un incendio declarado en su domicilio, en la calle Diego de Arana. La mujer de la víctima, Rosa, de unos 60 años, permanece ingresada.
Con Rosa y Manuel vivía uno de los seis hijos del matrimonio, discapacitado psíquico, que fue quien alertó a los vecinos de las llamas y que esta mañana permanecía arropado por sus otros hermanos y vecinos del barrio en las inmediaciones de la vivienda.
Manuel y Rosa, como otros habitantes de la calle, llegaron al barrio hace 40 años, procedentes de la Virgencica, el penúltimo refugio de los damnificados por las inundaciones de 1963.
Una de las hijas del matrimonio, de nombre Rosa como su madre, y vecina de la misma calle, asegura que los Bomberos tardaron mucho más que la Policía en llegar. De hecho, fueron los vecinos los que consiguieron romper las rejas de la vivienda y sacar a las dos víctimas que salieron con vida del incendio.
Al cuerpo de Manuel, que fue electricista toda su vida, no consiguieron llegar por el humo, pero Rosa asegura que su padre murió a consecuencia de la asfixia y no por quemaduras.
Las rejas de la vivienda, en un barrio en el que todas las casas están enrejadas por motivos de seguridad, hicieron de ratonera.
«Estamos dejados de la mano de Dios», repetían una y otra vez los vecinos que hacían corrillos en la pequeña calle de casas de dos alturas, casi pegada al enorme solar donde el Granada CF va a construir su ciudad deportiva.
Una pareja de agentes de la Policía Nacional ha estado escoltando esta mañana la vivienda mientras la Policía científica recopilaba pruebas que permitan esclarecer la causa del incendio. Los hijos de la pareja descartan la versión de la freidora que se manejó en un primer momento. «Mi madre ayer no la usó y tenemos atada la tapa», asegura Rosa.
Sobre las 12 del mediodía se acercó hasta allí el párroco de La Paz, Antonio Heredia, para hablar con la familia, conmocionada por el trágico suceso.
(23-11-2013)
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