¿Recuerdan aquellas antiguas películas del Oeste? ¿Cuando los conquistadores (los buenos, supuestamente) estaban sitiados por indios salvajes dentro del fuerte y alguien avisaba de que, por fin, la caballería estaba en camino? Llegaban los refuerzos, centenares de soldados espoleando a sus caballos y espantando a los nativos a golpe de corneta. La muerte, que minutos atrás parecía un hecho, se alejaba del campo de batalla.
Algo así, un refuerzo de la caballería, es lo que le haría falta a la atención primaria de Granada ahora que la campaña de vacunación contra el coronavirus está a la vuelta de la esquina. Si no hay contratiempos, este domingo, 27 de diciembre, comenzará en los 13.000 centros de salud y consultorios repartidos por el país una primera fase, que incluye a mayores de 65 años que viven en residencias, profesionales del ámbito sanitario y grandes dependientes. En el conjunto de España, dos millones y medio de personas.
Los detalles sobre cuántas vacunas vendrán a Granada -que albergará uno de los dos centros logísticos de Andalucía, mientras que el otro estará en Sevilla- todavía no han terminado de concretarse. Se sabe que las primeras en llegar serán las de Pfizer y que las de La Moderna y Oxford lo harán más tarde, presumiblemente a finales de enero o principios de febrero. Tampoco está muy claro cuánto tiempo tardará en vacunarse toda la población española, o al menos el porcentaje del 70% que se considera suficiente como para alcanzar una inmunidad de rebaño. Eso significa 35 millones de personas, que necesitan dos dosis por cabeza. Es decir, 70 millones de pinchazos. No es como echar a freír un huevo, la verdad.
¿Todo el año vacunando?
Los más optimistas calculan que eso puede hacerse en seis meses, basándose en datos como que la campaña de la gripe ha durado ocho semanas y ha servido para inmunizar a catorce millones de personas. Otros, en cambio, entienden que el proceso se prolongará durante casi todo el año 2021. Y argumentan, entre otras cosas, que no es cierto que la vacunación de la gripe se haya solventado en tan poco tiempo: en la mayoría de las comunidades autónomas se inició el 5 de octubre (en Andalucía fue el 8 de octubre) y en algunas, como la nuestra, aún no se han vacunado todos los previstos. Por continuar con datos: según los cálculos oficiales, en Madrid acabará el 31 de enero de 2021.
En total, el intervalo entre el inicio y el final previsto en España, sería de 119 días, lo que significa 17 semanas (y no las ocho semanas de las que habló el ministro Salvador Illa). Siguiendo con los cálculos, ahora vendría una regla de tres: ¿si para vacunar a 14 millones de personas hacen falta 17 semanas, cuánto se necesita para hacerlo con 35 millones? Pues, calculadora en mano, el resultado es 297 días y medio. O sea, 42 semanas y media. Así que, si se empieza de verdad el 27 de diciembre, se terminaría prácticamente en octubre.
No hace falta más personal, asegura el SAS
La duración de la campaña, en parte, dependería de cuántos profesionales se dediquen a poner esas vacunas. El Sindicato de Enfermería entiende que harían falta agregar 15.500 más a los 316.000 que ahora hay. Esos 15.500 serían la caballería, por volver al ejemplo del principio. ¿Vendrán? Desde el Satse la respuesta es muy clara: «No se esperan refuerzos ni contrataciones por ahora», resaltan fuentes oficiales del colectivo de enfermeros, que añaden que lo que les ha comunicado el Servicio Andaluz de Salud es que «se va a realizar la vacunación con la plantilla actual, porque consideran que con la bajada de casos ahora mismo hay personal suficiente». El SAS deja en el aire la posibilidad de contratar más adelante «si hiciera falta», agrega el sindicato.
Por supuesto, su reacción es contraria. «No compartimos esa visión y hemos reclamado a la administración andaluza que establezca una previsión real de las necesidades, tanto de recursos como de personal, y así garantizar que los centros sanitarios cuenten con enfermeros suficientes para hacer frente a esta campaña sin necesidad de reducir el resto de la actividad asistencial diaria, y no verse así los profesionales sobrecargados por la carga laboral y la demanda asistencial».
El Satse incide también en que, para dar una atención acorde a las circunstancias y que no se resienta el sistema sanitario más aún, harían falta 4.100 enfermeros más en Andalucía, 540 de ellos en la provincia de Granada.
«Expresamente formados», pero no ahora
El Colegio de Enfermería de Granada también advirtió a principios de diciembre que hacía falta más personal. Esa carencia seguirá existiendo. Aunque el pasado lunes 20 de diciembre el Gobierno andaluz anunció que 526 enfermeros «formados expresamente para vacunar» trabajarán en Andalucía contra la Covid-19, el Sindicato de Enfermería replica que esos enfermeros que tienen cursos de formación ya los habían recibido previamente «y son los que han coordinado otras campañas de vacunación en atención primaria». No hay nuevas contrataciones, insisten.

Fachada del Centro de Salud de la calle Gran Capitán. Fotos: Lucía Rivas
El SAS, no obstante, matiza que aunque en principio no habrá refuerzos, a finales de septiembre acometió un plan de contratación para hacer frente a lo que denomina Plan de Alta Frecuentación. Desde entonces, remarca un portavoz, ha ofertado 3.180 contratos en la provincia de Granada «para dar respuesta a las necesidades asistenciales derivadas de la atención a pacientes de Covid-19 y al aumento de la demanda sanitaria en invierno por el incremento de las patologías respiratorias». En el conjunto de Andalucía, subraya, ya ha ofertado 17.000 contratos «y el grueso de esas contrataciones corresponde a personal de enfermería, auxiliares de enfermería, celadores y celador-conductores».
Para completar el mapa falta la postura del Gobierno central, que tampoco ha sido, al menos de momento, demasiado explícita. «A medida que se disponga de información sobre la disponibilidad de vacunas, será necesario actualizar los procesos y establecer dónde, quién y cómo se realizará la vacunación», indicaba el Ministerio de Sanidad el pasado 26 de noviembre.
Mientras este debate sigue en marcha, la atención primaria está realmente exhausta. Los enfermeros han trabajado en primera línea desde que el virus empezó a azotarnos en el mes de marzo. Nueve meses seguidos. Las vacunas llegan cuando no han terminado aún otras dos campañas de vacunación: la de la gripe y la de los escolares. A todo esto hay que sumar que se está produciendo un repunte de casos de coronavirus, que los más pesimistas vaticinan que no es sino el preámbulo de la tercera ola.
Testimonios desde dentro
Yolanda Quintero, con 25 años de trayectoria profesional como enfermera y que trabaja en la capital granadina, entiende que, si no llegan esos refuerzos, el esfuerzo será «sobrehumano». Aunque la campaña de la gripe «ya está próxima a terminar», hay bastantes alumnos que se van de vacaciones de Navidad sin vacunar y a los que habrá que atender después. Sumados a los de la Covid, el trabajo va a ser una tarea «muy difícil, sobre todo porque la gente está muy cansada, hemos tenido ya mucho desgaste. Si ahora hay que poner más vacunas y no tenemos más profesionales, más recursos humanos, a ver cómo lo hacemos», comenta, con un tono entre la protesta y la resignación.
Jesús Cuevas, otro enfermero de atención primaria con amplia experiencia, que ahora ejerce en Churriana de la Vega, tiene claro que en España harían falta 15.000 nuevos compañeros «o más», y admite que durante todos estos meses ha estado «tan desbordado» que ni siquiera ha pensado mucho en qué se está cociendo respecto a las vacunas. «Lo que sé es por la prensa, y a muchos otros les pasa igual. Sabremos cómo va la cosa conforme vaya llegando», resume.
«Tenemos la campaña de la gripe, las escolares, las visitas a domicilio… Hay muchas cosas que precisan nuestra atención y no sé cómo lo haremos», continúa el enfermero, que espera que por lo menos no llegue una tercera ola, o que no sea muy grave. «Pero por si acaso, en mi centro de salud ya nos estamos organizando por si se nos viene encima», concluye.
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