«Aquellos que niegan Auschwitz estarían dispuestos a volver a hacerlo»
Primo Levi
Cada libro que leemos a lo largo de nuestra vida nos va dejando un poso de distinto signo. En el caso de ‘Salvador Vila, el rector fusilado en Víznar’, de Mercedes del Amo, el mío fue una tremenda perturbación y conmoción. Si he llegado a entender la verdadera dimensión de la terrible frase “muera la inteligencia” fue gracias a su lectura.
Como en toda historia, hay personajes principales y secundarios. En este caso quiero hablar de uno de esos secundarios que asoman con luz propia en los libros y que sin saber por qué se nos quedan grabados en la memoria. Quizás por el cariño con que Mercedes lo trata.
Gretel Alder era amiga de Gerda Leimdöfer, la mujer de Salvador Vila, y llegó a Granada en 1936 a pasar el verano. “Era una chica joven, rubia, llamativa, culta: lo mismo interpretaba un alegre vals como una pieza de Shubert”, cuenta Isidro Zatarain.
Alfredo Rodríguez Orgaz, conocido socialista, que era entonces arquitecto municipal del Ayuntamiento de Granada, joven, bien parecido y “con descapotable”, al parecer, conquistó a Gretel y comenzaron una corta relación que duró apenas unos meses.
Cuando estalla la Guerra Civil, temiendo por su vida, Alfredo se esconde varios días en su casa y luego en la de Salvador, con Gretel y los padres de Gerda. Ella y Salvador estaban en Salamanca desde el 10 de julio, pero solo pensar que pone en peligro a la familia le hace decidir presentarse en el Gobierno Civil. El taxista que le lleva de camino le hace desistir de tal idea diciéndole que son muchos los encarcelados y que corre peligro.
Alfredo decide dirigirse a la Huerta de San Vicente el 9 de agosto donde la familia Lorca reside en ese momento. Es el padre de Federico el que le propone prepararle la huida hacia la zona republicana. Intenta convencer a Federico de que huya con él, pero este está confiado en que la situación cambiará. Estando allí irrumpe un grupo de falangistas y Alfredo debe huir de la casa.
Aunque planea con Gretel la huida conviniendo como lugar de encuentro la Plaza del Príncipe, Alfredo da varias vueltas sintiéndose, por la cercanía de grupos de falangistas, verdaderamente en peligro y viendo que ella no aparece decide huir. Luego le contarán que ella fue sorprendida y asesinada allí mismo, pero no era cierto.
En ‘El luchador’ del 21 de agosto de 1936 encontramos la noticia de la llegada del “socialista y arquitecto” Rodríguez Orgaz a Alicante. Trabajará en la Junta de Protección del Tesoro Artístico hasta finalizar la guerra, que escapa a Belgrado y desde allí comenzará su vida de exiliado.
Gretel fue detenida y pasó varios días en la cárcel de Granada donde Rudolf, el hermano de Gerda, le lleva comida y ropa, corriendo verdadero peligro, lo que causa su posterior detención. Después fue trasladada a Víznar.
“Hubo una mujer, no sé si austriaca, vienesa, de la Escuela de Berlioz, con un gran perro. Escultural y sana. Probablemente sería una espía”, relata Emilio Moreno Olmedo en el libro de Eduardo Molina Fajardo en La Colonia.
Allí permaneció unos días, mientras el perro se hizo su inseparable compañero en los pequeños paseos que se permitían a las mujeres en la Colonia. Ella debió “mantener alta la moral” -como dice Mercedes del Amo-, hasta el día de su muerte.
Las paradojas de la vida hicieron que huyendo de la persecución nazi llegara a lo que Penón llamó un “preludio de Auwchwitz” y fuera una de las primeras mujeres fusiladas en Víznar.
Hoy te recordamos, Gretel Alder. Zijronó LiBerajá / Bendita sea su memoria.
Gracias por este estupendo artículo. Tenía algunas referencias de su pareja, Rodríguez Orgaz, el arquitecto que consiguió huir de España y, por lo que creo recordar, labrarse una exitosa carrera como arquitecto en Méjico (al menos así lo contaban las primas de García Lorca a Agustín Penón). Pero no conocía para nada la historia de esta mujer… ¡Gracias de nuevo por compartirla!
Enrique Bonet
Gracias Enrique. Hay una tesis doctoral en la red de Luisa Bulmes Alvarez titulada «Mariano y Alfredo Rodriguez Orgaz arquitectos»
Doña Luisa señala en esta tesis que Alfredo Rodirguez Orgaz se fue con Carlos Montilla, en ese momento Ministro de España en Yugoslavia en su primera huida. Ambos salen de ese país cuando se reconoce a Franco.
Poreteriormete lo sitúa entre Colombia y EEUU entre 1939 y 1963, países, sobre todo el primero, donde realiza múltiples trabajos, muy detallados en esta tesis.
Regresa a España en 1963 y fallece en 1994.
SILVIA GONZÁLEZ ALCALDE
Es injustificable, cualquier asesinato, sea del color que sea, pero comparar Víznar, con un sitio tan atroz, demencial e inhumano como Auwchwitz”, donde la mayoría de los prisioneros, sufrieron verdaderamente castigos espeluznantes, no lo comparto, pero lo respeto.
JAVIER
Genial artículo. Para saber lo que somos y de donde venimos históricamente hablando es importante no perder la memoria, no dejar que nos la reescriban al antojo. Gracias por darnos la oportunidad de conocer una parte más de nuestra historia, la historia de una mujer valiente, Gretel Alder.
Schrödinger
Hola Javier no hay comparación, de hecho se explica en la frase final y se entrecomilla el titular. A lo mejor tendría que haber puesto en el «PRELUDIO ESPAÑOL DE Auwchwitz» tal y como lo señala Penon en su libro para que quedara mas claro. Los métodos se parecen mas a los utilizados en otros lugares de Europa. Gracias.
SILVIA GONZÁLEZ ALCALDE
Mi abuelo tuvo que exiliarse y vivió como un perro en el campo. A su hermano lo mataron cruzando la frontera con Portugal. Llevaba sus costumbres judias en el alma y en su corazón…
Samuel
Eres una caja de sorpresas, Silvia. No conocía nada de estos personajes. Siempre he pensado que quienes critican la apertura de fosas simplemente desean que su complicidad con todo aquel horror no se destape.
Ánimo, luchadora.
AG
Alberto Granados