
Las terrazas deben estar varios metros por detrás de la fuente de Plaza Nueva.
El Ayuntamiento de Granada no parece que quiera enemistarse con los hosteleros. Todo lo contrario. Desde que entró en vigor la Ley Antitabaco, que prohíbe fumar en el interior de los establecimientos públicos, se muestra cada vez más permisivo con los dueños de los locales. La concejal de Turismo, Marifrán Carazo, reconocía hace unos días que la solicitud de terrazas se había multiplicado como consecuencia de la Ley Antitabaco, contribuyendo a paliar los supuestos perjuicios económicos que la prohibición ocasiona a los hosteleros. Tampoco hay que olvidar que la flexibilidad a la hora de autorizar más terrazas permite recaudar más dinero al Ayuntamiento, circunstancia que pasó en alto Carazo.
El problema es que ahora las terrazas lo invaden casi todo y se han ‘comido’ parte de la zona peatonal de calles y plazas. Por poner un ejemplo de una zona emblemática del Albaicín, como es el caso de Plaza Nueva, la mayor parte de las terrazas ocupan un espacio que no les corresponde si nos atenemos al plan de ordenación de usos para la instalación de terrazas que el Ayuntamiento de Granada elaboró en 2005 y que sigue en vigor a día de hoy.

Las terrazas deben estar por detrás de la fuente, según el plan de ordenación de usos.
Apenas unos metros de la plaza quedan libres en una de las zonas más concurridas por los turistas, donde la presencia de público en las terrazas está garantizada. No sólo se han apropiado de varios metros para colocar más mesas sino que también obstaculizan el tránsito de peatones con la colocación de carteles publicitarios. Al menos uno de los establecimientos de Plaza Nueva fue expedientado el pasado año por incumplir la normativa e instalar muchas más mesas de las autorizadas, además de mobiliario y objetos más propios del salón de una casa, como sofás.
En el balance que ha realizado el Ayuntamiento de Granada, la propia concejal de Turismo se refería a la obligación por parte de los propietarios de los locales de cumplir escrupulosamente con la ley y no poner más mesas de las debidas, ceñirse a los horarios y evitar los ruidos innecesarios.
Algunos vecinos del Albaicín ya lo han denunciado públicamente pero otros no lo hacen por miedo a enemistarse con los hosteleros. Lo cierto es que Plaza Nueva es cada vez menos una explanada peatonal amplia y desahogada -convertida en los días laborales en aparcamiento de coches oficiales- y más un embudo.
(10-7-2011)
Concretamente hay un establecimiento que ha sido multado reiteradamente por no cumplir la normativa y qué curioso que ninguna multa llega a ser tramitada ni se hace nada al respecto. Para colmo sigue colocando más de mesas de las autorizadas (y no cumpliendo la distancia mínima con respecto la fuente), tipos de sombrillas no permitidas, muebles, carritos de helados, sistema de agua vaporizada (levantando para ello el suelo de la plaza para colocar tomas de agua) y un largo etcétera de otros elementos no permitidos. Esto hace que el resto de negocios de hostelería de la plaza (que en su mayoría sí cumplen con la normativa) trabajen en desventaja con este establecimiento de cara al turismo.
La ley no es la misma para todos